¿Se pueden prevenir los problemas? En algunos casos sí alejando a los más pequeños de los peligros y aplicando ciertos consejos de seguridad. Sin embargo, en otros casos es imposible esquivarlos y estos terminan llegando, en especial en lo que a salud se refiere. Sin embargo, en estas situaciones, si bien no es posible eludirlos, los padres sí que pueden anticiparlos o al menos estar previstos en caso de que aparezcan.
Una buena forma de estar prevenido antes de la llegada de un problema de salud es atender al mismo pasado de los padres. La herencia genética juega un papel muy importante no solo en el color de los ojos o del pelo de los niños. También puede anticipar una enfermedad o la aparición de un trastorno mental. Así lo demuestra un estudio del King’s College of London.
Herencia de la depresión
Esta investigación analizó a casi 4.000 personas con problemas mentales, en su mayoría pacientes de depresión. Por un lado se preguntó a los pacientes por el pasado y por los posibles trastornos que tenían sus padres y por el otro se analizó si en su niñez habían experimentado algún tipo de trauma que explicase su situación. Una búsqueda del origen de su situación actual.
De todo este análisis se determinó que el factor genético tenía una mayor influencia en la aparición de depresión que otros elementos como atravesar un trauma en la ausencia. En concreto fueron encontrados 27 genes que explicaban la presencia de problemas mentales en los pacientes analizados y que se heredaban de padres a hijos. Un resultado que da pie a tratamientos desde edades muy tempranas.
Tal y como explican los investigadores, uno de los puntos que se puede tener en cuenta a la hora de ser padre es remontarse al pasado. Revisar las generaciones anteriores más próximas y buscar en ellas problemas mentales y en qué medida aparecieron en parientes como tíos, abuelos, bisabuelos y en especial en los padres. De esta forma podrá ponerse en práctica medidas para prevenir los efectos derivados de la depresión.
Una técnica que recomiendan los expertos del King’s College of London es cuidar el ambiente en el que se desarrollará el niño. Evitar factores que puedan propiciar la aparición de depresión como por ejemplo criarse en un clima de constantes discusiones y en donde el estrés y la ansiedad sean una nota común en su día a día. De igual manera se recomienda apostar por una crianza cercana y con presencia del cariño por parte de los adultos.
Factores que influyen
Desde el Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, recopilan varios factores que pueden influir en la aparición de trastornos y problemas mentales. Por un lado, los genéticos:
– Regulación epigenética. La epigenética afecta a cómo una persona reacciona ante factores ambientales y puede determinar si esta persona desarrolla un trastorno mental. Esta no es constante a lo largo del tiempo, por lo que un gen no siempre está «encendido» o «apagado».
– Polimorfismos genéticos. Cambios en el ADN de las personas que son únicos. Sólo un polimorfismo no conducirá al desarrollo de un trastorno mental. Sin embargo, la combinación de uno o más de ellos y determinados factores ambientales puede conducir al desarrollo de un trastorno mental.
También hay que tener en cuenta factores ambientales:
– Traumas. Los entornos domésticos muy estresantes, la pérdida de un ser querido y los desastres naturales son también los principales contribuyentes.
– Daños emocionales. Experiencias escolares negativas y el bullying también pueden provocar un daño emocional severo a largo plazo.
– Abuso de sustancias. La exposición al tabaco, tanto de forma activa como pasiva, y al alcohol ya sea en la etapa prenatal o en la infancia se ha asociado con el desarrollo de trastornos mentales más allá de los trastornos del uso de sustancias o la adicción.
Damián Montero
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