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Los sucesos traumáticos en la infancia repercuten en la salud del adolescente

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Los momentos más difíciles en la infancia se vinculan con problemas adolescentes

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Hay situaciones que no son agradables para nadie y que son duras de asimilar. Por ejemplo, la muerte de un ser querido o un grave traspiés económico marcan a cualquiera y se precisa de una mente madura para poder sobreponerse a este contexto. Por ello los más pequeños, aunque pueda parecer que no entienden lo que está ocurriendo, sí que quedan marcados por estos reveses.

Y no solo a nivel emocional tal y como han indicado muchos estudios. Una investigación de la Universidad de Washington ha encontrado un vínculo entre los sucesos traumáticos vividos en la infancia y problemas de salud durante la adolescencia. Un motivo más para atender a los más pequeños cuando estos atraviesan situaciones que marcarían a cualquiera.

Regulación de emociones

El estudio de la Universidad de Washington congregó a 119 niños de entre 3 y 6 años. A todos estos participantes se les siguió a lo largo del tiempo para ver cómo evolucionaban los menores en función de las vivencias que pasaron durante la duración de la investigación. Para ello se analizaron las situaciones por las que pasaron todos ellos, poniendo énfasis en contextos trágicos como desastres naturales, muerte de un familiar o duros reveses económicos en la familia.

Al mismo tiempo los niños se sometieron a exámenes para analizar la actividad de su cerebro respecto a la regulación de emociones. Durante los años que duró esta investigación se realizaron varias de estas pruebas en las que se demostró que los niños que atravesaron situaciones adversas eran incapaces de manejar el estrés, algo que terminaba por influir en la salud mental y física.

Esto supone que al alcanzar edades más avanzadas, como en la adolescencia, los jóvenes se mostraban incapaces de gestionar el estrés típico de esta etapa: cambios en el cuerpo, mayores exigencias en el estudio, etc. Algo que provocaba que estos individuos no supieran afrontar estas caras que llegaron con el tiempo, dejándose llevar por el estrés y todos los efectos que tiene para la salud.

Manejar el estrés

No se pueden evitar las situaciones traumáticas, pero sí que se puede enseñar a los jóvenes a manejar el estrés una vez son adolescentes. Estos son algunos consejos para este fin:

– Atender a los avisos. El estrés se produce ante la acumulación de tareas o situaciones adversas, en ambos casos siempre hay síntomas previos que pueden hacer que vayamos preparando la mente para este contexto.

– Enseñar a relativizar. El estrés hace que las personas vean los problemas más grandes de lo que en realidad son. A los niños se les debe enseñar a relativizar todo y siempre valorar el contexto.

– La realidad es la que es. Las situaciones de estrés hacen que muchos piensen en contextos hipotéticos, algo que se eludan los problemas y los jóvenes se sientan estresados por verse así y no como han imaginado.

– Técnicas de relajación. Respiración de vientre, una pieza de música relajante, cerrar los ojos y contar hasta 10. Hay muchas técnicas, enseñar algunas a los jóvenes puede ayudarlos.

– Salir a la calle. Ya sea para dar un paseo o para hacer algo de ejercicio, pero en ocasiones salir de las 4 paredes hace que el nivel de estrés se rebaje.

Damián Montero

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