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Desconecta: ¿qué tipo de vacaciones necesitas?

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Es frecuente llegar a las vacaciones totalmente agotados, y este es el primer obstáculo que nos impide disfrutar del periodo de descanso laboral desde el primer lugar. Por este motivo, conviene ir bajando el ritmo durante la semana previa a las vacaciones para sentir una desconexión significativa. Solo así, experimentaremos la sensación de estar de vacaciones y reducir el estrés. 

Existen pensamientos que nos persiguen, también durante las vacaciones. Llevamos un ritmo de vida que es altamente estresante y conseguir desconectar de la noche a la mañana, cuando comenzamos nuestras vacaciones, se hace realmente complicado. En algunas ocasiones, estos pensamientos pueden estar relacionados con nuestras responsabilidades laborales, pero también pueden estar conectados a un alto ritmo de vida social.

Entonces, ¿cómo saber qué tipo de vacaciones necesitamos? ¿Cómo conseguir hacer lo que nos apetece de verdad sin que nadie se ofenda? 

¿Qué es lo que nos impide disfrutar de las vacaciones?

La psicóloga Alba Rodríguez, de Mundopsicologos.com, recomienda «no llegar a las vacaciones con un alto nivel de estrés laboral, que puede impedir que las disfrutemos. Para lograrlo, es muy importante no dejar el descanso para última hora, es decir, tomarnos nuestros descansos durante el año para no llegar al verano saturados».

También es importante tener muy en cuenta unos límites con respecto a las ocupaciones del resto del año (responsabilidades laborales y sociales), porque si se usa el tiempo de las vacaciones para continuar con esas ocupaciones, no estaremos disfrutando realmente del descanso tan necesario. Es esencial una desconexión significativa para poder sentir que realmente estamos de vacaciones y poder reducir progresivamente el estrés del día a día.

Por otro lado, hay otro factor importante que puede impedir que disfrutemos de las vacaciones. Se trata del estrés vacacional, un síndrome que se caracteriza por la ansiedad que sufren algunas personas al no marcar esos límites y, por lo tanto, no poder olvidarse del trabajo durante los días de descanso. «Entre los síntomas de este síndrome destaca el cansancio, las alteraciones del sueño y del apetito, las dificultades para pensar y la aparición de sentimientos como la tristeza y la desmotivación», señala Alba Rodríguez.

El uso de los dispositivos electrónicos y del móvil para estar, de alguna manera conectado con el trabajo, es un obstáculo para nuestro bienestar. «En la era digital en la que estamos, donde tenemos todo al alcance de la mano, no se acaba de desconectar del trabajo o de las redes sociales.

El uso del correo electrónico y la posibilidad de estar localizado a través del teléfono continuamente implica que resulte complicado desconectar por completo.

La clave para disfrutar y evitarlo es mantener alejados los dispositivos tecnológicos durante el día, y sólo llevarlos encima en caso de necesidad real», apunta esta experta.

Otra opción es marcarse un horario a lo largo del día para poder responder los mensajes si realmente es necesario y tener alguna interacción por redes sociales, siempre limitándose a un corto período de tiempo ya sea al principio o al final del día.

Trucos para desconectar de verdad durante las vacaciones

1. Es esencial dedicar tiempo a nosotros mismos. Esa es la primera forma de comenzar a desconectar de todo lo que nos puede llegar a estresar. Dedicarnos esos momentos que normalmente no podemos disfrutar por la falta de tiempo y la gran cantidad de ocupaciones. Podemos optar por hacer aquello que siempre postergamos, siempre que se trate de una actividad que nos aporte bienestar y felicidad.

2. Evitar el contacto con el mundo laboral. Se puede comenzar disminuyendo la intensidad del trabajo los días previos al período vacacional, de forma que el estrés del día a día pueda ir reduciéndose poco a poco. Puede ser útil terminar aquello que tengamos pendiente en el trabajo, para no tener una continua sensación de «trabajo sin acabar» durante nuestro descanso. También se puede considerar la opción de contestar al correo o responder asuntos laborales, sólo si es realmente necesario, en un período del día que no interrumpa el descanso ni las interacciones sociales.

