¿Qué es el agotamiento emocional? ¿Qué es esta sensación de estar siempre cansado? ¿De qué manera está afectando tu día a día? ¿Cuáles suelen ser las causas de este tipo de agotamiento? ¿Cuáles son los síntomas que nos permiten detectar un estado de cansancio emocional? ¿Por qué la autoexigencia puede convertirse en un peligro para nuestro bienestar psicofísico?
¿Qué es el agotamiento o cansancio emocional?
El agotamiento emocional hace referencia al estado al que llega una persona derivado de una gran sobrecarga de responsabilidades laborales, personales, familiares, académicas, afrontamiento de problemas, niveles de autoexigencia elevados, etc.
Una serie de circunstancias de la vida cotidiana que pueden agotar a una persona si exigen demasiado tiempo y esfuerzo. En concreto, se refiere a la sensación de que la persona no puede más, siente que se ha quedado sin recursos para afrontar las demandas del entorno, se ve superada.
Cuando esto ocurre, la persona siente que está cansada, deja de tener ganas de hacer cosas, está más irritable o tiene cambios de humor bruscos, disminuye su concentración y aparecen también síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas de sueño (ganas de dormir mucho, dormir poco, no poder conciliar el sueño, despertares nocturnos), problemas gastrointestinales (disminución o aumento del apetito, problemas para la digestión), entre otros.
Esto puede generar consecuencias en varios ámbitos de la vida como menos rendimiento académico o laboral, conflictos interpersonales (pareja, compañeros), abandono de actividades agradables como el deporte, alimentación sana, etc.
¿Cuáles suelen ser las causas del agotamiento emocional?
Existen una serie de factores llamados de «riesgo». Existen estudios (Vazquez-Ortiz, J., 2012) que indican incluso que existen profesiones más relacionadas con ello como son las sanitarias y todas las que engloban la atención al cliente. Sin embargo, cualquier persona puede sentirse agotada, desgastada emocionalmente si ocurren las circunstancias anteriormente descritas.
Los factores de riesgo son condiciones laborales muy demandantes de esfuerzo y atención. Dificultad de la persona para desconectar, falta de recursos sociales, escasa red de apoyo social, escasez de estrategias para afrontar el estrés o gestionar los conflictos, etc.
Recomendaciones para prevenir el cansancio emocional
Para poder prevenir que esto ocurra, es necesario contar con una serie de factores de protección como:
– Disponer de estrategias para gestionar el estrés o conflictos
– Saber analizar los problemas, poder plantear diferentes opciones de solución, etc.
– Aceptar que la frustración es parte de la vida. Cuando queremos hacer algo y no podemos o no conseguimos los resultados esperados, es probable que nos sintamos frustrados. Aceptar este sentimiento como parte también del proceso sin perder de vista nuestro objetivo nos protege del agotamiento.
– Disponer de ocio, de actividades agradables que ayuden a generar emociones positivas.
– Red de apoyo social, amigos, familia.
Consejos para superar el agotamiento emocional
Para aquellas personas que ya se sienten agotadas, ahí van unos consejos para superar el cansancio emocional:
– Hacer lo contrario: descansar.
– Realizar actividades que supongan desconexión, que le gusten a la persona para experimentar emociones positivas.
– Plantearse si hay que trabajar en el modo de gestionar los problemas. Analizarlos desde otro punto de vista, tener en mente otras posibles soluciones.
– Aceptar que se necesita parar, comprender que no es un fracaso, sino una revisión de lo que está ocurriendo.
– No ser muy duro con uno mismo, nadie es perfecto ni sabe hacerlo bien siempre al 100%.
– Cuidarse: ocio, relajación, vida social, hacer cosas que gustan, etc.
¿Qué consecuencias tiene el cansancio emocional?
Todo esto favorecerá que los síntomas se intensifiquen favoreciendo la sensación de incapacidad de control e indefensión. Al final, la persona se verá en un círculo vicioso de sensaciones muy desagradables, altas exigencias o demandas propias o del ámbito en cuestión y aparición de emociones negativas.
Además, no todo el mundo está expuesto de la misma manera al riesgo de agotamiento emocional.
La persona más expuesta al riesgo de sufrir de agotamiento emocional suele ser alguien que no tiene tiempo para sí mismo y no recibe reconocimiento, afecto o consideración suficiente.
Suelen ser individuos de los que todo el mundo espera que estén siempre presentes, y que apartan sus problemas y sus necesidades para dejarle espacio a los de los demás. Por este motivo, la gente se relaciona con ellos como si nunca tuvieran preocupaciones.
De hecho, se trata de individuos que se perciben como si pudieran soportarlo todo y fueran más fuertes que los demás. De hecho, la autoexigencia en muchas ocasiones es causa de agotamiento psicológico.
También influyen los pensamientos negativos, por esto hay que aprender a tener una actitud positiva hacia nuestras obligaciones, hacia todo lo que no dependa de nosotros, aprender a descansar y realizar actividades gratificantes. La obsesión de querer controlarlo todo y el perfeccionismo pueden convertirse en un peligro para el bienestar psicofísico.
Solo quienes consiguen aprender a ser conscientes y a reconectar con uno mismo, con sus propios deseos y sus emociones, pueden prevenir estados de agotamiento y gestionar el desequilibrio emocional. Hay que ser amables y comprensivos hacia uno mismo, dejar de actuar en cada momento como un juez intransigente.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Elena Cayuela, psicólogo de Mundopsicologos.com
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