Categorías:

Cualidades de un buen líder familiar

Tabla de contenidos

El liderazgo de los padres es crucial para el desarrollo psicológico, moral y espiritual de los hijos. Cuando observamos en la sociedad actual el descalabro ético y espiritual de tantos hombres y mujeres nos tenemos que remitir a unas familias carentes de liderazgo moral y existencial que tratan de compensar con sobredosis de liderazgo emocional; con padres que no logran transmitir a sus hijos los valores espirituales necesarios, puesto que ellos mismos carecen a su vez de éstos.

Los padres sin auténtico liderazgo, tal vez defienden unos valores de palabra pero por debilidad no llegan a vivirlos. Esta debilidad es la que transmiten; no han sido capaces de educarse a sí mismos y por tanto, no tienen fuerza moral para educar a sus hijos.

Tal vez gocen de una elevada formación técnica y académica, tal vez sean muy competentes profesionalmente y gocen de prestigio y liderazgo en su trabajo, pero esta capacitación no les convierte en mejores padres.

No se trata de que los padres tengan que manejar represivamente a los hijos, u obligarles a adoptar sus costumbres, sino que tengan una real autoridad moral sobre ellos, para convertirse en modelo y no en motivo de descalificación y menosprecio, como ocurre de modo tan frecuente.

La falta de liderazgo en la familia

La falta del adecuado liderazgo de los padres puede producir un clima de frivolidad existencial donde el niño imita malos ejemplos o no logra encontrar una figura significativa a la cual emular y respetar.

Desgraciadamente, son comunes la falta de respeto y de veneración debida a los adultos y ancianos, pero no se debe culpar de esto sólo a los jóvenes, ya que para que un padre sea respetado debe tener el valor necesario para merecer esta dignidad y no permanecer como figura indefinida, timorata o contradictoria.

Cuando hablamos de tener liderazgo, nos referimos a la posesión de un carácter íntegro y voluntad vigorosa, con fuerza interior para ser honesto y virtuoso, permaneciendo en ello a pesar de las dificultades externas e internas. Los padres con liderazgo son figuras, tiernas y enérgicas a la vez, que por la magnitud de sus logros interiores como seres humanos pueden despertar el respeto y admiración de sus hijos, para ser una referencia válida por la magnitud de su realización existencial.

Padres con liderazgo

Los padres con liderazgo aglutinan a la familia a su alrededor, en un ambiente de confianza y libertad, constituyendo el mejor núcleo formativo de sus integrantes.

La situación ideal resulta cuando este liderazgo es compartido equilibradamente por el padre y la madre, cada cual en sus respectivas áreas, ya que de este modo el niño se relaciona adecuadamente, desde pequeño, con las figuras masculina y femenina.

A su vez, es necesario un liderazgo recíproco entre los esposos que permita una relación armónica. Será bueno advertir que el liderazgo recíproco no debe ser confundido con idolatrar al otro cónyuge, es decir, con adorarlo como si fuera un ídolo. En próximos coleccionables aclararemos este y otros aspectos del liderazgo familiar.

Además de compartido y recíproco, el liderazgo de los padres debe ser trascendente a la propia familia. Un buen liderazgo no termina en el propio núcleo familiar, sino que se extiende a otras familias y a la sociedad en general.

Obstáculos al liderazgo de los padres

La motivación vital de este liderazgo constructivo descansa en los valores trascendentes del espíritu, y aunque sólo sean pretendidos por uno de los cónyuges, conducen hacia un estado de amor y crecimiento interior que influye positivamente en toda la familia y en el propio marco de relaciones sociales.

Muchos padres saben qué deben hacer para comportarse como auténticos líderes. Sin embargo existen ciertas circunstancias que lo entorpecen. Un padre o una madre agotados por el trabajo, la preocupación y el estrés no tienen fácil ejercer un liderazgo idóneo para su familia, pero si bien es comprensible no se puede justificar. Todos debemos seguir esforzándonos por alcanzar un adecuado crecimiento personal a pesar de las dificultades externas e internas que siempre surgirán.

Las circunstancias externas antes aludidas y muchas otras: enfermedades, problemas domésticos, etc., pueden entorpecer la capacidad de liderazgo de los padres pero lo que realmente puede impedirla son las circunstancias interiores. Cuando la persona vive volcada hacia el exterior, desatendiendo su interioridad, vive con un regusto de amargura que no resulta existencialmente atractivo para los hijos.

Si todavía sigues aspirando a ser un líder para tus hijos tienes que lograr ser un líder para ti mismo; tienes que encontrar en ti el valor auténtico que da sentido a tu vida; tendrás que encontrar la referencia correcta para lograr que tú seas una correcta referencia. Uno no puede dar lo que no tiene, así que la primera misión de un buen padre es el propio desarrollo personal. Esto significa que mientras más elevada sea tu interioridad más valiosa será tu contribución a la familia, independientemente de las posibles limitaciones de recursos materiales, de disponibilidad de tiempo, etc.

Luis Manuel Martínez. Orientador del Colegio Los Olmos (Madrid)

Te puede interesar: 

Escuela de familias. Sé líder ante tus propios hijos

El liderazgo en la familia

Otros artículos interesantes