Cada persona es un mundo. Todos tenemos rasgos que nos diferencian de los demás y que nos hacen afrontar la vida de un modo u otro. Es lo que termina marcando nuestra personalidad. Comprender esta actitud es muy importante para los padres ya que de ello dependerá el poder saber qué les pasa a sus hijos y por qué se comporta de un modo u otro ante determinadas circunstancias.
En este sentido, cabe destacar a Carl Jung, psicólogo que investigó los distintos tipos de personalidad que podían observarse en el mundo. Para ello se centró en el modo en el que cada individuo interactuaba con su exterior, partiendo de dos términos como eran la introversión o la extroversión. Dos conceptos que, como veremos ahora, son un poco distintos a la hora de analizar estas categorías.
Introversión y extroversión
Siguiendo la tesis de Jung estos dos términos hacen referencia al modo en el que cada persona enfrenta los fenómenos subjetivos que nacen de nuestra mente y aquellos que nacen de nuestra relación con el entorno. Una persona introvertida sería aquella que se encierra en ella misma y centra su atención en vivir «dentro de ella» a través de su imaginación e inventando mundos ficticios.
Por el contrario, una personalidad extrovertida sería la que muestra interés por lo que sucede en su entorno. Al contrario que las introvertidas huyen de la soledad y prefieren estar en compañía de personas reales en contextos sociales. Suelen mostrar una mayor estimulación al compartir estos eventos sin un nivel de alerta por no saber dominar las normas de interacción.
Personalidades según Jung
De esta forma se encuentran 8 categorías de personalidad que podrían ayudarte a entender mejor lo que sucede con tus hijos y su comportamiento:
– Pensador-introvertido. Aquí se encuentran las personas que se centran en sus propios sentimientos y no por su entorno. Muestran una mentalidad abstracta y son bastante reflexivas.
– Sentimental-introvertido. Se definen como aquellas poco habladoras pero con un alto nivel de empatía y que no tienen dificultades a la hora de establecer vínculos afectivos, siempre que sea con un grupo de personas pequeño. No son expresivas cuando se trata de expresar sus sentimientos o ser espontáneos.
– Sensible-introvertido. Centrados en fenómenos subjetivos que se perciben a través de los sentimos, de los que generan ideas abstractas. Suelen ser personalidades con interés en el arte y en la artesanía.
– Intuitivo-introvertido. Se preocupan por el futuro y lo que está por venir, por ello dejan a un lado el presente. Son personas soñadoras y optan por su imaginación.
– Pensador-extrovertido. Esta personalidad trata de explicarlo todo a partir de lo que ve en su entorno. De esta forma crea reglas que no admiten cambio y que marcan su realidad.
– Sentimental-extrovertido. Con un alto grado de empatía y sin problemas para conectar con los demás. Disfrutan de los ambientes sociales y la compañía de los demás.
– Sensible-extrovertido. Se trata de aquellos que buscan sensaciones a partir de su interacción con el entorno y otras personas. Personalidad abierta y sin temor a los cambios o a vivir en nuevos ambientes.
– Intuitivo-extrovertido. Emprendedores por naturaleza. Tras finalizar un proyecto necesitan emprender otro, siempre tienen que estar interactuando con su entorno e intentan involucrar a sus personas cercanas en estas actividades.
Damián Montero
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