¿Tu hijo ronca? Lo cierto es que, aunque pensemos que los ronquidos son cosa de adultos, los niños también lo hacen, e incluso con pocos meses de vida. Te respondemos a algunas de las posibles dudas que pueden surgirnos cuando escuchamos a nuestro pequeño roncar.
Primero es necesario conocer que roncar no es más que hacer un ruido ronco al respirar mientras se duerme, y normalmente es síntoma de algún tipo de trastorno respiratorio del sueño, según explican desde la Asociación Española de Pediatría (Aeped).
¿Por qué roncan los niños?
Normalmente los niños roncan de forma leve y ocasional, especialmente coincidiendo con resfriados y alergias (rinitis o asma), pero también por estar expuestos a humo de tabaco.
Con todo, lo más frecuente es que el ronquido se produzca por dificultades del aire para pasar por la vía respiratoria por la existencia de las llamadas vegetaciones o de amígdalas demasiado grandes. También es posible que sea porque la forma de la cavidad bucal y la mandíbula no sea la apropiada, e incluso hay ocasiones en las que se dan varias de estas situaciones a la vez.
Las consecuencias del ronquido en niños
El ronquido puede afectar al sueño y que éste no sea reparador o de calidad; además, los niños que roncan tienen, por lo general, más terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismo y otras alteraciones del sueño.
Según explican los pediatras, los niños que roncan suelen tener más dificultades para levantarse por las mañanas y, en general, les cuesta atender en clase porque se encuentran somnolientos o demasiado inquietos durante todo el día, lo que a su vez también les afecta al humor, rendimiento escolar y conducta.
«Si su hijo tiene más de 4 años y necesita dormir siesta a diario o se orina en la cama (lo que se conoce como «enuresis»), puede deberse a un sueño inadecuado por roncar. Los niños también pueden quejarse de dolor de cabeza por la mañana y presentar falta de apetito», agregan desde la Aeped.
La gravedad del ronquido
Es importante que prestes atención a tu hijo mientras duerme para observar la existencia o no de síntomas de lo que se conoce como Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS), la forma más grave de los trastornos respiratorios del sueño.
Estos síntomas son: el niño parece lugar para respirar, en algún momento incluso deja de respirar durante unos segundos, suda mucho, adopta posiciones extrañas al dormir. Si observas alguno de estos signos, lo mejor es que vayas al pediatra en cuanto puedas.
El diagnóstico del Síndrome de Apnea- Hipopnea del Sueño
Si crees que tu hijo sufre del SAHS, una vez que lo lleves al pediatra éste le hará una exploración física, le formulará una serie de preguntas e incluso es común que os pida que lo grabéis en vídeo mientras duerme.
También hay ocasiones en las que son precisas otras pruebas que no son dolorosas para los pequeños y que se realizan en clínicas de sueño o incluso en casa. Estas pruebas recogen una gran cantidad de datos mientras el pequeño tan sólo duerme.
El tratamiento de los ronquidos y del SAHS
Si el ronquido se produce por rinitis o alergia, por ejemplo, con un tratamiento para estas enfermedades será suficiente para que el niño deje de roncar. Sin embargo, si finalmente el niño sufre un SAHS, lo más común es que se opere.
El tratamiento básico contra este trastorno del sueño es la extirpación quirúrgica de las vegetaciones y las amígdalas del niño. Esta operación tiene una tasa de éxito de entre siete y ocho de cada 10 niños con SAHS, aunque hay que estar atento porque los síntomas pueden reaparecer meses o años más tarde.
Ángela R. Bonachera
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