3. Es fundamental desconectar de la tecnología y de las redes sociales, ya que eso también puede suponer una fuente de estrés al estar realizando comprobaciones continuas a lo largo del día para estar pendiente de todo lo que ocurre con los demás.

4. Realizar actividad física también puede ayudar, debido a que se descarga adrenalina y nos ayuda a conciliar el sueño y a descansar mucho mejor.

5. Olvidarse en la medida de lo posible de las obligaciones y demandas cotidianas, ya que se trata de romper con el ritmo de vida que llevamos diariamente.

 ¿Cómo saber qué tipo de vacaciones necesitamos?

Elegir con quién nos vamos de vacaciones también es importante, ya que la compañía nos va a marcar el disfrute de nuestras vacaciones. Entre las opciones: solos, en familia, en pareja o con amigos, a veces elegir no resulta fácil. «Es muy importante tener en cuenta el ritmo de vida social que llevamos para saber qué tipo de vacaciones necesitamos. Hay personas para las que resulta especialmente estresante tener interacciones sociales continuas en vacaciones, como los trabajadores de algunos sectores dedicados a la atención al público. En este caso, unas vacaciones solos, en familia o en pareja podría beneficiarles al suponer un cambio en su ritmo de vida social habitual. Este tipo de vacaciones también podría beneficiar a personas que prefieran disfrutar de un ritmo más pausado y tranquilo, ya que permite una mayor introspección personal al tener más tiempo para uno mismo», señala esta psicóloga.

Por otro lado, Alba Rodríguez reconoce que «unas vacaciones con amigos pueden ser realmente beneficiosas para aquellas personas que disfrutan verdaderamente de las interacciones sociales y que necesiten un ritmo más acelerado y lleno de actividades para divertirse. Las personas que desempeñan puestos de trabajo más monótonos o aislados, sin apenas tiempo libre, pueden encontrar en unas vacaciones con los amigos una oportunidad para disfrutar de todas las actividades sociales que normalmente no pueden hacer. La compañía social puede ayudarnos a desplazar muchos de los pensamientos relacionados con las responsabilidades laborales, ya que siempre habrá planes en conjunto a los que dedicar el tiemp..»

¿Cómo hacer lo que nos apetece sin que nadie se ofenda?

Elegir un tipo u otro de vacaciones, puede suponer en ocasiones alguna situación desagradable a nivel social. Podemos encontrarnos con amigos que se ofenden al comunicarles nuestra decisión de tener unas vacaciones en solitario, así como cuando se trata de nuestra familia.

Pero, al fin y al cabo, como afirma la psicóloga, «lo más importante es saber qué necesitamos en ese determinado momento. Conocernos a nosotros mismos y atender nuestras necesidades, respetar esa forma de bienestar físico y mental que se va resintiendo a lo largo del año. Es importante dejar claro que se trata de algo que es realmente necesario para nuestro bienestar, y que ya habrá otras ocasiones en las que poder planificar algo en conjunto»

La influencia del ambiente y las personas durante las vacaciones

El entorno ambiental y las personas que nos acompañan están inherentemente unidos durante las vacaciones.

Y es que no es lo mismo disfrutar de un merecido descanso en un lugar bastante aislado de la sociedad, como una casa en la montaña, que acudir a una playa repleta de personas y en las que las oportunidades sociales son mucho mayores.

Depende mucho de las necesidades personales de cada uno, pero si sufrimos de un extenuante estrés laboral y estamos constantemente teniendo interacciones sociales, posiblemente un lugar repleto de personas podría mantener esa sensación de angustia social. Sin embargo, «si en ese mismo caso optamos por un lugar tranquilo y alejado, podremos notar la diferencia con respecto al período de trabajo y los beneficios psicológicos serán mayores. Por eso, es realmente importante que nos detengamos a pensar con cuidado qué queremos para nuestro tiempo de descanso. Y, sobre todo, optar por acompañarse de personas que de verdad nos hagan disfrutar y que no supongan una fuente de conflictos en ese período en el que es esencial desconectar», concluye Rodríguez.

Marina Berrio
Asesoramiento: Alba Rodríguez, psicóloga de Mundopsicologos.com

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