El coronavirus nos ha llevado a una situación nunca antes vista. La pandemia, en primer lugar, llevó a las familias a un confinamiento durante algunos meses. Cuando esta cuarentena finalizó y comenzó la nueva normalidad, se inició un periodo de incertidumbre. ¿Hasta cuándo durará esta amenaza? ¿En qué momento todo será como antes? ¿Se contagiará alguien cercano?
Tanto el confinamiento como este contexto de incertidumbre pueden causar efectos psicológicos, en especial en los más pequeños de la casa. Los niños pueden verse afectados al no entender del todo qué está ocurriendo y por el miedo generado.
Para ayudar a que los padres puedan paliar estos efectos psicológicos en sus hijos, desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se recomiendan los siguientes pasos.
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Decálogo de acción
¿Cómo ayudar a que los niños gestionen sus emociones durante una pandemia? AEPap expone el siguiente decálogo:
1. Crear un entorno cálido, seguro y afectuoso, con padres atentos y disponibles.
2. Escuchar con atención a los hijos, sin prisas. Dejarles hablar para que puedan decir todo lo que necesitan hasta el final y poder así expresar sus sentimientos, miedos y dudas respecto a la situación del coronavirus.
3. Con una actitud comprensiva y empática, nunca jugar sus posibles miedos o sentimiento frente a la pandemia.
4. No dejar caer todo el peso en lo que dicen con palabras. Los niños a través del juego, el dibujo, los gestos o sus actitudes cuentan muchas cosas que no sabrían poner en palabras, sobre todo los más pequeños.
5. Responder a todas las preguntas que hagan los hijos. Siempre con palabras que los niños puedan entender. Y hay que decirles siempre la verdad.
6. Es imprescindible hacer partícipes a los niños de la situación para que sean responsables de sus cuidados y de las medidas de seguridad a adoptar frente a la pandemia.
7. Los padres deben transmitir calma y tranquilidad. Mostrar alarma o angustia es una sensación que puede contagiarse.
8. No inundar el hogar de noticias continuas sobre la actualidad del coronavirus. No es bueno ni para niños ni para adultos.
9. Dedicar tiempo a los hijos. Con o sin coronavirus los niños precisan de sus padres. Ese tiempo le permitirá observar a su hijo, conocerle mejor y así poder detectar si presenta algún síntoma.
10. Por último, hacer partícipes a los niños de los rituales de duelo. Es reconfortante reunir a la familia y a los afectados por la pérdida.
Damián Montero
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