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Golpes en la cabeza, ¿qué hacer ante un coscorrón?

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Los niños pequeños están muy expuestos a sufrir golpes en la cabeza, ¿qué hacer ante un coscorrón? En primer lugar, poner hielo para frenar la inflamación que se produce debido a caídas leves, golpes por objetos que les pueden caen encima al querer cogerlos o durante sus juegos, y en segundo lugar estar atento a los síntomas que pueden indicar si estamos ante un traumatismo craneal grave.

Este tipo de accidentes infantiles son los más frecuentes entre los niños y hay que estar preparado para actuar. Pocos de nosotros nos hemos librado de un buen chichón cuando éramos niños, de moratones en la frente o de alguna brecha. Los niños se suelen golpear en la cabeza cuando juegan, cuando se pelean (el típico enfado en el que un niño le sacude a otro con un juguete en la cabeza) o al caerse de una silla, cuna, cambiador, etc. También sufren caídas los niños que están empezando a caminar. La mayoría de estos accidentes infantiles no tienen mayor importancia, siendo un chichón o un moratón el resultado.

Con algunas primeras medidas como poner hielo o alguna pomada en el lugar del impacto, se abordan los cuidados de los golpes leves, que en pocos días acaban desapareciendo y quedando olvidados.
Sin embargo, los padres hemos de estar preparados no sólo para impedir este tipo de accidentes, sino para actuar con rapidez en caso de que el golpe sea grave. Los bebés tienen un altísimo riesgo de sufrir lesiones cerebrales, y al no poder expresar el dolor que pueden sentir u otros síntomas (mareos, por ejemplo), podríamos estar pasando por alto un daño grave.

Síntomas tras un golpe en la cabeza

Los síntomas generales de un traumatismo craneal no suelen ser graves, ya que con frecuencia los golpes que se pueden dar los niños no tienen mayor importancia y no es preciso recibir asistencia sanitaria. Con mimos y alguna pomada, el susto del coscorrón se pasa y el dolor se hace más llevadero.
Pero si observamos que tras un golpe en la cabeza el niño presenta vómitos, dolor de cabeza, irritabilidad, visión borrosa, alteraciones en el movimiento o en el habla y pérdida de consciencia o somnolencia, lo mejor que podemos hacer es acudir al médico con urgencia, incluso aunque estos síntomas puedan ser pasajeros. En caso de que sospechemos que nuestro hijo ha sufrido lesiones importantes, no debemos moverlo, prestando especial atención al cuello: es mejor mantenerlo quieto por si pensamos que ha sufrido una lesión cervical.

Pruebas del pediatra tras un golpe en la cabeza

Lo primero que hará el pediatra ante un traumatismo craneal es valorar el nivel de consciencia del pequeño. De esta manera, tras analizar si hay o no alteraciones en la exploración neurológica, se podrá determinar la gravedad del golpe y las probabilidades de haber sufrido daños cerebrales. A veces, el médico puede recurrir a una radiografía del cráneo, aunque este tipo de pruebas radiológicas cada vez es más limitado en estas situaciones, ya que es preferible y más adecuado recurrir a la tomografía computerizada (TAC).

¿Cómo cuidar al niño tras ser atendido en Urgencias?

La mayoría de niños vuelven a casa tras la valoración del pediatra, pero aunque el pequeño no tenga posibilidades de desarrollar un lesión grave, nuestra responsabilidad es vigilar durante las siguientes 24-48 horas si se presentan o no una serie de signos que puedan delatar daños importantes. Dichos signos pueden ser los siguientes:

– Confusión y desorientación.
– Dolor de cabeza constante o intenso.
– Desmayos.
– Convulsiones.
Llanto e irritabilidad.
– Sangre u otro tipo de líquido en la nariz u oídos.
– Debilidad en algún miembro
– Alteraciones en la visión u asimetría en las pupilas.

Si se dan estos síntomas, hemos de acudir al Servicio de Urgencias, ya que el niño necesitará ser evaluado cada 2-3 horas. Debemos acompañar al niño en todo momento y cuando duerma, ha de ser despertado un par de veces por la noche para asegurarnos de que su estado progresa bien. Procuremos que nuestro hijo esté en un ambiente tranquilo y silencioso mientras se recupera, y si presenta algún hematoma, apliquemos frío en la zona. También es aconsejable elevar un poco la cabecera de la cama para que tenga la cabeza en una posición que favorezca su recuperación, además de ofrecerle líquidos, agua fría en pequeñas tomas, para evitar los vómitos en la medida de lo posible.

Cristina Murcia

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