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Guadalupe Gómez Baides: «Gracias al Covid, muchos niños han recuperado a sus padres»

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Experta en neurociencia y psicología positiva, Guadalupe Gómez Baides es directora del Instituto Europeo del Bienestar, fundadora de GuadalupeGB.com, creadora del Método Eficacia Mental ® y autora de ESTO es COACHING. También es directora Académica de la Escuela de Coaching de Grupo Cegos.

Confiesa que ha tenido la gran suerte de trabajar en lo que le gustaba, algo que sabía desde que tenía 14 años. A lo largo de su carrera profesional ha centrado su vocación en la psicología positiva que se basa en el bienestar de las personas como forma de prevención de trastornos emocionales. Como madre y emprendedora reconoce que su recorrido profesional ha tenido un hilo conductor: ayudar a tener mayor bienestar personal y profesional.

Las consecuencias positivas y negativas de la pandemia en los niños

¿Cómo está afectando la crisis del coronavirus a la salud mental de los niños?
Aunque no es lo queremos oír, lo cierto que la salud mental de los niños está muy relacionada con la salud mental de los padres. De manera que tal y como lo vivan los padres, así afectará a los niños. La repercusión de la pandemia en los niños tendría que ser mínima si los padres lo gestionamos bien.

¿Qué efectos psicológicos y sociales está provocando la crisis del Covid en las familias?
Como toda crisis, el Covid tiene efectos positivos y negativos. Entre los efectos positivos destaco que, gracias al Covid, hay muchos niños que han recuperado a sus padres. También ha resultado muy positiva la convivencia en casa con los más cercanos, los hermanos y sus padres porque les ha dado la posibilidad de aprender una serie de habilidades psicosociales que de otra forma no hubieran aprendido, porque no somos iguales en la calle que en casa.

La familia es como un máster de desarrollo personal.

Todo lo que aprendemos en familia nos ayuda a crecer, a evolucionar y a ser mejores personas. Esta crisis nos ha permitido recuperar eso. Sin embargo, desde el punto de vista negativo, a los niños les ha quitado, sobre todo, seguridad. Los niños necesitan tres cosas para crecer: seguridad, amor y límites. Con el coronavirus, la seguridad de que mis padres pueden con todo, a muchos niños se les ha venido abajo porque han visto que sus padres no se sienten seguros.

¿Por qué crees que tener hijos nos hace crecer?
Tengo que felicitar a todos los que en este momento se han decidido a aumentar la familia. Los niños nos hacen crecer porque nos ponen a prueba todo el rato. Son como un máster de autoconocimiento, los hijos nos hacen darnos cuenta de nuestras trampas mentales. Vivir en pareja es un gran desarrollo personal. Recomiendo a todas las madres que estén embarazadas ahora que reduzcan el estrés porque el cortisol que genera pasa al bebé a través del torrente sanguíneo y es importante tenerlo en cuenta.

¿Cómo está afectando la pandemia a la educación de los niños?
Los niños que más están sufriendo en esta pandemia son aquellos que tienen problemas de timidez, de inseguridad en sus relaciones sociales, los que tienen TDAH, los que tienen dificultades con estudios… Entre la mascarilla, que no oímos igual de bien, la asistencia semipresencial al colegio… es muy difícil estar atento. Tanto si tenemos niños problemáticos como si no, tenemos que hacer mucho hincapié en darles seguridad y hacer que su entorno escolar sea más fácil.

¿Cómo poner la neurociencia de nuestro lado para paliar estos efectos adversos de la pandemia?
Hay que tener en cuenta que la forma de funcionar del cerebro es un hándicap. Por un lado, tiende a volverse adicto al estado emocional que sientes con más intensidad en tu día. De manera que, si en este estado de crisis, ha subido mucho el miedo, la ansiedad, el estrés… y pasamos varios meses en ese estado, nuestro cerebro se va a habituar a estar así. Por eso, conviene bajar el nivel de estrés, para que el cerebro no acostumbre a estar estresado ya que por un lado, limita mucho el desarrollo intelectual, y no fluye el aprendizaje, la memoria, la concentración… El otro gran problema es que el niño va a aprender que el cerebro necesita estar estresado para funcionar y cuando sea mayor va a ser más proclive a caer en estados de estrés, que cuando se mantienen en el tiempo, nos llevan a estados depresivos.

