¿Por qué me da miedo casarme? ¿Cuáles son las causas de esta fobia? ¿Hay diferencias entre hombres y mujeres en el miedo al matrimonio? Para tratar este tema, lo importante es reconocer si solo se trata de un miedo irracional o si detrás de este miedo se esconden dudas reales y pocas ganas de casarse.
¿Qué es la gamofobia?
La gamofobia es el miedo al «sí quiero» y se define como el miedo irracional a contraer matrimonio. «Esto no quiere decir que la persona no sea capaz de tener una pareja estable y duradera (es distinto que la filofobia o miedo al compromiso), pero en el momento de contraer matrimonio es cuando surge este miedo irracional», afirma la psicóloga Laura Valenzuela de Mundopsicólogos.com.
Como ocurre con todas las fobias, las causas de la gamofobia pueden ser muy diversas, pero entre las más frecuentes podemos encontrar:
– Haber vivido un divorcio anterior traumático
Es una de las causas más habituales, ya que una experiencia negativa como un divorcio anterior con consecuencias catastróficas puede ser una de las causas de desarrollar gamofobia. No es necesario haber vivido este divorcio traumático en primera persona, solo con haber visto a alguien de nuestro alrededor pasar por este hecho o haber vivido las consecuencias de un divorcio traumático de los progenitores, puede ser la causa del desarrollo de esta fobia.
– Evitar asumir responsabilidades
La mayoría de feedbacks que recibimos de la sociedad han hecho que asociemos el matrimonio con asumir más responsabilidades, el deber de tener hijos, coartar nuestra «libertad» individual…. y esta asociación errónea con el matrimonio puede ser una de las causas más frecuentes de la gamofobia.
– Tener una baja autoestima o un miedo irracional a madurar
Cualquiera de estas dos razones pueden ser otras de las causas de la gamofobia
¿Existen diferencias de género respecto al miedo al ‘sí, quiero’?
«Respecto a la diferenciación entre hombres y mujeres considero que no es una cuestión de diferencia de géneros, sino que hay una diferenciación en cuanto al rol social que ocupan dentro de la sociedad», asegura la psicóloga.
Las fobias pueden afectar tanto a hombres como a mujeres. Pese a este hecho, tradicionalmente la gamofobia ha tenido más incidencia en hombres, debido a la presión social que se ha ejercido históricamente sobre la figura del hombre dentro del matrimonio. Aunque queda mucho camino por recorrer, estos roles están cambiando, pero tradicionalmente a los hombres se les ha hecho responsables del mantenimiento económico de la familia, por ejemplo. Esta mayor incidencia en los hombres también se relaciona con una mayor inmadurez emocional o el conocido «Síndrome de Peter Pan», que es la incapacidad de una persona de asumir las obligaciones propias de la edad adulta.
La incidencia de esta fobia en mujeres ha ido incrementando en los últimos años, este hecho se relaciona de nuevo con el rol social. Tradicionalmente se ha considerado a las mujeres dependientes completamente de un hombre, se las ha sometido socialmente y se las ha «obligado» a través de la presión social, a casarse. Aunque estos roles están cambiando, y queda mucho por modificar, las mujeres están rompiendo con la imagen de mujer dependiente de un hombre y sometida, hecho que ha incrementado la incidencia de la gamofobia entre las mujeres.
Por último, apuntar que de la misma forma que el rol femenino ha cambiado, también lo ha hecho el modelo familiar que ya no interpretamos únicamente como hombre-mujer. Por ello, «es necesario apuntar que en ningún caso cuando hablamos de fobias se puede generalizar, se debe conocer la historia de cada persona para hacer un buen análisis y tratamiento, si fuera necesario», concluye la psicóloga Laura Valenzuela.
¿Algo temporal?
¿Cómo reconocer si solo se trata de un miedo irracional o si detrás de este miedo se esconden dudas reales y pocas ganas de casarse? Los síntomas de una fobia pueden ser diversos y darse en mayor o menor medida según la persona. Pero si quieres saber si tu pareja no quiere casarse o realmente tiene gamofobia estas señales podrían darte pistas:
– Realiza respuestas de huida, escapando de alguna situación próxima al matrimonio o durante una conversación relacionada con el tema.
– Evita hablar del matrimonio y cuando le preguntan directamente, normalmente desconoce las causas por las cuales no quiere casarse.
– Puede presentar síntomas como sudoración, temblores, llanto, mareos… cuando se enfrenta a conversaciones o situaciones relacionadas con el matrimonio, como por ejemplo el enlace entre otras personas.
«Lo más importante es que si se tienen sospechas de sufrir gamofobia se debe acudir a un profesional para su diagnóstico y tratamiento», explica Valenzuela.
Trucos para superar la gamofobia
Paralelamente, Laura Valenzuela recomienda como complemento:
– Cuando la fobia esté identificada es recomendable hablar con la pareja sobre el problema, con el fin de reforzar la relación y establecer vínculos de confianza más fuertes y sólidos. En algunos casos es recomendable acudir a terapia de pareja.
– Exponerse al matrimonio de forma progresiva, por ejemplo, conversando con personas casadas.
– Identificar cuáles son las diferencias que hay entre estar casados o no.
– Identificar las necesidades individuales de la pareja, llegar a acuerdos de pareja donde estas necesidades se sigan respetando una vez se haya contraído matrimonio.
Por último, es esencial revisar las expectativas que tenemos respecto al matrimonio, trabajar en nuestro miedo al fracaso y asumir que el matrimonio puede ser «para siempre» o hasta que nuestras necesidades cambien.
Marina Berrio
Asesoramiento: Laura Valenzuela, psicóloga de Mundopsicologos.com
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