Intentar que los niños coman las cinco raciones diarias de frutas y verduras es el reto de muchos padres. La comida que los niños realizan en la escuela es para muchos una introducción a la comida en grupo y esto puede presentar algunas dificultades. El ruido, la prisa y el bullicio que suele existir en algunos comedores escolares, no es precisamente el ambiente más propicio para que el niño ingiera y, sobre todo, disfrute de su comida.
El aporte nutritivo de los almuerzos escolares es particularmente importante para aquellos niños que no reciben la adecuada alimentación en su casa y el comedor escolar es un buen lugar para que los niños, excelentes imitadores, prueben un alimento desconocido simplemente porque ven que otros niños hacen lo mismo.
Trucos culinarios para que los niños coman verduras
Como en tantos aspectos de la vida familiar, las costumbres dietéticas que el niño adquiere en su casa, marcarán sus hábitos en el futuro. Estos consejos para hacer que los niños coman verduras, te ayudar a educarlos en materia de alimentación:
1. Acompañar los platos de carne o pescado con purés de verduras o ensaladas.
2. Aderezar los sándwiches con verduras frescas.
3. Espesar las sopas y legumbres con verduras.
4. Introducir algunas verduras en los platos de pasta.
5. Utilizar los zumos naturales como bebida en el verano.
6. Rellenar las tortillas con acelgas, espinacas u otra verdura.
Consejos para que los niños coman de todo
En cuanto a la introducción de los vegetales en la alimentación infantil, hay que tener en cuenta que los niños son algo «maniáticos» con ciertos alimentos, entre los que se encuentran precisamente las verduras. A la hora de planificar la dieta familiar, por supuesto que hay que respetar sus gustos, pero sin olvidar que se debe comer de todo.
– Cuanto más variada sea nuestra dieta, tenemos más posibilidades de que sea más completa. Muchos padres transigen con la negativa de sus hijos a tomar verduras, sin darse cuenta del flaco favor que les hacen. Debemos recordar, tal y como ya afirmaba Hipócrates en el siglo V a. de C, que nuestra salud depende en gran medida de lo que comemos. La investigación médica avanza en este sentido y cada vez son más las enfermedades atribuidas a carencias o desordenes nutricionales.
– Con una buena presentación de la comida, una adecuada información del producto y, sobre todo, de nuestra compañía y ejemplo en el tiempo destinado a la comida veremos compensado el esfuerzo por no transigir con los caprichos gastronómicos del niño.
– Es importante que el niño entienda que las horas de la comida son puntos de encuentro, que no se trata de ingerir alimentos sin más, que los alimentos saben «más ricos» cuando se aliñan con una buena conversación. Algunos padres suelen cometer el error de «enchufar» a sus niños a la televisión, para tenerlos distraídos y lograr de esta forma que coman. Es más recomendable, aunque sea más fatigoso, acompañar al niño durante la comida y aprovechar para interesarnos por sus cosas.
– Un error frecuente es «hacer comer a los niños», lo que los padres no son capaces de comer. Es evidente que esta práctica está abocada al fracaso, los niños son excelentes imitadores y asumirán que tal o cual comida son una imposición y en cuanto puedan acabarán rechazándola.
Pedro J. Toranzos. Nutricionista
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