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Trastorno disocial, la maldad que se explica desde la psicología

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El mal comportamiento en niños puede explicarse con el trastorno disocial

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¿Por qué los niños son malos? La educación podría ser una explicación a este asunto. La falta de enseñanza de buenos valores entre los más pequeños de la casa explicaría ciertas actitudes entre los hijos. Sin embargo, desde el terreno de la psicología se ofrece una explicación a algunos comportamientos como la maldad infantil o la rebeldía adolescente.

Tal y como explica la Fundación Cadah el trastorno disocial es una de las alteraciones más graves en la conducta de los más pequeños de la casa. Los afectados por él, manifiestan comportamientos que no se ajustan a la normativa social típica de su edad y terminan por actuar alterando los derechos de sus compañeros.

Manifestaciones del trastorno disocial

Tal y como se define en el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el trastorno disocial se caracteriza por la participación consciente por parte del niño o adolescente en actos que involucran un conflicto con la normativa social o que incumplen las leyes de convivencia implícitos en las relaciones interpersonales. Habitualmente estos niños se desarrollan en entornos familiares que hacen que se mantengan en este estado.

Algunos comportamientos habituales entre los pacientes del trastorno disocial son los siguientes:

– Agresiones a otras personas, manifestadas a través de la intimidación a otros niños. Comportamiento crueles sus compañeros, a quienes pueden ocasionar daño físico.

– Dañar la propiedad de otros a través de actos deliberados.

– Robo a otros niños.

Es importante atender a estos síntomas del trastorno disocial, ya que esta alteración en la personalidad provoca un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral. Es importante saber la edad a la que se inicia esta alteración, si aparece en la infancia o en la adolescencia.

Cuanto más temprano aparecen los síntomas, más severo es este trastorno.
En el caso de los adolescentes, tienden a manifestar conductas y comportamientos de mayor riesgo. En estas situaciones, la gravedad y el riesgo en los afectados es de mayor grado, por lo que la supervisión y el control sobre ellos debe ser mucho mayor.



Tratamiento del trastorno disocial

El trastorno disocial debe ser tratado en cuanto se detecten los primeros síntomas. De este modo se evitará que las víctimas se vean afectadas por demasiados daños o que el niño se vea aislado de sus grupos de amistades por culpa de estos comportamientos. Hay que saber que una gran cantidad de las conductas que aparecen en la etapa de la adolescencia en los afectados con TDAH pueden empeorar los síntomas que manifiesta este problema de personalidad.

En el caso de los adolescentes con TDAH, que también presentan asociado un cuadro o un diagnóstico de trastorno disocial, la probabilidad de sufrir accidentes de tráfico, problemas afectivos, rechazo social y problemas académicos como absentismo escolar o muy bajo rendimiento académico, se incrementan exponencialmente aumentando los riesgos y limitando la efectividad de las intervenciones.

Las intervenciones con los afectados por el trastorno disocial deben girar en torno a ejes terapéuticos diseñados en base a las siguientes estrategias:

– Prevención de conductas de riesgo y comportamientos problemáticos, trabajar especialmente en el autocontrol.

– Poner énfasis en la autorregulación emocional para desarrollar formas óptimas de expresar los sentimientos negativos y no hacerlo a través de comportamientos que puedan provocar daño en otras personas.

– Atender a otros aspectos subyacentes del problema: entorno familiar, dificultades personales, problemas afectivos, situación escolar, etc.

– Establecer límites y normas de actuación dentro y fuera del hogar.

Damián Montero

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