¿En qué consiste tu programa de Eficacia Mental?
Es una metodología que engloba todo lo que he visto que nos ayuda a aliarnos con nuestro cerebro. La mente es nuestro cerebro en acción. Si conocemos bien cuáles son los mecanismos que usa el cerebro para generar los pensamientos podemos ser capaces de transformar no solo cómo sentimos las cosas sino también la vida, la suerte que tenemos, las relaciones… todo lo podemos mejorar. Entonces, la eficacia mental evita que caigamos en las trampas mentales, es decir, que nos metamos en bucles autodestructivos. Conociendo este funcionamiento seremos capaces de gestionar bien y ser más eficaces en todas las áreas de la vida.

¿Cuáles son las claves de la Eficacia Mental?
La primera clave es recuperar la energía. La segunda y la más importante es reducir el estrés perjudicial o distrés, que no es adaptativo, para que nuestro cerebro pueda centrarse en estar en modo creativo, de alegría, de conexión con los demás… A día de hoy, nuestro gran problema es el estrés que nos hace enfermar. La tercera clave es la gestión emocional. Nadie nos ha enseñado a gestionar nuestras emociones y cuando se gestionan mal sube el nivel de estrés. La cuarta clave es la atención plena, el mindfulness, el estar aquí y ahora. Cuando estamos muy estresados nuestro cerebro tiende a irse al pasado o al futuro, pero no a vivir el presente que al fin y al cabo es donde podemos disfrutar, ser felices, y estar a gusto con lo que hacemos. Por eso, practicar el mindfulness cada día, intentar estar presente en cada cosa que hago en el día me da la clave para gestionar bien mis emociones, bajar el nivel de estrés y tener más energía.

¿Es posible ser feliz en estos tiempos difíciles? ¿Cómo cambiar el chip para conseguirlo?
En general, tenemos tendencia a postergar nuestra felicidad. Sin embargo, lo más importante es evitar quedarnos esperando a que pase. Cuando somos pequeños decimos «cuando sea mayor y pueda hacer lo que quiera seré feliz» y no es verdad, luego «cuando termine mi carrera, o consiga un trabajo, o cuando me case, o cuando tenga un coche…» seré feliz y ahora «cuando acabe la pandemia» seré feliz. Siempre estamos postergando la felicidad. La felicidad hay que trabajarla todos los días. Para ser felices en este momento de pandemia hay que centrarse en las cosas que nos proporcionan seguridad, confianza, alegría, que nos conectan con el amor. Quizás debamos ver menos noticias y charlar más con los amigos, leer libros, escuchar música, hacer deporte… La felicidad depende mucho de dónde pongo yo el foco.

¿Qué es lo que denominas libertad emocional y cuál es la clave para conseguirla?
La libertad emocional se basa en evitar que las emociones me limiten y ser capaz de generar emociones para cada situación que vivo. Esto no es tan difícil, de hecho muchas veces lo hacemos de manera inconsciente. Ser libre emocionalmente significa que mis emociones no interfieran en las cosas que quiero alcanzar. Y esto, ¿cómo se puede conseguir? Con la higiene emocional, con la limpieza de emociones. Si hemos encapsulado alguna emoción y no la hemos digerido, nos provoca estrés y nos paraliza, nos introduce en bucles destructivos y sentimos que nos bloquean. Si conseguimos limpiar esas emociones, lograremos que no nos condicionen en nuestro día a día.

¿Cómo recuperar la energía mental en tiempos de tristeza y apatía?
Para conectar con la chispa, hay que bajar el nivel de estrés y buscar esas cosas que nos hacen felices y nos conectan con la alegría. Por eso, recomiendo crear un mundo imaginario donde poder ser feliz. Por ejemplo, si a ti te gusta ir a la playa, imagina que estás allí. Lo bueno es que el cerebro no sabe si es real o no. Es una gran suerte y estás generándote esa sensación placentera y de bienestar como si estuvieras allí. Lo mismo ocurre si lo que quieres es abrazar a tus seres queridos. De verdad que el efecto en el cerebro es el mismo que si lo estuvieras viviendo en ese momento.

¿Qué consejos daría a los jóvenes para ilusionarse por su futuro?
Los jóvenes son los que más han sufrido el encierro y además han sido muy culpados. Son los grandes perjudicados de esta crisis porque están en el momento de crear su vida. Nunca fue fácil ser joven y hoy es todavía más difícil. Lo que necesitan los jóvenes es confianza en que la vida les tiene reservado algo mejor. Y bienvenidas sean las redes sociales y los encuentros virtuales que permiten que el desarrollo psicosocial del joven siga adelante. Es importante entrar en el cuidado y no caer en la apatía confiando en nuestras fortalezas porque esto pasará y será entonces cuando recuperaremos esta asignatura pendiente.

Marisol Nuevo Espín

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