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¿Por qué un psicólogo es esencial en ciertas etapas de nuestra vida?

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Ahora con la pandemia, se ha valorado quizás más que nunca poder tener a un psicólogo cerca, y saber gestionar crisis de ansiedad o las emociones de incertidumbre, sobrellevar una situación de duelo…

De hecho, la psicología es cada vez más entendida como una atención fundamental para nuestra salud y bienestar. Lejos ha quedado la idea de que ir al psicólogo solo se da en casos extremos o que es «cosa de locos». Con el psicólogo se realiza un trabajo de psicoterapia, fundamental para dar solución a dificultades específicas relacionadas con la ansiedad, pasando por dificultades del ánimo y afectivas como la depresión, la dependencia emocional, autoestima, duelo, tan habituales en a sociedad en la que vivimos.

Pero si hay algo importante a lo largo de la terapia es descubrirnos, desde la propia comprensión de nuestros mecanismos y sin juicio. Esto nos enseña a regularnos emocionalmente y a crecer como personas.

Y es que, a lo largo de nuestra vida, pasamos por circunstancias en las que el apoyo de un psicólogo es fundamental, sobre todo para entender los procesos por los que pasamos y aprender de ellos. El psicólogo estudia el comportamiento humano, sus motivaciones y los procesos emocionales que hay tras esto, desde una perspectiva científica y en muchos casos con formación en psicología humanista.

Está formado específicamente para el tratamiento en psicoterapia y es muy importante asegurarnos de que está debidamente cualificado, ya que son muchas las intrusiones profesionales y pseudoterapias. Así, este profesional no solo atiende aspectos psicopatológicos, si no que en la mayoría de los casos el tratamiento va dirigido a aprender habilidades sociales para mejorar nuestras relaciones, nuestra comunicación y detectar nuestros roles dentro de la familia, pareja, amigos o, simplemente, aprender pautas sobre la crianza de nuestros hijos o a reconocer nuestras emociones y saber gestionarlas.

La psicóloga Laura Palomares, directora de Avance psicólogos, matiza que «acudir al psicólogo ayuda, entre otras cosas a, entender qué nos pasa, cuál es la naturaleza de los problemas que tenemos y sus posibles soluciones. Además, contribuye a mejorar nuestra autoestima, entender los procesos y aprender a resolverlos, aumentar la valoración personal, ganar autonomía y seguridad. También nos ayuda a asumir nuestra responsabilidad, saliendo de actitudes victimistas para alcanzar una actitud más proactiva. Y además nos puede enseñar a reconocer las emociones y gestionarlas, desarrollar habilidades sociales y de comunicación asertivas, fundamental para una vida feliz y una sana autoestima o alcanzar tu desarrollo personal a través del autoconocimiento.   

4 razones para poner un psicólogo en nuestras vidas

La psicóloga Laura Palomares describe 4 razones por las que es importante estar acompañado de un psicólogo en ciertas etapas de nuestra vida:

1. Información fiable y personalización de la mano de un profesional. Palomares describe que la base es entender la naturaleza del problema que nos está afectando. Y eso se consigue gracias a profesionales, quienes aportan las pautas necesarias para solucionarlo desde las primeras sesiones de psicoterapia al realizar la exploración y análisis del problema de manera individualizada. Cada paciente es un mundo y no se puede tratar en absoluto cada problema igual en todas las personas. Palomares apunta a que la psicoterapia nunca se basa en el tipo de consejos genéricos y unidireccionales. La labor del psicólogo tiene que realizar un análisis pormenorizado de lo que le ocurre a la persona que busca ayuda profesional y teniendo en cuenta sus hábitos y los contextos a los que se expone en su día a día. Para ello, es fundamental contar con profesionales de la salud mental cualificados y formados en las técnicas más eficaces testadas científicamente.

2. Libertad y conocimiento. Ir avanzando y progresando en los objetivos terapéuticos permite aprender a controlar las variables que causan el problema, siendo el paciente poco a poco capaz de prevenir recaídas y de gestionar sus emociones sin la necesidad de seguir siempre las instrucciones del psicólogo. Aquí, incide la experta, la autoestima es fundamental.

3. Mirar más allá de uno mismo. En muchas ocasiones, las personas van a terapia por circunstancias que no están en su interior, sino por el modo en el que se exponen a ciertas situaciones. Uno de los ámbitos de trabajo más frecuentes de los psicólogos es la terapia de pareja, así como la terapia familiar, afirma Palomares. Abordar ciertos problemas interviniendo sobre varias personas a la vez ayuda a solucionar estas interacciones problemáticas o conflictivas y a la vez hace más difícil que se vuelva a recaer en ellas.

4. El experto, la mejor herramienta. En definitiva, la experta reflexiona que, la psicoterapia ayuda a solucionar problemas derivados de una alteración que es en parte orgánica, basada en una enfermedad del cuerpo, como el dolor crónico, un ictus cerebral, o un desajuste químico del cerebro que hace emerger enfermedades psiquiátricas o neurológicas. Con ello, pueden aparecer alteraciones emocionales o inseguridades acerca de cómo afrontar un reto así. La terapia permite ir dependiendo menos de la medicación de psicofármacos, al aprender a prevenir las crisis o brotes, y al contribuir a establecer hábitos de vida saludables y con los que es más fácil gestionar emociones.

Laura Palomares. Psicóloga y directora de Avance psicólogos

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