Los científicos solían creer que una vez que llegamos a cierto punto en nuestro desarrollo, el crecimiento del cerebro se detenía. Sin embargo, las investigaciones neurocientíficas comprueban una y otra vez, que nuestros cerebros son moldeables y cambiantes.
En el mundo de la neurociencia, esto se conoce como plasticidad cerebral. Significa que tenemos el poder de cambiar la forma en cómo pensamos y sentimos. Y lo más importante, significa que podemos convertirnos en personas más saludables, con mayor bienestar y más compasivas. ¡La buena noticia es que el cambio está en nuestras manos!
Si bien hay muchas formas de cambiar y remodelar nuestro cerebro, la atención plena es una herramienta que está científicamente probada para producir cambios cerebrales importantes y positivos.
Beneficios que obtenemos al practicar la atención plena
– Mejora la respuesta inmunitaria del cuerpo a las enfermedades
– Reduce el dolor y las hormonas del estrés
– Aumenta la atención y el enfoque
– Cuerpo, mente y espíritu más saludable y centrado
– Aumenta la calidad de vida con su práctica prolongada, entre otros…
3 ejercicios sencillos y divertidos para practicar atención plena con niños
Ejercicios de atención plena que puedes practicar en familia:
1. Respiración de un minuto. Comienza tomando varias respiraciones profundas. Llena tu barriga con aire como un globo y deja salir el aire suavemente. Concéntrate en tu respiración durante un minuto. Solo inhala y exhala lentamente. Mientras tu mente divaga hacia otras cosas, trata de volver tu atención a tu respiración.
2. Observación consciente. Elige un objeto de tu habitación y obsérvalo durante un minuto. Observa el color, textura, forma, olor y el tamaño del objeto. Tócalo y experimenta cómo se siente ¡re-descúbrelo!
3. El juego de los cinco. ¡Es simple! Observa cinco cosas en tu día que en la vorágine diaria no te has dado cuenta que siempre están ahí. Utiliza tus sentidos, intenta oír, oler, sentir o ver cosas que normalmente no ves. Por ejemplo, Intenta mirar a tu alrededor de camino a la escuela o escuchar atentamente los sonidos externos que traspasan por la ventana de tu habitación.
Cuando te sientas con ansiedad, con enfado o tensión, simplemente desconecta para conectar contigo tomando 1 minuto y observar lo que te rodea.
Practícalo, diviértete y no te preocupes porque nunca lo harás mal. ¡Hazlo sin la expectativa de un resultado específico y descubre qué es lo que sucede!
Gabriela García González. Autora del libro La mejor coach para tus hijos ¡eres tú!,! es una referente del coaching para niños y el empoderamiento infantil y femenino.
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