Actualizado 22/06/2022 10:12

El genio creativo de los niños: experimentar imaginando

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La imaginación es una facultad humana que empezamos a ejercer desde que somos muy pequeños, y es a la edad de los 3-6 años cuando ésta brinda a los niños posibilidades mucho más creativas e inesperadas, que no siguen la lógica de los adultos. Incentivar el genio creativo de los niños es posible, siempre que les motivemos para experimentar imaginando.

La fantasía toma sus componentes de la realidad interna y externa, y la transforma creando una realidad distinta. Con su imaginación, el niño inventa nuevos personajes y juegos, además de originales historias. Los padres podemos sacar partido a la creatividad de nuestros hijos, ayudándoles a desarrollarla y poniendo un cauce para que no se desborde.

La fantasía siempre ha estado muy presente en la literatura, el cine y en diversas obras de arte. Si nos paramos a pensar, son muchos los títulos que se nos vienen a la cabeza con la fantasía como trasfondo, desde las recientes aventuras de Harry Potter hasta las historias mitológicas de hace siglos.

El genio creativo: experimentar imaginando

El proceso de crecer y madurar no resulta nada fácil para un niño. Poco a poco ha de ir enfrentándose con el mundo, ha de relacionarse con los demás... Por todo ello, los niños necesitan un mundo interior que les brinde protección y que se convierta en su refugio.

Cuando el niño juega con la imaginación, se transforma en la persona todopoderosa que no es en la realidad. Inventa y transforma, por ejemplo, un palo de escoba en un caballo de carreras. La fantasía es para él un modo de aprender y con su imaginación crea situaciones y se coloca a sí mismo dentro de ellas, como un juego de simulación. Para la niña y el niño, es la manera de vivir una rica variedad de experiencias: puede convertirse en mamá, en una dependienta, en un maestro o en un guerrero.

Nuestro hijo no sólo transforma un objeto en otro, sino que es capaz de transformarse él mismo; puede cambiar de identidad de un momento a otro, pasando de la ficción a la realidad cuantas veces necesite hacerlo. Y buscará cómplices que participen con él en el juego fantástico.

Genios y creativos: niños con fantasía e imaginación

Genios y creativos, niños con imaginación

Es conveniente que los niños usen esa capacidad de fantasía, que jueguen mucho, que inventen, pinten, se disfracen, hablen, etc. Probablemente, en el futuro serán unas personas mucho más creativas.

El uso de la fantasía tiene muchas ventajas para el niño, además de la función que cumple en su desarrollo natural y en su maduración:

- La fantasía favorece su creatividad, imaginación y sensibilidad. Á estas edades, nos sorprenderá con sus razonamientos y salidas curiosas, porque está naturalmente predispuesto a ello.

- La fantasía facilita su capacidad de entretenerse y no aburrirse. Puede inventarse mil modos de jugar, sin necesidad de aparatos de televisión, videojuegos, etc.

- La fantasía favorece su inteligencia, porque se trata de un ejercicio intelectual en toda regla.

Padres fantásticos

Pero también tenemos que vigilar e intervenir en el momento oportuno, para que puedan separar su pensamiento racional de su imaginación y vayan asimilando la realidad como es.

Es propio en estas edades que los niños disfruten construyendo su mundo, comprobando cómo pueden modificar la realidad con arreglo a sus deseos; se trata de historias increíbles de hechos imposibles con personajes fantásticos.

La ocupación favorita y más intensa del niño es el juego y sitúa las cosas de su mundo en un orden nuevo, que le resulta más grato. La antítesis del juego es la realidad. Y aunque el niño distingue muy bien la realidad del mundo y su juego, le gusta apoyar objetos y circunstancias que imagina en objetos tangibles y visibles del mundo real. Esto constituye la diferencia entre el 'jugar' infantil del 'fantasear'.

Nuestro papel de padres consistirá en ayudarles a diferenciar la realidad de lo que sólo existe en su cabeza, algo fundamental para que puedan ir madurando. Pero sólo distinguiremos estos dos mundos cuando sea necesario; no hemos de tener demasiada prisa, ya que no está mal que de vez en cuando se dejen llevar por su portentosa imaginación.

Conchita Requero
Asesoramiento: Teresa Artola, psicóloga.

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