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El sentimiento de culpa: ¿qué hacer cuando nos sentimos culpables?

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La culpa es un sentimiento negativo que aparece cuando hacemos algo mal, ayuda a que tomemos conciencia del posible daño provocado y podamos hacer algo para solventarlo. La culpa es un sentimiento desagradable, pero necesario para la adaptación al engranaje social y al entorno.

Sin embargo, en ocasiones el sentimiento de culpa se apodera de nosotros, puede que nos sintamos culpables sin razones para ello.  En estos casos, la culpa deja de cumplir una función, deja de ser sana y se convierte en algo perjudicial, en una lacra que nos aprisiona y condiciona.

Claves para gestionar el sentimiento de culpa

1.   El sentimiento de culpa surge como consecuencia de nuestra capacidad de ponernos en el lugar del otro, de la empatía y del desarrollo de nuestra conciencia moral.

2.   Para liberarnos de la culpa es imprescindible aprender a hacer juicios realistas y comprender que no ocupamos un lugar central. A veces, algunos perjuicios son inevitables, no podemos agradar a todos, es más ni siquiera necesitan ese agrado.

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El sentimiento de culpa

El sentimiento de culpa es un sentimiento negativo que aparece cuando creemos que hemos traspasado ciertas normas morales y hemos causado un perjuicio a los demás. La culpa se desarrolla ligada a:

1.   La empatía o capacidad de ponernos en el lugar de los demás, ya que podemos comprender su malestar.

2.   El desarrollo de la conciencia moral, que tiene lugar en la infancia. El desarrollo moral nos hace comprender lo que está bien y lo que no lo está. Y con esta distinción nos hacemos responsables de nuestros actos.

La función de la culpa

El sentimiento de culpa cumple una función adaptativa: se trata de hacernos conscientes del mal cometido para poder repararlo. De este modo funciona como un engranaje social que favorece la interacción. Sin embargo, la culpa puede dejar de ser adaptiva y convertirse en algo perjudicial. En estos casos, en lugar de ser el sujeto quien controla al sentimiento, el sentimiento toma el control y causa malestar.

El sentimiento de culpa

Cómo es el sentimiento de culpa

1   Culpa adaptativa y sana. Sentimiento que aparece cuando se provoca un daño real. Su utilidad radica en que ayuda a respetar las normas y a los demás personas. Cuando aparece el sentimiento de culpa reaccionamos con conductas adaptativas que tienen como objeto solventar el perjuicio: pedir perdón, solucionar el daño, etc…

2.   Culpa desadaptativa. Ocurre cuando el sentimiento de culpa aparece sin ninguna causa real. Se valora de forma errónea un perjuicio que no es real. El sentimiento de culpa en estos casos no da lugar a la solución y al no solucionarse domina y puede llegar a ser destructiva.

3.   Ausencia de culpa. Ocurre cuando aún cometido un perjuicio no es valorado como tal.

Mecanismo del sentimiento de culpa

1.   Acción casual o no. La culpa comienza cuando se lleva a cabo una conducta, premeditada o no.

2.   Interpretación negativa de la conducta por parte del sujeto. La mente comienza a elaborar pensamientos sobre la conducta y se genera una valoración negativa de la misma. Se considera la acción como reprochable y causante de algún mal.

3.   Desarrollo de una emoción de malestar. Nos sentimos mal por ser los responsables de las consecuencias de la acción.

Consecuencias del sentimiento de culpa

Cuando el sentimiento de culpa es excesivo tanto en intensidad como en situaciones, tiene importantes consecuencias para las personas que  se sienten culpables:

–  Malestar emocional grave y constante, que se caracteriza por su persistencia y su capacidad para perturbar el pensamiento y la conciencia.

–  Sensación de desprecio hacia uno mismo.

– Desvalorización de uno mismo y como consecuencia en ocasiones baja autoestima.

– Suele ser fuente de estrés y ansiedad, frustración y desasosiego.

– Da lugar a una elevada auto exigencia, intentando controlar lo incontrolable.

– Genera relaciones asimétricas, ya que al sentirnos culpables liberamos a los demás de su culpa y cargamos con ella.

¿Qué hacer para no sentirnos culpables?

Aunque el sentimiento de culpa tiene una función necesaria y sana, es necesario liberarnos de las culpas que no son adaptativas. Cuando la culpa nos controla entramos en un estado de malestar del que es difícil salir y hay que saber perdornarnos a nosotros mismos. No se trata de evadir nuestras malas conductas, la culpa adaptativa es sana, ser capaces de reconocer nuestros daños es signo de madurez y contribuye al bienestar. En cambio, si se trata de acabar con la culpa desadaptativa que nos controla y nos hace responsables de cosas que escapan a nuestros actos.

–   Identifica y comprende el sentimiento de culpa. En primer lugar trata de reconocer la sensación, el sentimiento, prueba a anotar la sensaciones. Comprender nuestros sentimientos, nos ayuda a entendernos y a entender la situación.

–   Reflexiona sobre el acto que provoco la culpa y sobre tu interpretación del mismo. En ocasiones este acto puede ser valorado como negativo sin llegar a serlo, es importante reconocer ambos casos.

–   Si realmente hiciste algo malo, expresa tus sensaciones y pide disculpas a la persona o personas perjudicadas. No temas decir lo siento.

–   Aprende a perdonarte. Seguramente los demás te hayan perdonado ya, pero lo más difícil es perdonarse a uno mismo. Prueba a verlo desde fuera, piensa que es otra persona la que hizo mal. Comprende que eres una persona y que puedes cometer errores, aprende de ellos.

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.  Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.

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