Categorías:

Tomás Navarro: «La resiliencia puede ser negativa cuando nos acostumbramos al dolor»

Tabla de contenidos

Aprender a poner límites es fundamental para cuidarte y protegerte emocionalmente. El reconocido psicólogo Tomás Navarro, autor de Tus líneas rojas (Zenith) explora cómo funcionan la autoestima y el respeto hacia uno mismo cuando tenemos que defendernos emocionalmente.

Reconocer a una persona tóxica no es fácil y cuando nos han hecho daño, es habitual sentirse como un idiota, pero lo que ocurre es que nos han engañado. Para que esto no nos pase, o no nos vuelva a pasar, el psicólogo Tomás Navarro está convencido de que lo más importante es marcar límites, situar esas líneas rojas que protejan.

Las herramientas de autodefensa: marcar líneas rojas

¿Por qué crees que tenemos la necesidad de dibujar líneas rojas en nuestra relación con los demás?
Dibujar líneas rojas es muy necesario porque aunque creemos que la gente es maravillosa en general, la verdad es que tenemos un abanico muy amplio de maneras de proceder. Igual que hay gente afable y simpática, hay gente tóxica que manipula, abusa, maltrata y provoca dolor.Entonces, cuando tienes una persona cercana que es tóxica, que provoca dolor, o marcas líneas rojas para protegerte o acabarás fatal. Y cuando hablamos de marcar líneas rojas no es un ejercicio de egoísmo, no lo hacemos para fastidiar sino como medida de autoprotección y de defensa.

Hablas en el libro de la importancia de decir no. ¿Por qué consideras que es bueno, deseable y absolutamente aconsejable decir no?
Porque cada no qué no dices es uno a ti mismo, a algo que quieres hacer, que necesitas o que deseas. La gente tiene derecho a pedir lo que sea, ¡claro que sí!, pero tú tienes derecho a valorar si lo satisfaces o no. Entonces el no es un recurso, para poder marcar límites y para poder seguir tu camino. ¿Qué hace falta para seguir tu camino? Tener unas prioridades.

Decir no, pero te permite seguir tu camino, seguir tus prioridades y marcar unos límites a las personas que lo necesitan. Por eso, el no es una medida de tu protección.

Dices que no debemos confundir sumisión con bondad, ¿qué presente y futuro les espera a esas personas que ya han confundido sumisión con bondad?
Cuando una persona confunde la sumisión con la bondad va a tener muchos problemas en el presente, en el futuro y seguro que los ha tenido en el pasado también. ¿Por qué? Pues porque a veces incorporamos que somos buena gente, buena persona, cuando le damos más prioridad a los deseos de otra persona que a los nuestros. De esta forma, no tiene nada que ver tu identidad, ni cómo eres, con cómo complaces a otras personas. Por eso, es muy importante que desvincules tu identidad, tu autoconcepto, tu bondad y tu sentirte bien, del resto de la gente. Porque si no es como dar un mando a distancia de control a la persona que tienes en mente. Hay personas que llevan un letrero luminoso que pone «Me siento bien haciendo el bien» y hay gente que lo ve y dicen, pues tranquila/o que te voy a dar todo lo que necesitas a cambio de un peaje muy elevado. No tenemos por qué sentirnos mal por querer decidir qué hacer con nuestro tiempo, a quien vemos, qué actividad hacemos y cuál no… pero para llegar a ese punto es importante que tengas claro que eres mucho más que lo que haces, que tu autoconcepto no incluya concepto de sumisión y de bondad malentendida.

Entonces, ¿crees que si pasamos a la teoría del ‘yo primero’ seremos más felices?
Una de las herramientas que tenemos como defensa es tener un yo equilibrado. Por ejemplo, con el egocentrismo pasa que si eres muy poco egocentrista vas a tener problemas, pero si te pasas también. No somos mejores por olvidarnos de nosotros mismos y pensar más en otras personas. Y otra cosa, cuando creces bajo la sombra de una figura egocéntrica, te hace sentir egocéntrico por muchas cosas que no lo son.

¿Qué pasa cuando nuestra familia es tóxica? ¿Cómo podemos defendernos?
Cuando nuestra familia es tóxica pasan muchas cosas. Tenemos como un mal entendido de conceptos importantes y creemos que la familia es buena siempre. Pensamos en aquello de quien bien te quiere te hará llorar… y nos estamos equivocando. ¿Qué consecuencias tiene? En el caso de la familia estás aprendiendo una serie de estrategias y recursos que no te van a ayudar en el futuro. Estás creciendo con una autoestima muy baja, estás siendo especialmente sumiso, estás renunciando a tus objetivos, por ejemplo, estudiando lo que ellos quieren y no lo que quieres tú… y tiene consecuencias muy negativas. Con la pareja también, porque crees que es normal que te traten mal, que no atiendan a tus necesidades, que tengas que renunciar a todo por tu pareja, etc. ¿Qué ocurre? Que habitualmente tenemos el síndrome de Estocolmo y sentir que tu pareja es tóxica es muy complicado y preferimos pensar que no son tan malos.

