¿Qué debemos entender por personalidad? ¿Qué conductas me pueden ayudar a identificar un trastorno de personalidad? ¿Puede diagnosticarse a cualquier edad?
La personalidad, al igual que la inteligencia, son conceptos abstractos que resultan difíciles de definir. ¿Existe entonces alguna forma de entender de manera sencilla lo que es la personalidad?
La personalidad es la razón última por la que una persona piensa, siente y se comporta de la forma en que lo hace. De ahí deriva la idea de que, sea cual sea el modo en que pensemos, sintamos y nos comportemos, será estable en el tiempo y estará presente en todos los contextos en los que nos manejemos.
De esta forma, una persona con personalidad abierta tenderá a comportarse de forma sociable y expansiva en la mayoría de las situaciones sociales que experimente. Esto seguirá siendo así durante las diferentes etapas de su vida. Ciertamente pueden ocurrir circunstancias que alteren esto, como la vivencia de experiencias traumáticas.
El trastorno de personalidad pasa desapercibido
Concretado el concepto de personalidad, hablemos de su alteración. La patología que afecta a la personalidad en toda su extensión se conoce como trastorno de la personalidad. La persona que padece este tipo de enfermedad no es consciente de ella. Dicho de otro modo, para la persona portadora de un trastorno de la personalidad todo lo que siente, piensa y hace es normal y, en consecuencia, no se lo cuestiona.
Esto es importante, pues dificulta mucho el diagnóstico, al no ser el propio afectado el que pide ayuda. Por el contrario, suele ser el círculo íntimo de la persona el que empieza a darse cuenta de que hay algo extraño. Ellos pueden sentir que no encajan y pueden experimentar mucho sufrimiento pero, normalmente, no lo relacionan con que les ocurra algo. Con frecuencia, la razón de su desasosiego está en los demás o en el entorno.
La familia o el entorno social y/o laboral más próximo percibirán comportamientos muy alejados de lo que cabría esperar en diferentes situaciones de la vida cotidiana. Es importante mencionar que, hasta que no se han cumplido los 18 años de edad, no es posible emitir un diagnóstico de trastorno de la personalidad. Esto se debe a que se considera que hasta dicha edad aún hay posibilidad de evolución, cambio o matización de la estructura de personalidad que se está configurando en la persona.
Pistas para saber si padece un trastorno de personalidad
Por tanto, debemos ser cautelosos al realizar las siguientes observaciones que nos pueden dar algunas pistas para detectar si tiene un trastorno de personalidad:
1. Cómo se ve a sí mismo. Si observamos que nuestro hijo nos traslada, de forma constante, una percepción muy muy negativa o muy muy positiva de sí mismo o de los demás, deberemos preguntarnos si esta situación puede explicarse por una contexto exteno que esté ocurriendo en su entorno escolar o familiar. Estaremos atentos a los retos y logros por los que esté atravesando nuestro hijo y que, tal vez, expliquen esta percepción. Si no encontramos razón exterior alguna, y dado que la mayoría de la gente se mueve en percepciones del mundo menos extremistas, debemos acudir en busca de ayuda exterior. Es posible que ante una situación que nos pueda parecer muy extremista, un profesional especializado sepa contextualizarlo y descarte de esta forma el trastorno de la personalidad .
2. Cómo se toma las cosas. De igual forma, nos debe llamar la atención si nuestro hijo/a refiere experiencias emocionales extremadamente negativas o positivas. También supone una pista destacada si observamos rápidos cambios de humor, o si reacciona de forma muy desajustada a situaciones aparentemente neutras. Es habitual que sufran situaciones de aislamiento o exclusión. Incluso en algunos trastornos, son ellos mismos los que buscan esta separación de los otros. En otras ocasiones despliegan conductas ciertamente agresivas o violentas (dificultad para controlar sus impulsos) que pueden llegar a terminar en expulsiones de centros educativos.
El trastornos de la personalidad en menores de edad
No se diagnostica el trastorno de personalidad en los menores de edad. En niños pequeños no se considera, ni siquiera, la incipiente existencia de los mismos. Existen otras entidades clínicas que explican mejor las alteraciones de comportamiento de estos niños. Tal vez, en chicos y chicas por encima de los dieciséis años podemos empezar a considerar, en casos de comportamientos muy extremistas, la futura aparición de un trastorno de la personalidad. Sin embargo, lo más habitual es que las alteraciones del comportamiento se justifiquen mejor bajo otros diagnósticos menos graves.
José María Cortés. Psicoterapeuta de pareja y familia. Departamento de adultos, pareja y familia Psicólogos Pozuelo
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