Mucho hablamos de la importancia que tiene el ejercicio físico en la infancia y durante el crecimiento, pero también es cierto que en cuanto comienzan a subir las temperaturas hay que tener precauciones para evitar problemas por calor, pues las altas temperaturas se unirán a la del cuerpo al quemar calorías y existe riesgo de deshidratación.
Mientras hacemos ejercicio, nuestro cuerpo está quemando calorías, lo que hace que se eleve nuestra temperatura corporal. ¿Cuál es el resultado de esto? Que sudamos y perdemos agua, por lo que conforme más calor hace más cuidado hay que tener para evitar la deshidratación, especialmente en los niños más pequeños.
Como explican desde la Asociación Española de Pediatría (Aeped), «cuando el niño comienza a sudar hay que ofrecerle cantidades de líquidos iguales a las que va perdiendo», esto es, entre un litro y un litro y medio de agua por cada hora de actividad deportiva intensa.
Esto quiere decir que los niños deben beber líquidos antes, durante y después de cada vez que se haga deporte o se juegue algún partido. Pero, eso sí, menor poco a poco (medio vaso de agua cada 10 minutos, por ejemplo) y evitando bebidas con gas y cafeína.
La deshidratación por deporte
Una persona que está haciendo deporte puede notar la deshidratación cuando comienza a tener sed intensa que va en aumento y, justo después, se siente débil o con dolor de cabeza. Asimismo, la saliva suele ser espesa y la orina escasa y de color oscuro.
En cuanto aparecen estos síntomas se debe parar de hacer deporte y tomar líquido, aunque lo mejor es evitar que esto ocurra mediante la toma continuada y progresiva de líquidos (no es bueno, por ejemplo, no beber nada y después tomar una botella entera de agua).
La mejor bebida para hidratarse mientras se hace deporte
Son muchas las bebidas que se comercializan especialmente para deportistas. Según explican los pediatras, la mayoría de ellas llevan agua, electrolitos y azúcares con distintas concentraciones, pero no está comprobado que sean más beneficiosas. De hecho, estos expertos son claros: lo mejor es beber agua fresca para rehidratarse.
El golpe de calor por ejercicio
El golpe de calor se produce cuando el cuerpo está perdiendo agua a través del sudor para regular su temperatura pero, al no conseguir hacerlo porque la temperatura exterior es muy alta, opta por subir su temperatura hasta producir fiebre. Entonces aparecen vómitos, malestar y dolor de cabeza.
Cinco claves para prevenir el golpe de calor por ejercicio
1. Adapta la actividad física a las condiciones ambientales: no hagas un deporte extremo si las temperaturas son demasiado alta
2. Hidrátate correctamente: bebe un vaso de agua fresca unos 15 minutos antes de iniciar el deporte, continúa bebiendo cada 15 ó 30 minutos mientras practicas deporte y bebe siempre que tengas sed. La temperatura ideal del agua son 12 ó 13 grados.
3. Entrenamiento: prepara tu cuerpo antes de alguna competición para que esté listo para el ejercicio.
4. Aclimatación progresiva: asegúrate de iniciar el ejercicio de forma suave para adaptarte. También es bueno prepararse para las diferentes condiciones: si por ejemplo un partido se jugará en algún lugar caluroso, entrena en condiciones similares previamente.
5. Ropa: que sea ligera y cómoda
Ángela R. Bonachera
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