¿Qué pasa a nivel emocional y psicológico en épocas de crisis económicas? ¿Cuáles son los trastornos más comunes que caracterizan un momento de recesión como el presente? ¿Cuáles son los colectivos más afectados?
Ahorrar y recortar puede convertirse en una práctica sana para eliminar lo superfluo cuando nos tenemos que enfrentar a una vida más austera. Pero, ¿qué pasa a nivel emocional y psicológico en épocas de crisis? «A nivel emocional y psicológico, las crisis se traducen en incertidumbre, incluso de las consecuencias que van a tener las decisiones que tomamos, tanto a nivel personal como profesional. Esto puede llevar a la frustración, al no poder conseguir aquello que se quiere, y a la percepción de que da igual lo que se haga, ya que es la situación la que controla lo que va a pasar», asegura Mireia Plata, psicóloga de MundoPsicologos.com.
La percepción de falta de control puede producir una disminución de la autoestima, insomnio, aumento de la autocrítica y sentimiento de culpa. Todas estas características tienen que ver con tener la sensación de que lo que se hace no es suficiente y que nunca se llega a las expectativas u objetivos, ya sean personales, profesionales, sociales o de cualquier otro tipo», dice la psicóloga Mireia Plata.
Ansiedad y depresión, típicos durante las crisis económicas
La ansiedad y la depresión son los trastornos por excelencia que dominan las épocas de crisis. No sentirse suficiente, disminución de autoestima, pérdida de control ante la situación e incluso no saber qué hacer o decidir ante situaciones importantes son síntomas de depresión. La ansiedad también tiene que ver con la falta de control de la situación, además de frustración ante no saber lo que va a pasar, insomnio, aumento de la autocrítica al no obtener aquello que se quiere y excesivo perfeccionismo que en muchas ocasiones es difícil de conseguir.
Estos dos trastornos, ansiedad y depresión, pueden ir de la mano, pero no necesariamente. «La diferencia fundamental entre las dos es que una persona con depresión está centrada en situaciones del pasado que ya no suceden y una persona con ansiedad está centrada en aquello que hipotéticamente está por llegar. El apoyo social y familiar y acudir a alguien profesional de la psicología son fundamentales para que no evolucionen a cuadros más graves de los dos trastornos», declara la psicóloga.
Los colectivos más afectados por la crisis
Respecto a la edad, diversos estudios concluyen que la juventud de entre 18 a 30 años son las personas más afectadas con ansiedad y depresión. Tiene sentido si pensamos que en esa etapa es cuando se plantean emanciparse, empezar o acabar los estudios, encontrar un trabajo y, en definitiva, construir un futuro. En época de incertidumbre, como son las crisis, es complicado plantearse esas cuestiones.
Respecto al sexo, no se encuentran diferencias fundamentales entre hombres y mujeres en lo referente a la depresión, aunque sí que hay, si hablamos de la ansiedad, que parece que es más común en mujeres que en hombres.
«Esto podría ser por un aumento de estrés, asociado a la dificultad para acceder al mercado laboral de la mujer, mantener el trabajo y escalar profesionalmente y la dificultad de la conciliación familiar que aún hoy en día siguen persistiendo y que en épocas de crisis se agrava aún más», sigue Mireia Plata.
Las ventajas de una vida austera
Ahorrar y recortar puede convertirse en una práctica sana para eliminar lo superfluo. ¿Cuáles son las ventajas a nivel mental de una vida más austera? «Ahorrar y recortar es una buena práctica para darnos cuenta de aquello que realmente necesitamos en nuestra vida y para eliminar aquello que no necesitamos para vivir. Reconocer qué es realmente importante para nuestra vida, nos ayudará en el futuro a tomar decisiones basadas en qué nos aporta aquello que estamos adquiriendo, y si realmente es necesario», asegura esta psicóloga. Cuando recortamos, quitamos o eliminamos aquello que realmente no necesitamos, hacemos espacio para otras actividades.
«A nivel mental, significa vivir el momento y valorar lo que tenemos. Al vivir más en el momento presente, dejamos de pensar en lo que fue y ya no es, y hace que no pensemos en escenarios futuros que pueden o no suceder a largo plazo. Ocupar el tiempo, por ejemplo, en nuevas aficiones, con otras personas y hacer deporte son actividades que pueden ayudar a aumentar la autoestima y el bienestar emocional y psicológico, y que no necesariamente conllevan un gasto económico», explica la psicóloga Plata.
Fortaleza y sentimientos positivos ante la crisis
Prácticas como el mindfulness o la meditación, son las que más y mejor fortalecen nuestras habilidades para reaccionar positivamente ante situaciones adversas como son las crisis, ya sean económicas o personales. Son prácticas que incentivan estar presentes en el momento y el lugar en el que estamos, y a valorar este momento presente.
«Además, continúa, otra práctica que propongo en consulta es la creación de listas, a poder ser a mano. Realizar una lista de lo logrado hasta el momento, escribir qué estamos haciendo para mantener nuestro bienestar físico y emocional, tener alternativas que podemos hacer si surge algún imprevisto y nombrar lo que tenemos a nuestra disposición ahora mismo, son algunos ejemplos. Puede parecer muy simple, pero es una gran herramienta para poder ponernos en valor y relativizar cuando atravesamos en época de crisis».
Por último, nuestra red social es nuestro gran apoyo, así que dedicarles unos minutos a esas personas que están ahí, también nos fortalece.
Mireia Plata, psicóloga de MundoPsicologos.com
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