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Establece prioridades: cómo olvidarte del estrés

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A veces, el día a día puede estar cargado de exigencias, obligaciones, diferentes quehaceres y tareas que se nos acumulan. A menudo es complicado organizar nuestro tiempo cada día y nos vemos obligados a dejar de lago algunas cosas, a dejarlas para más tarde, para la semana que viene, el mes que viene…

Solemos decirnos a nosotros mismos «cuando termine con esto y me libere de… tendré tiempo para….»  Y pasan los días, pasan las semanas y continuamos con el mismo argumento. Y al final gracias a este argumento, a menudo damos prioridad a lo urgente y no prestamos atención a lo importante, descuidamos así a familiares, amistades, aficiones y hobbies, y lo peor de todo nos descuidamos a nosotros mismos y a nuestro bienestar.

A fin de cuentas son las cosas importantes las que alimentan nuestra felicidad y nuestro bienestar y no aquellas que parecen tan urgentes y nos roban el tiempo y la atención con demasiada frecuencia.

La sobrecarga de tareas y la absurda sobreexigencia

La sociedad actual nos envuelve a todos en un ritmo vertiginoso, y nos obliga a vivir demasiado deprisa sin apenas tiempo. El éxito social hoy en día nos exige, ser eficientes en nuestros trabajos (los cuales cada vez requieren más horas y más obligaciones, si no lo haces tú lo hará otro), mantenernos en forma (lo que implica dedicar tiempo al deporte, gimnasio, etc.), ocuparnos de la familia, sacar tiempo para los amigos, y sobrevivir en el intento, con días que solo tienen 24 horas.

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Establece prioridades para huir del estrés

Además la sociedad nos exige ser los mejores en todo, ser los mejores padres y madres, la mejor pareja, ser los más atentos con nuestros familiares, hacer nuestro trabajo mejor y más rápido, mantenernos en forma, no coger peso y cuidado con las canas y arrugas, ocuparnos de la casa, etc. Vivimos en una competición constante, en la que luchamos contra la naturaleza.

Si echásemos un vistazo atrás, si recordamos cómo vivían nuestros padres y madres, o mejor aún nuestros abuelos y abuelas, notaremos una gran diferencia con el estilo de vida actual. Es cierto que ellos también tenían obligaciones y tareas, pero a diferencia de nosotros no se sobrecargaban y no se sentían obligados a ser los mejores en todo. Probablemente pensarían o estén pesando ahora cuando nos observen que estamos locos intentando forzar nuestras capacidades, y llegando a límites que tienen sus efectos en nuestra salud actual y los tendrán en nuestra salud futura.

Errores al establecer prioridades

La sobrecarga de tareas y la absurda sobreexigencia en la que estamos inmersos, nos hace esclavos, nos envuelve en el sistema y nos hace ser al mismo tiempo padecer mucho estrés. Nos convertimos en esclavos de nosotros mismos, y como es imposible cumplir con todo, comenzamos a seleccionar y establecer prioridades. Seleccionamos aquellas prioridades que, a priori, pensamos que nos harán más felices, hacemos primero lo urgente, porque lo urgente nos llevará al éxito social o laboral, nos llevará a ser los mejores en esa absurda competición y sin sentido.

Nos estamos engañando a nosotros mismos, porque nunca tendremos suficiente, siempre habrá nuevas metas urgentes y al conseguirlas no somos mejores, aparentemente tenemos más éxito, pero nuestras vidas están vacías de experiencias. Llenas de éxitos pero vacías, porqué hemos dejado de lado lo importante y ahora no nos cabe.

Como consecuencia se desarrollan las epidemias de la sociedad moderna: ansiedad, depresión, malestar emocional, soledad, dependencia, etc.

¿Cómo podemos aprender a establecer prioridades?

Establecer prioridades que nos lleven a lo verdaderamente importante, dejando que ocupe el hueco que les corresponde. No se trata de dejar de lado lo urgente, sino de saber qué lugar ha de ocupar cada cosa, y sobre todo de darnos prioridad a nosotros mismos a lo que nos hace feliz, a lo que nos llena.

1.  Aprende a desconectar del trabajo. Es cierto que puede ser importante para ti, pero recuerda que necesitas descansar y desconectar, si lo haces podrás rendir más y mejor.

2.  Anota una lista con las cosas que realmente te importan, y recuerda ocuparte de ellas cada día, cada semana. No se trata de ser el mejor o la mejor, pero sí de ocuparte con calma, es suficiente con una llamada, con contar un cuento a nuestros hijos, o con apagar la televisión y hablar con nuestra pareja.

3.  Disfruta de esos momentos con calma. No tienen que ser grandes cosas, ni tenemos que exigirnos son las cosas del día a día las que nos permiten ser nosotros mismos.

4.  Obligaciones: puedes elaborar una lista y dividirlas en tareas de tipo A (las que tienes que hacer con urgencia, porque se acaba el plazo), las de tipo B (no son tan urgentes, pero deben hacerse en un periodo cercano) y las de tipo C (no son urgentes). Dedícate a las tareas de tipo A en primer lugar, de este modo puedes gestionar tu tiempo de una manera fácil y atender lo urgente pero con tiempo para lo importante.

5.  Dedícate tiempo a ti mismo. No se trata de tiempo para competir contigo mismo, para ser mejor. A menudo nos dedicamos a actividades que suponen una competición, se trata de hacer algo que nos guste, solo por el mero hecho de disfrutar de ello.

6.  Aprende técnicas de meditación y mindfulness.

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende. Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.

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