¿Es la resiliencia una virtud o un defecto? ¿Qué ocurre cuando las personas se hacen resilientes al dolor?
Una de las cosas que explico en el libro es que la resiliencia puede ser negativa e incluso puede ser una enemiga. ¿Por qué? Porque, a veces, nos acostumbramos al dolor. De hecho un día hablaba con López Otin, que es un amigoy especialista en Genética, y me decía que algunas personas tienen una mutación que se hace resistente al dolor por algunas cosas, como por ejemplo, ciertos deportistas que dicen: «me duele, pero sigo», y la parte negativa es que te acostumbras y no haces cambios cuando el dolor siempre te indica que no funciona. Por ejemplo, ese zapato que molesta, ese colchón que hay que cambiar si te levantas con dolor de espalda y esa persona que te hace daño. Entonces algunas personas que por educación, tienden a tirar para adelante con todo, hacen se complique todo mucho más. Pongo un ejemplo sencillo: una avispa que te pica, la primera vez lo aguantas bien, pero a la cuarta la cantidad de veneno es tan grande que tienes que ir al hospital. Por tanto, no hemos venido aquí a aguantar dolor y debes escuchar lo que te pide tu dolor.

¿Qué consejos darías a esas personas que por víctimas se sienten idiotas por lo que han sufrido cerca de una persona tóxica?
No, no son idiotas. De las frases que más me dicen habitualmente mis pacientes es: ¡cómo he podido ser tan imbécil! Pero no, no eres tonto, es que te han engañado. Si lo vemos venir con una porra y con gas lacrimógeno nos protegeremos, pero si viene como amigo, se comporta como una víctima, nos gana por la compasión y luego nos hace mucho daño.

Muchos perfiles tóxicos no son evidentes, nos engañan.

De hecho, me encuentro muchas veces con personas con perfiles muy altos que me dicen: «gestiono 1.500 millones de euros al año, tomó decisiones para veinte países como directivo y no entiendo cómo me ha pasado esto». Conclusión: no es que seas tonto, es que te han engañado.

¿Cuál es el secreto para comunicar esas líneas rojas? Cuando hay que decir: «no te enfades, pero por aquí no paso», ¿qué recursos tengo?
Lo más importante es tener claro que ya has llegado al límite. En el libro explico que yo, que me dedico a esto, hasta el 28 de mayo de 2008 no fui consciente de lo importante que era poner límites. Desde ese momento en que te has priorizado y eres consciente de la importancia que tienen te salen solos. Y hay que comunicarlos de forma contundente, a veces de manera informativa informativa, a veces con un mensaje*

Pero… ¿cara a cara?
No, si mi pareja ya sabe cómo ganarme en el cara a cara. Si lo lleva haciendo toda la vida, sabe cómo soy. En cambio, un mensaje es claro, lo envío yo, lo escribo con tranquilidad y él lo puede leer con tranquilidad. Porque si no cara a cara no lo voy a llegar a decir o no me va a estar escuchando.

¿Cuáles son los tres pasos que hay que dar para poner límites?
El primero es priorizarse porque si no viviremos las prioridades de otra persona. El segundo es avisar porque la persona que abusa lo hace un poco deliberadamente y suele decir: ¡ay no me había dado cuenta! Si no funciona, tendremos que pasar al siguiente nivel que es limitar de manera contundente, clara y definiendo lo que va a pasar si sigues.

¿Cómo podemos salir del chantaje emocional?
Una de las estrategias más utilizadas por las personas que manipulan es el chantaje emocional. Cuando te hacen chantaje emocional, te hacen sentir culpable de algo. Hay una técnica que es el reproche y el truco es si cuando te dicen una frase puedes poner «, idiota» es que es chantaje emocional. Por ejemplo, «anda que me has servido un café, idiota» es chantaje emocional, en cambio «me sirves un café, por favor, idiota» no cuadra.

Por último, hablamos del tema del autosabotaje, ¿qué hacer cuando nuestro peor enemigo somos nosotros mismos?
La base del autosabotaje es que no nos respetamos, creer que no eres merecedor de una ventaja, de un beneficio* por eso, te autosaboteas para no exponerte. ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Pues ponernos límites a nosotros mismos y permitirnos ponernos otros límites. La gente que se hace autosabotaje no está viviendo la vida que merece, sino la vida que cree que merece.

Marisol Nuevo Espín

Te puede interesar:

– La resiliencia, un antídoto contra las situaciones adversas

Familias tóxicas

– Cuatro formas de mejorar tu resiliencia, según la psicología

– Traumas: ¿qué nos puede causar un trauma y por qué?

Otros artículos interesantes