La mentira es una conducta más común de lo que podemos pensar. En muchas ocasiones, las personas recurren a la mentira para lograr una ficticia cobertura psicológica, evitar un problema o salir de una situación. La mentira siempre tiene consecuencias negativas, y es más, en algunas ocasiones puede llegar a convertirse en un verdadero problema.
Cuando la mentira se convierte en una conducta que domina a la persona, este es el caso de los mentirosos compulsivos, nos encontramos con un trastorno psicológico, que se caracteriza por una especie de adicción a las mentiras. Las personas que mienten de manera compulsiva entran en una rueda de mentiras que les acarrea importantes problemas y de la que es difícil salir.
El peligro de mentir de forma habitual
1. Cuando mentir se convierte en una conducta habitual, que no se puede evitar, puede traer graves consecuencias y convertirse en un trastorno psicológico conocido como mitomanía o mentirosos compulsivos.
2. En estos casos, la mentira se convierte en una conducta adictiva, que genera aparentes beneficios que hacen complicado salir del círculo de la mentira.
La conducta de mentir
La mentira es una conducta que forma parte del repertorio de las personas. Son muchas las ocasiones en las que las personas escogen mentir. La mentira aparece de modo espontaneo e incluso indefenso, mentimos para evitar algún reproche o consecuencia negativa, como cuando llegamos tarde a una cita u olvidamos entregar un trabajo. Estas mentiras aparentemente inocentes, esconden un gran peligro.
La mentira proporciona un beneficio espontaneo y de esta manera se refuerza la conducta, entrando así en el círculo de la mentira. Entrar en el hábito de mentir es relativamente sencillo, pero salir es complicado.
La mentira patológica
Aunque puede parecer que mentir aporta beneficios inmediatos, toda mentira acarrea consecuencias negativas. Al mentir evitamos enfrentar la realidad, nos escondemos de ella. No es bueno entrar en el círculo de las mentiras, cuando la conducta de mentir se convierte en un hábito, se generaliza y se convierte en una conducta patológica con graves consecuencias para el mentiroso.
¿Cómo se convierte la mentira en patológica?
La mentira se convierte en patológica cuando se va reforzando. Poco a poco, se va usando la mentira para salir de problemas, para evitar reproches y enmascarar la realidad, la mentira proporciona una ficticia cobertura.
Poco a poco, las mentiras empiezan a generalizarse, en un principio ha resultado útil para evitar problemas o conflictos y al usarla la persona descubre que puede inventar una realidad que le proporciona un soporte a su autoestima. Mentir supone inventar una realidad y ocultar unos problemas, la realidad inventada es más interesante, más llamativa. De este modo, las mentiras se convierten en una conducta compulsiva que ayudan a ocultar los problemas, que permiten presentar una imagen más llamativa.
Los mentirosos compulsivos, el significado de las mentiras compulsivas
Los mentirosos compulsivos son los que han comenzado a generalizar la mentira, les resulta más fácil mentir que decir la verdad. De este modo, pueden crear su propia realidad y evitan mostrar esa realidad que para ellos duele. Se convierten así en adictos a las mentiras, buscan constantemente ese refuerzo falso que supone para su autoestima. Pero este refuerzo, no es tal, ya que no enfrentarse a la realidad solo nos introduce más profundamente en el problema. Y cada vez es más difícil escapar del mismo ya que dejar de mentir supone asumir esa realidad de la que se huye.
¿Cuáles son los aparentes beneficios de la mentira?
La mentira aporta a priori unos beneficios aparentes, estos beneficios ocurren de manera inmediata y contingente a la conducta y por eso la refuerzan. Pero lo único que se consigue es huir del problema y, de este modo, incrementarlo. Entre los aparentes beneficios de la mentira, podemos señalar los siguientes:
1. Se escapa de un problema o conflicto, se evita una consecuencia negativa.
2. Se evitan reproches o recriminaciones y se consigue, por el contrario, comprensión y apoyo.
3. A través de la mentira es posible ocultar los propios defectos, aquello que avergüenza a la persona.
4. Con las mentiras se consigue ofrecer una imagen más llamativa, una imagen idealizada, perfecta y reestructurada.
5. Con la mentira se consigue una aparente y ficticia protección de la autoestima.
Consecuencias de las mentiras compulsivas
Cuando mentir se convierte en una adicción, de la que es complicado salir, son muchas las consecuencias negativas que conlleva. La mentira es huir del problema, no enfrentarse a él e incrementarlo. Consecuencias negativas de las mentiras compulsivas:
– Mentir supone encubrir el problema, pero no enfrentarse al mismo. Por lo tanto el problema no se soluciona y continúa existiendo, probablemente aumentando.
– Se genera una adicción y el mentiroso comienza a mentir sin razón.
– La autoestima aunque aparentemente quede protegida ante las mentiras de un yo ideal, se resiente, y poco a poco se va minando. Mentir no supone un aumento de la autoestima sino ocultar aquello que no nos gusta.
– Posible aislamiento social, problemas laborales y familiares. Las mentiras poco a poco son descubiertas por los demás, y eso acarrea lógicamente problemas sociales.
Síntomas de la adicción a las mentiras
¿Cuándo debemos alertarnos de la presencia de esta adicción? Algunos síntomas que nos deben poner alerta.
– Dificultad para decir la verdad, incluso en situaciones en las que la mentira no tiene sentido, es decir ésta no sirve para obtener algún beneficio.
– Reiteradas mentiras sobre la propia persona o sobre la propia vida.
– Mentiras usadas para llamar la atención, obtener simpatías, sentirse interesante, superior, etc.
– En ocasiones, llegan a creerse sus propias mentiras.
– Les cuesta vivir en la realidad, cambian de trabajo, de relaciones, de amigos, etc…de manera constante.
Consejos para prevenir la mentira patológica
Las mentiras compulsivas pueden convertirse en un trastorno grave con importantes consecuencias para el bienestar y para la vida de la persona. Es importante prevenir y tratar esta adicción a las mentiras.
1. Analiza el origen de las mentiras. Es una labor personal, que ha de hacer aquel que padece la adicción, buscar el patrón que las origina: si se trata de una baja autoestima, si se trata de necesidad de aprobación, etc.
2. Haz un diario de mentiras donde anotes cuando mientes, por qué lo haces, a quién mientes, como te sientes, etc. de esta forma obtendrás una radiografía completa de tu conducta y podrás comprobar hasta qué punto te afectan.
3. Trata de controlar tu impulso, pide ayuda si es necesario, es mejor que digas que no quieres hablar de algo a que empieces a mentir.
4. Antes de mentir piensa si realmente lo necesitas, si realmente te hace feliz, si realmente va a cambiar tu vida.
5. Evita personas que te fomenten la adicción.
6. Cultiva otros aspectos de tu vida.
7. Desarrolla tu autoestima.
8. Empieza a decir la verdad poco a poco.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en Pedagogía y Psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.
Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura
Te puede interesar:
– La mentira, ¿por qué mienten los niños?
– La sinceridad, educar en valores