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¿Es normal tener ansiedad?

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¿Qué es realmente la ansiedad? Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), la ansiedad es una emoción natural, que surge en situaciones donde el individuo percibe una amenaza.

En este caso, la persona se pone en alerta para encarar la situación y reducir las posibles consecuencias negativas. La sintomatología genera una sobreactivación emocional, fisiológica, cognitiva y conductual. Es decir, la ansiedad afecta a la forma de sentir, pensar y actuar. La ansiedad coge de la mano a otras emociones como la angustia, el miedo y la frustración, por lo que genera un malestar significativo.

El aumento de la sintomatología ansiosa en nuestra sociedad

En 2017 la OMS ya advertía que alrededor de 260 millones de personas en el mundo sufrían trastornos de ansiedad. El Child Mind Institute afirmó en 2018 que en los últimos años los diagnósticos de trastornos de ansiedad en menores de 17 años había pasado de un 3,5% a un 4,1%.

Los profesionales de la salud mental son conocedores de la prevalencia de estos cuadros psicológicos, así como de su impacto en el día a día de las personas. No hay más que ver la cantidad que bajas laborales que se dan en las empresas por trastornos ansioso depresivos. Según la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo, más de una cuarta parte de las bajas laborales están motivadas por el estrés y la ansiedad.

Es de suponer que la salud mental está más diagnosticada que tiempo atrás, como respuesta a una demanda social surgida hace ya tiempo. Aun así, el aumento de estas cifras podría estar relacionado con la gran cantidad de estrés al que las personas se ven sujetas cotidianamente, a la obsesión por la productividad, al ritmo de vida frenético. Un estudio realizado por Cinfasalud y avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), revela que el aumento de la ansiedad en la sociedad española está asociado a factores como estrés, exceso de actividad, falta de tiempo, problemas de sueño y cansancio. Es decir, factores de la vida diaria. Por supuesto, la actual situación de pandemia también ha tenido gran impacto en la salud mental de las personas.

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¿La ansiedad es siempre patológica?

El grado de intensidad es el que marca la línea entre lo adaptativo y lo patológico. Ante situaciones temidas tales como un examen de oposición, una entrevista de trabajo, o un conflicto personal, el organismo reaccionará con alerta y sus mecanismos de ansiedad se pondrán en marcha. En estos casos, la ansiedad funcionará como mecanismo adaptativo, permitirá una respuesta adecuada ante la situación temida. Un grado de ansiedad adecuado permitirá estudiar para el examen, elaborar un plan de trabajo, preparar la entrevista de trabajo, abordar el conflicto personal. Esta es la ansiedad «buena», la que agudiza los sentidos y pone en marcha al individuo.

Si bien, la ansiedad es una respuesta natural en el ser humano, puede ocurrir un aumento en su sintomatología, hacerse cada vez más intensa y más prolongada. De manera que empiece a interferir significativamente en la vida diaria. En este caso, se podría empezar a hablar de un Trastorno por Ansiedad. El alto grado de intensidad provocaría tanto malestar en la persona que podría caer en la parálisis, el bloqueo emocional. La sensación de agobio impediría tomar decisiones, trabajar, resolver conflictos, realizar una buena organización. La persona se encontraría «colapsada».

La clasificación de los Trastornos de Ansiedad en el DSM 5 incluye: Trastorno de ansiedad generalizada, ansiedad por separación, agorafobia, estrés postraumático, ansiedad social, fobias, ansiedad inducida por consumo de sustancias, trastorno de angustia, ansiedad por enfermedad médica y trastorno de ansiedad no especificado. En todos estos casos, lo que marca el grado de patología es la intensidad de los síntomas.

Es posible aprender a manejar la ansiedad

Existe una amplia investigación tras los trastornos de ansiedad que muestra la posibilidad de aprender a gestionar estos cuadros emocionales. Cuando los síntomas son significativos es recomendable realizar un abordaje psicoterapéutico y farmacológico, aunque cada caso demandará un tratamiento concreto.

Lo esperanzador es que si lo cotidiano resulta un generador de ansiedad, también es posible encontrar en las prácticas más rutinarias una fuente de equilibrio emocional. En cualquier caso, será imprescindible atender los síntomas, ya que automáticamente no tienden a remitir.

La importancia de acepar las emociones, incluso las más incómodas.Si la ansiedad es una emoción natural, huir de ella sería contraproducente, ya que no es posible seleccionar voluntariamente aquello que se siente. En este tiempo de redes sociales saturadas de una visión edulcorada de la realidad, es fácil maquillar lo incómodo, lo que duele. Quizá por eso se genere la tendencia a huir del dolor, de la tristeza, de la frustración.

El mundo emocional del ser humano es complejo y fascinante, negar una parte de él sería negar una parte crucial de la psicología personal. Anabel González, psiquiatra especialista en gestión emocional, habla de la importancia de validar cada una de las emociones para aprender a gestionarlas.

Por tanto, en los casos que se de un cuadro ansioso intenso y prolongado, lo recomendable sería acudir a un especialista. Sin embargo, cuando se trate de una ansiedad «normal» y adaptativa, lejos de pretender eliminarla, la opción adecuada sería abrazarla para digerirla, para dejar que realice su función y hacer las paces con ella.

Lucía Pérez Forriol. Psicóloga. Fundadora de Cuéntaselo a Lucía

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