El corte de digestión, lo que los expertos denominan síncope de hidrocución, hace referencia a la parada súbita del proceso de digestión que se origina cuando se produce un cambio brusco de la temperatura corporal al entrar en contacto, por ejemplo, con agua fría. Así, es necesario conocer los síntomas, y los verdaderos motivos por los que se produce.
Por qué y cuándo se produce un corte de digestión
¿Por qué? Sufrir un corte de digestión es más probable cuando la temperatura del agua es muy baja o cuando la del cuerpo es especialmente alta. Por eso, lo más frecuente es que ocurra en días muy calurosos de verano y con aguas muy frías (como pozas o piscinas de la sierra). Por tanto, frente al mito de que el corte de digestión está relacionado directamente con la comida, los expertos apuntan que se debe más bien de un cambio brusco de temperatura.
¿Cuándo? Las situaciones más normales en las que se suelen dar los cortes de digestión son dos: después de hacer ejercicio físico o tras una larga exposición al sol. Así, si después de estar un tiempo haciendo estas dos actividades, entras al agua de golpe (una práctica muy común en los niños, sobre todo tras jugar mucho tiempo al sol), el cuerpo pasa de estar de 40ºC a 20ºC en muy poco tiempo y por tanto, el riesgo de que se produzca un corte de digestión es muy alto.
Además, es necesario señalar que el riesgo de padecerlo es independiente de la edad. Incluso, la gravedad suele incrementarse en personas de edad avanzada o con problemas de corazón.
Síntomas del corte de digestión
El brusco cambio térmico que se produce durante un corte de digestión da lugar a una reacción cardiovascular con una disminución de la frecuencia cardiaca que puede hacer que la persona padezca algunos de estos síntomas, claves para recocer cuándo alguien padece un corte de digestión:
– Dolor de estómago.
– Mareos y náuseas.
– Palidez de la piel.
– Descenso de la tensión arterial y debilitación del pulso.
– Escalofríos.
– Posible pérdida de consciencia (a causa del descenso de la tensión arterial)
– Parada cardiorrespiratoria (en casos extremos)
Consejos para evitar un corte de digestión
Protegerse del sol. Cuando la temperatura corporal es demasiado alta y entra en contacto con, por ejemplo, agua fría, las posibilidades de sufrir un corte de digestión se multiplican. Por eso, los expertos aconsejan que los niños eviten una exposición directa y prolongada al sol, utilizar algún elemento para cubrir la cabeza y por supuesto, no tomar el sol a las horas de mayor calor como pueden ser el mediodía o después de comer.
Entrar progresivamente al agua. Otra de las claves será, en el caso de que se vaya a entrar en contacto con el agua, hacerlo de manera progresiva, permitiendo al cuerpo descender gradualmente la temperatura sin sufrir cambios bruscos.
Salir del agua en caso de mareos. Lo más importante es no correr riesgos innecesarios. En algunas ocasiones, aun habiendo tomado todas las precauciones posibles, empiezas a marearte, notar una pérdida de visión y comienzan a aparecer náuseas. En ese caso, es imprescindible salir inmediatamente del agua y tomar las medidas pertinentes.
No beber líquidos muy fríos de forma rápida después de haber realizado un ejercicio intenso. Un corte de digestión no solo ocurre en las piscinas. El cuerpo, tras haber realizado deporte, al ingerir rápidamente y en grandes cantidades agua fría, provoca también un cambio de temperatura brusca en el organismo que puede dar lugar a un corte de digestión.
Qué hacer ante un corte de digestión
– Sacar inmediatamente a la persona que ha sufrido un supuesto corte de digestión del agua (en el caso de que esté en la piscina o en el mar y siempre que no exista peligro para ti).
– Mantener reposo digestivo durante unas horas, si los síntomas son más leves y si la persona sale sin problemas del agua pero presenta náuseas y vómitos.
– Acudir al centro sanitario para una valoración más precisa en el caso de que los síntomas sean exagerados, se mantenga el mareo o no se controlen los vómitos.
Patricia Núñez de Arenas
Te puede interesar: