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Los secretos de la manipulación emocional

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¿En qué consiste la manipulación emocional? ¿Cómo reconocer a un manipulador emocional y cómo actúa? Y, si el manipulador emocional soy yo, ¿cómo darme cuenta de ello y corregir tendencias y actitudes negativas?

¿En qué consiste la manipulación emocional?

La manipulación emocional se produce cuando una persona ejerce técnicas de persuasión para conseguir que otra haga lo que esta quiera buscando siempre su propio beneficio. Las personas manipuladoras poseen una gran oratoria con la que influyen y convencen siendo capaces de darle la vuelta a las situaciones a su favor, lo que acaba produciendo un control sobre la otra parte.

Los comportamientos de las personas manipuladoras son poco apropiados y pueden haber de varios tipos, entre ellos está detectar las debilidades de la otra persona para, posteriormente, poner en práctica las tácticas que considere más efectivas con el fin de aprovecharse de la víctima y conseguir los objetivos que se haya propuesto.

La persona que está siendo manipulada acaba siendo la víctima, ya que antepone a la otra persona dejando en un segundo plano sus propios intereses y necesidades. Esto acaba influyendo de manera negativa en su autoestima, autoconcepto, autorrespeto y autoaceptación, por lo que se vuelven personas inseguras, tristes e insatisfechas. En ocasiones, las víctimas defienden las conductas del manipulador llegando incluso a sentirse culpables por la situación generada», dice el psicólogo Moises Suárez.

Cómo reconocer a un manipulador emocional 

Las personas manipuladoras van a observar a su víctima y a buscar su punto débil para utilizarlo a su favor. Este tipo de persona no suele tener muchos escrúpulos, por lo que van a anteponer sus propias necesidades a las de cualquier persona. Los sujetos dominantes (manipuladores/as) van a presentar una baja autoestima, lo cual le hace sentir inseguridad, es por ello que al ser conscientes muestran una imagen contraria adoptando una actitud dominante y egoísta en la relación con la otra persona.

Por lo general, a la hora de resolver un conflicto la persona manipuladora va a emplear técnicas como la agresividad (activa o pasiva). Estas conductas se pueden observar mediante las habilidades sociales de la persona, ya que existirá algún déficit, sobre todo relacionado con la asertividad: al ver que le faltan herramientas recurre al chantaje emocional para conseguir lo que quiere pudiendo llegar a ser más agresivas e incluso a hacer uso de la violencia. Quienes ejercen la manipulación no van a estar cómodos en las áreas que les rodean (laboral, familiar, de amistad, de pareja…) y esto les hace ser personas rígidas, que juzgan a los demás, demostrando que tienen la razón en todo.

Asimismo, presentan una baja tolerancia a la frustración, por lo que sus reacciones suelen estar guiadas por la rabia, mostrándose constantemente en alerta y atacando con una crítica destructiva, con agresividad tanto física como verbal cuando se sienten amenazadas. Cualquier cosa les parecerá insuficiente, no se conforman con nada y constantemente están demandando, sin ningún tipo de límite, por eso uno de los rasgos que les caracteriza es su alta exigencia. 

La persona que manipula alimenta su ego a raíz de manipular a la otra persona, ya que esto le hace sentir control y poder. Recurrir al victimismo es otro de los rasgos característicos, es por ello que van a exagerar las conductas, reprochando cosas y/o situaciones que no son para tanto o que no han pasado. Si ven que la víctima intenta liberarse se mostrarán dependientes, indefensos, exagerarán problemas de salud, etc.», explica Suárez.

Qué hacer cuando desenmascaramos a un manipulador emocional

Si en algún momento sientes o identificas que te están manipulando, el primer paso es ser consciente de ello. Algunos de los detonantes que te harán darte cuenta de esta manipulación los podrás detectar al sentir que no están respetando tus derechos básicos, por lo que harán saltar las alarmas, como por ejemplo: 

– Derecho a expresar tus sentimientos, opiniones e ideas.
– Derecho a establecer tus propias prioridades.
– Derecho a ser tratado con respeto.
– Derecho a defenderte de las agresiones externas, sean físicas o emocionales.
– Derecho a decir NO sin sentirte culpable.

Si sientes que estos derechos no están siendo respetados mantén la distancia con la persona manipuladora y no te sientas culpable por no hacer algo que te pida, ya que va a tratar de chantajearte emocionalmente para conseguir todo aquello que quiera. Cuando te demande alguna cosa, tómate el tiempo que creas necesario para darle una respuesta, no lo hagas inmediatamente porque con la presión que ejercen a través de sus peticiones no te va a permitir pensar y tomarás una decisión rápida. Esto solo hará que acabes sintiéndote culpable. Una vez tomes una decisión, sé firme con ella, los sujetos manipuladores son expertos en analizar tu comunicación no verbal y ver tus puntos débiles, por lo que emplearán todos sus esfuerzos esperando que acabes cediendo.

Estas son algunas recomendaciones que puedes emplear en el caso de que detectes este tipo de conductas en alguna persona de tu entorno para reducir el malestar que te pueda estar produciendo. Siempre se recomienda acompañarlo con la terapia psicológica.

¿Si el manipulador emocional soy yo?

Para darte cuenta de que eres una persona manipuladora tienes que realizar una serie de pasos:

– Lo primero será analizar el tipo de relaciones que tienes en el momento presente con tu familia, amistades y si tienes, con la de pareja. Cuando hagas este análisis tendrás que observar la calidad de estas relaciones, si existe algún tipo de dependencia en alguna de ellas, si te detectas algunos de los rasgos que hemos mencionado anteriormente, si no estás conforme con el tipo de relación, etc.

– Si detectas que eres una persona que manipula a las demás, lo segundo que hay que hacer es ver si quieres cambiar o mejorar esta característica de ti

.- Por último, tendrás que reconocer y aceptar que existen comportamientos tóxicos que deben cambiar.Lo más recomendable sería pedir ayuda a un profesional del ámbito de la psicología para que te pueda dar pautas sobre cómo reconducir esas conductas que estás llevando a cabo y sustituirlas por otras más adecuadas.

Si decides recurrir a un profesional, tendrás que empezar dejando de ver a las víctimas como alguien de quien te puedes beneficiar siempre que tú quieras, sustituyéndolo por una relación de reciprocidad en la que ambas den más o menos lo mismo. También deberás hacer un análisis de las inseguridades que estén presentes en ti, detectando cuáles son y de qué manera puedes empezar a hacerle frente. Otro aspecto importante será reducir las conductas agresivas, ya que para ninguna persona son agradables y sustituirlas por conductas adaptativas al contexto en el que se está, tratando a los demás de una manera asertiva.

Sustituir el pensamiento de que la única persona que importa eres tú por un pensamiento en el que todas las personas posean el mismo valor. Aprender a satisfacer tus propias necesidades sin aprovecharte de los demás. Este proceso va a requerir mucho esfuerzo y trabajo interno debido a que te encontrarás lidiando con tu yo interior, pero si todos los días subes un escalón y buscas la ayuda adecuada, serás capaz de crecer personalmente e ir adquiriendo el control de tu propia vida y no el de la vida de los demás. Obtendrás una gran cantidad de fortalezas emocionales y mentales sin tener que manipular a otra persona», concluye el psicólogo Moises Suárez

Consejos para defenderse de un manipulador emocional

1. Sé consciente. Detectar que estás sufriendo manipulación va a ser lo principal para poder defenderte y aplicar los siguientes tips que vas a leer a continuación.

2. No culparte. Si no cedes o respondes a las demandas de la otra persona no te sientas culpable, como se menciona anteriormente posees unos derechos entre los que se encuentra el no satisfacer a lo que las otras personas quieren, no tienes la culpa de que los sujetos manipuladores sean así. Si te sientes de esa manera, como profesional te recomiendo trabajar en tu autoestima.

3. Trabajar la autoestima. Hacer una reflexión e introspección de tu autoestima es muy importante, ya que te ayudará a conocer tu interior más oscuro, las carencias que tienes, las inseguridades, los miedos, etc. Las personas manipuladoras van a ser consciente de estas debilidades y las utilizarán para hacerte daño, por este motivo es necesario tener un adecuado autoconocimiento sobre cada una de ellas y fortalecerlas, para así, protegerte de las personas manipuladoras. No es algo sencillo, es por ello que se recomienda acudir a terapia para adquirir las herramientas necesarias y adecuadas para afrontar la situación que se está viviendo.

4. Entrenar la asertividad. La asertividad te va a facilitar y ayudar en el mensaje que se quiera transmitir a la persona manipuladora, ya que se hará uso de una comunicación verbal amable, natural y respetuosa, donde se validen las emociones y sentimientos tanto del manipulador como de nosotros mismos. Se le hará entender que no va a ser posible cumplir sus peticiones por mucha insistencia que ejerza, respondiéndole siempre a sus peticiones con una actitud de respeto, manteniendo la calma y siendo firmes en todo momento.

5. Ser firmes con nuestras decisiones. La firmeza te permitirá argumentar la decisión que hayas tomado en cuanto a la petición de la persona manipuladora y a no ceder por mucho chantaje o manipulación emocional que esté ejerciendo en ese momento. Se trata de hacerle entender a la persona manipuladora que por mucha insistencia que realice haciendo uso de argumentos de culpa, obligación o miedo, será un esfuerzo en vano, ya que no va a conseguir lo que demande porque tu decisión es firme y no la vas a cambiar.

6. Establecer límites. Los límites hay que establecerlos de una manera clara y firme, pero resulta una tarea difícil, ya que no todas las personas tienen la misma facilidad y/o capacidad para desempeñarla. Estos límites te ayudarán a marcar las líneas que el manipulador no va a poder traspasar. Para poder protegerte es muy importante ser consciente de que los límites son primordiales y si no se cumplen en un momento determinado, el manipulador va a observar una debilidad la cual va a alimentar para que prevalezca una situación en la que esté por encima su poder. Si te mantienes tajante con los límites fijados, finalmente, la persona manipuladora se dará cuenta de que está perdiendo el tiempo en algo de lo que no va a obtener beneficios.

7. La negociación. Existe la posibilidad de que se quiera o se pueda acceder a la petición que está haciendo el manipulador, la cual no supone mucho esfuerzo o sacrificio realizarla. En este momento, es primordial hacer uso de la negociación donde ambas partes salgan beneficiadas y no solo la persona manipuladora. Esta acción se debe llevar a cabo si se tiene algún tipo de interés en lo que te ha pedido o si se va a obtener un beneficio concreto. También se puede negociar que se va a conceder lo que está pidiendo exactamente, pero sí algo parecido. Si esto no es así, lo más importante es mantenerte firme con los límites que te has marcado.

Moisés Suárez. Psicólogo de Mundopsicologos.com

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