La enfermedad celiaca es una enfermedad del aparato digestivo que no es contagiosa y puede aparecer a cualquier edad a lo largo de la vida, por lo tanto, puede presentarse tanto en niños como en personas mayores. La herencia genética es un factor determinante a la hora de padecer intolerancia al gluten, pero no siempre existen antecedentes familiares.
Aunque los niños y las personas con algún familiar celíaco tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad celiaca, esto no implica que obligatoriamente tenga que haber varios familiares afectados. También puede ocurrir que la enfermedad celíaca se manifieste en un miembro de la familia de una forma atípica, es decir, que no padezca síntomas, o que estos sean algo diferentes a los habituales.
Es una enfermedad que no se puede prevenir porque no se sabe la causa exacta que hace que una persona presente esta intolerancia. Sin embargo, el diagnóstico precoz, y la exclusión del gluten de la dieta, evitan la desnutrición progresiva de la persona celiaca y previene la aparición de complicaciones, como la aparición de un cáncer intestinal.
¿Qué es la enfermedad celiaca?
Básicamente se caracteriza por una intolerancia permanente a una proteína llamada gluten, que se encuentra presente en los cereales (trigo, avena, cebada o centeno). La celiaquía es una enfermedad crónica del aparato digestivo, que se manifiesta cuando la persona intolerante al gluten ingiere alimentos que contienen gluten, éstos lesionan el revestimiento del intestino delgado, reduciendo su capacidad para absorber nutrientes. Y es que esta capacidad de absorción, que se realiza gracias a unas vellosidades, se ve comprometida cuando los alimentos con gluten reducen su longitud.
Sin una dieta exenta de gluten, las personas afectadas por este trastorno sufren malnutrición, pero gracias a ella se controla completamente, consiguiendo una normalización del intestino de la persona que la padece, y evitando complicaciones a corto y largo plazo. Es importante que la alimentación sea variada y equilibrada, para reponer las carencias nutricionales del paciente. En la actualidad, además, se han comercializado muchos alimentos libres de gluten (pastas, pizzas, bollería…) que se encuentran con facilidad en los supermercados.
Síntomas de la enfermedad celiaca
Aunque los síntomas de la enfermedad celiaca pueden variar considerablemente de una persona a otra, existen unos patrones comunes que pueden hacer sospechar de la existencia de una intolerancia al gluten.
– Niños menores de 2 años. Suele ser habitual verles irritables, y que presenten náuseas, vómitos y diarreas. Debido a la mala absorción de los nutrientes suelen estar bajos de peso para su edad y su desarrollo físico es menor del esperado.
– Adultos. Suelen presentar cansancio y fatiga, molestias abdominales (dolor, distensión, meteorismo) y anemia.
En general, los síntomas más característicos de la enfermedad celíaca son:
1. Relacionados con el estómago: diarrea, deposiciones frecuentes, blandas, grasientas, pálidas y pestilentes, dolor abdominal, hinchazón, gases, indigestión, vómitos y estreñimiento.
2. Relacionados con el malestar general: pérdida de peso, anemia, dolores de huesos y articulaciones, calambres musculares, fatiga, retraso de crecimiento en niños, úlceras bucales, menstruaciones irregulares, uñas frágiles y pérdida de cabello.
3. Relacionados con el comportamiento: depresión, cambio de carácter.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Grupo de Trabajo sobre Diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca
Coordinadora: Isabel Polanco Allué. Sociedad Española de Gastroenterología,
Hepatología y Nutrición Pediátrica
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