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Mentiras infantiles: ¿qué hacer si le has pillado mintiendo según su edad?

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Pillar a nuestros hijos mintiendo o faltando a la verdad es una parte normal de su proceso de crecimiento y desarrollo. Para los padres es importante saber qué es capaz de hacer el niño a cada edad y qué motivos le pueden impulsar a decir mentiras.

Además, cuando a nuestros hijos se les pilla mintiendo se pueden aprovechar esos momentos para enseñarles lecciones de vida que reflejen los valores de nuestra familia y que les encaminen hacia un mejor comportamiento.

Cómo responder cuando descubres que tu hijo está mintiendo

Pero, en la práctica, ¿qué hacer si le has pillado mintiendo? Para que una de sus mentiras infantiles no te sorprenda sin un protocolo de actuación, te proponemos algunas ideas que poner en práctica para saber por qué ha mentido y qué hacer para evitar que vuelva a ocurrir.

– Mentiras en bebés y niños pequeños (0-3 años). Estos pequeñines no tienen todavía la capacidad de mentir. En caso de confusión, aclárale al niño lo que significa la palabra en cuestión o cuál es el uso correcto del lenguaje.

A continuación, escribe la historia en un cuaderno para que no la olvides, porque probablemente servirá para que os echéis juntos unas buenas risas cuando pasen unos años y esté a punto de acabar el instituto.

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– Mentiras en niños pequeños (3-5 años). Estos niños, aunque ya no son tan pequeñines, siguen sin tener la capacidad de mentir. Con frecuencia lo que hacen es mezclar la realidad con una imaginación desbordante. Las historias que cuentan son un reflejo de sus deseos o de la interpretación que ellos hacen de lo que está sucediendo a su alrededor.

Habla con el pequeño para averiguar realmente qué hay detrás de esa historia. Si es necesario explícale cuál es la situación real, utilizando siempre un vocabulario adecuado para su edad.

– Mentiras en niños (5-9 años). Cuando detectes una mentira pequeña, lo mejor es ir donde el niño y hablarlo con él. Exponle los hechos reales y pregúntale por qué motivos decidió alterarlos y contar una historia falsa. Enséñale al niño métodos de resolución de problemas, para que así no necesite recurrir a las mentiras. Al hacer esto, los padres le están mostrando al niño que sí que se preocupan por lo que le pasa y que quieren ayudarle a que las cosas le vayan bien.

– Mentiras en preadolescentes (9-12 años). Pedirle datos concretos e información más detallada puede ser un método útil para que los padres logren determinar si su hijo está faltando a la verdad. Si sospechas que tu hijo está mintiendo, pídele que te dé una respuesta más completa y que añada más detalles a la historia.

A continuación, si queda patente que está faltando a la verdad, habla directamente con tu hijo sobre los motivos que le impulsaron a alterar la información. De este modo, los padres pueden enterarse de algún problema que el niño quizá esté teniendo en el instituto, en el barrio o incluso en casa.

– Mentiras en adolescentes – etapa temprana (13-15 años). Un buen método para determinar si tu hijo está faltando a la verdad es pedirle detalles concretos sobre un tema dado y luego repetir la pregunta un tiempo después. Si sospechas que está mintiendo, pídele a tu hijo adolescente que te «vuelva a contar» lo que va a pasar o lo que ha pasado. Puede ser útil que verifiques determinados hechos (p. ej., llamar a otros padres para comprobar que tu hijo estuvo donde afirma que estuvo) estando tu hijo delante y que escuches lo que tenga que decir al respecto.

A esta edad es importante que el adolescente tengan la oportunidad de decir la verdad. Si los padres le demuestran a su hijo que se interesan por él y por sus problemas y que están dispuestos a echarle una mano, esto puede hacer que el adolescente tome mejores decisiones y que diga la verdad sin necesidad de mentir primero.

– Menitras en adolescentes – etapa tardía (16-19+ años). En esta fase de la adolescencia puede resultar más complicado detectar las mentiras debido a que los chavales tienen un mayor grado de autonomía y una mayor capacidad para planificar e improvisar sobre la marcha. Cuando faltan a la verdad, con frecuencia lo hacen para preservar su autonomía y para poder tomar decisiones de manera independiente.

Lamentablemente, su falta de experiencia en la vida puede conducirles a situaciones negativas, y desgraciadamente muchas veces los padres se acaban enterando de esa mentira cuando sucede algo negativo. Una comunicación abierta que aborde con sinceridad temas especialmente espinosos en esta última etapa de la adolescencia (p. ej., alcohol, drogas, sexo y violencia) puede resultar útil para minimizar la probabilidad que tu hijo mienta.

Habla con tu hijo sobre los temas que son importantes para los adolescentes, y menciona los valores y los principios morales relacionados con estos temas que consideres importantes. En cualquier caso, recuérdale que los padres están disponibles en todo momento para ayudarle.

Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason. Un enfoque educativo sobre la adaptación

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