El ritmo de vida actual nos exige estar muchas horas pendientes de las innumerables ocupaciones y preocupaciones del día a día. Esto hace que nuestra mente esté constantemente activa, dando vueltas a alguna, o muchas cosas. ¿Cómo aprender a desconectar? La actividad de la mente se suele extender a nuestro tiempo libres y nos impide desconectar.
Cuando no desconectamos entramos en un estado de activación intenso y persistente que nos genera tensión y malestar, y por lo tanto no es bueno para la salud. Desconectar es necesario para las personas, tomar ratos, e incluso días libres nos permite alejarnos para poder centrarnos en nosotros mismos y para poder retomarlo desde otra perspectiva y más descansados.
¿Por qué nos cuesta desconectar?
Podemos creer que desconectar es algo sencillo, sin embargo son muchas las personas que tienen verdaderas dificultades para desconectar. ¿Por qué nos cuesta desconectar?
Cuando llevamos un ritmo muy alto, y son muchas las cosas que ocupan nuestra cabeza, acostumbramos a la mente a estar en acción de manera constante y persistente.
Nuestra mente se habitúa a trabajar por encima de sus posibilidades, convirtiéndose en la costumbre o el hábito que guía su funcionamiento. Tendemos a querer solucionarlo todo lo antes posible, cuando esto no es así, los pensamientos sobre cómo solucionar ciertas cosas inundan nuestra mente.
La cosa empeora cuando añadimos una carga emocional, que surge por un lado ante la incertidumbre de no saber cómo solucionar algo, ante la duda «¿qué pasa si fallamos?» y por otro lado ante la exigencia de tener un plazo para solventarlo, lo que nos genera estrés. Cuando añadimos la carga emocional a la desconexión entramos en una dinámica complicada con graves consecuencias.
Consecuencias de no desconectar en nuestro tiempo libre
Cuando no dejamos que nuestra mente desconecte y se tome un descanso, podemos tener graves consecuencias que repercutan en nuestra salud física y psíquica y en nuestro funcionamiento y desempeño.
– La mente necesita descanso para poder funcionar bien. Si no desconectamos nuestro rendimiento será menor, y conseguiremos el efecto contrario.
– Repercusiones en la salud: dolor de cabeza, estomago, insomnio, dolores musculares, etc.
– Nivel alto de frustración e insatisfacción personal ya que no se logra el equilibrio entre trabajo y disfrute.
– Niveles altos de estrés.
– Agotamiento y falta de descanso.
– Las relaciones interpersonales se ven perjudicadas. No se da tiempo, ni espacio a las personas que nos rodean.
– Visión limitada de la realidad provocada por una obsesión por las preocupaciones que no nos deja ir más allá.
– Mal humor constante.
– Sensación de vacío, malestar y soledad.
10 claves para desconectar en nuestro tiempo libre
Aprender a desconectar es una necesidad, se trata de crear un hábito saludable y de dedicarse tiempo para uno mismo, dejando a un lado otras preocupaciones. Olvidarse del trabajo es saludable para las personas, es fundamental alcanzar el equilibrio.
1. Desarrolla tus hobbies, es fundamental ocupar la mente en otras cosas que nos interesen y completen. Prueba a poner un día a la semana o varios para hacer aquellos hobbies que te llaman la atención.
2. Aprende a relativizar las preocupaciones. Puedes utilizar estrategias de pensamiento: piensa que será lo importante dentro de unos años para ti, verás cómo tus seres queridos y tú mismo sois lo más importante, etc.
3. Cultiva tu círculo social y habla con otras personas. No centres la conversación en tus temas de trabajo, escucha y procura hablar de otras cosas.
4. Dedica tiempo al relax, a no hacer nada. Prueba a escuchar música, a leer, ver una película, darte un baño, etc… lo importante es que no pienses en nada.
5. Procura hacer ejercicio físico. No hace falta hacer un duro esfuerzo, es suficiente con pasear, etc.
6. Ponte un horario y no trabajes a partir de una hora en casa.
7. Cuando vayas fuera de vacaciones, procura dejar el trabajo en casa. Recuerda las vacaciones son para descansar y nada es realmente urgente.
8. Cuida de ti mismo y date algún capricho, un masaje, tu postre preferido, cómprate algo, etc.
9. Prioriza tus ocupaciones. No todas las ocupaciones o preocupaciones son igual de importantes. Si organizamos nuestro día a día y establecemos unas prioridades obtendremos resultados asombrosos. Se trata de señalar aquellas tareas que realmente son importantes para hoy, de esta forma delimitamos nuestras preocupaciones y de hacer un hueco en nuestras prioridades a aquellas otras ocupaciones no laborales: uno mismo, la familia, amistades, etc.
10. No te olvides de quien eres cuando no estás trabajando.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.
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