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Generosidad, un valor que te hace sentir bien según la ciencia

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Ser generosos, nos hace más felices.

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Educar supone algo más que transmitir conocimientos. En este proceso también se inculcan valores que supondrán el modo en el que el niño entiende la vida. La generosidad forma parte de esta lista a enseñar a los más pequeños. Si faltasen motivos para que los padres inculquen a sus hijos la necesidad de ser amable de forma desinteresada con los demás, ahora la ciencia aporta una nueva razón para ello.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Lübeck, Alemania, han encontrado un mecanismo en el cerebro de las personas que se activa cuando se es generosos. Una conexión que hace que aquellos que se son amables con quienes los rodean, sean recompensados en su cerebro haciéndolos sentir más felices y plenos. Un motivo más para inculcar este valor en los niños.

¿Cuánto gastarías en tus conocidos?

Los responsables de este trabajo congregaron a un total de 50 participantes que fueron dividieron en dos grupos aleatorios. A todos se les asignan 25 francos suizos cada siete días y durante cuatro semanas. A la mitad de estos voluntarios, se les dijo que este dinero era para gastarlo en ellos mismos. Al resto les pidió que lo empleasen en otras personas. Estos últimos debían detallar en quienes lo invirtieron y en qué.

Tras estas cuatro semanas, los participantes tenían pasaron a la segunda fase del estudio en donde debían realizar una toma de decisiones en la que debían elegir una persona a la que hacer un regalo. En el caso del segundo grupo no podía ser el mismo individuo en quien habían invertido el dinero. Mientras elegían, los investigadores medían los cambios que se producían en el cerebro a través una resonancia magnética funcional.

Para ello, los investigadores les presentaron varias opciones que relacionaban beneficios que se reportaba a las otras personas y el coste que suponía, una inversión que iba desde los 3 francos a los 25. Los responsables de este trabajo también midieron el nivel de felicidad de los voluntarios a través de un cuestionario y un escáner cerebral.



La felicidad del generoso

Los resultados de ambos grupos confirmaron a los investigadores que quienes en la primera fase de este trabajo habían usado el dinero en otras personas también eran los que tomaban decisiones más generosas en la segunda parte. Estos también mostraron un mayor aumento del sentimiento de felicidad gracias a su generosidad.

Esto se debe a que quienes elegían las decisiones más generosas activaban la unión temporal varietal en mayor medida que primer grupo y modulaban las conexiones entre las dos áreas, el estriado ventral y la unión temporal parietal de forma distinta. El sentimiento de recompensa se activa más en las personas que optan por portarse bien con el resto de su círculo.

«El compromiso funciona. Cuando las personas se comprometen a realizar una acción generosa, como invertir el dinero recibido en otra persona. La unión temporal parietal desempeña un papel esencial en superar los motivos egoístas personales, incluso aunque la generosidad tenga un coste para uno», explican los responsables de esta investigación, quienes animan a inculcar la generosidad en nuestro día a día.

Damián Montero

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