Cuando los niños empiezan un nuevo curso empiezan a hacerse preguntas: ‘¿en qué clase me tocará? ¿tendré como compañeros a mis amigos? ¿quién será mi tutor/a este año? ¿quién será mi entrenador? ¿será muy difícil este curso?…’ Toda esta incertidumbre puede crear ciertos miedos que impidan un comienzo de curso exitoso.
Para que la adaptación al colegio sea exitosa para los niños, los padres debemos hablar del tema con la máxima naturalidad y con toda la ilusión posible, con el fin de no generar un problema donde todavía quizás no lo hay. Recuerda que todos los niños antes o después acaban adaptándose al colegio y son felices en el entorno escolar.
Es conveniente motivarles antes del comienzo del curso, haciéndoles ver situaciones positivas que van a encontrar en el colegio: jugar con otros niños, contarles que se lo van a pasar muy bien y evitar expresiones o actitudes de pena o preocupación.
Que el niño llore al ir al cole supone una de las muchas situaciones que tienen que pasar y que les harán fuertes para futuras circunstancias de la vida.
Son los primeros problemas a los que tienen que enfrentarse en la vida y tratar de evitarles ese sufrimiento no es ayudarles a crecer y a madurar.
Ante los cambios propios de la vuelta al cole, los padres debemos estar atentos. Será importante establecer una comunicación constante con el centro educativo para que desde el propio equipo docente puedan aportarnos información de cómo se están adaptando los niños al nuevo curso escolar y posibles soluciones a llevar a cabo de manera coordinada entre el centro y las familias.
El miedo a la novedad
Debemos tener en cuenta que, a pesar de que intentemos preparar la situación y darles ayuda para que comiencen el curso lo mejor posible, pueden surgir nuevas situaciones para las que no están del todo preparados o para las que necesitan ayuda por nuestra parte. Alguno de los cambios más importantes que pueden sufrir los niños al principio del curso coincidiendo con la vuelta al cole pueden ser los siguientes:
– Cambio de ciclo o de etapa: la exigencia académica y de ritmo escolar general aumenta y, a pesar de que puedan estar preparados a nivel madurativo para esa exigencia, no están acostumbrados y tienen que aprender a funcionar de este modo.
– Cambio de grupo: les puede suponer un cambio a nivel social especialmente si sus amigos no están en el grupo que les ha tocado.
– Cambio de profesorado: puede ocurrir que haya incorporaciones de profesorado al que conocen menos, lo que podrá generarles inseguridad, sobre todo en los niños más introvertidos. Esta circunstancia suele generar conductas de timidez o todo lo contrario: niños que tratan de retar al nuevo profesor para conocer hasta donde pueden llegar sus límites.
– Cambio de metodologías educativas: desde los centros educativos se trata de aportar mejoras a los sistemas de funcionamiento e innovar en muchas ocasiones pero esto puede suponer una adaptación por parte de los niños al sistema de trabajo que estaban acostumbrados.
Ante estas situaciones de cambio, los padres debemos estar atentos. Será importante establecer una comunicación constante con el centro educativo para que desde el propio equipo docente puedan aportarnos información de cómo se están adaptando los niños al nuevo curso escolar y posibles soluciones a llevar a cabo de manera coordinada entre el centro y las familias. Es importante que se dé este intercambio de información y coordinación porque la raíz de esta posible falta de adaptación está en el centro educativo.
María Campo. Directora NClic
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