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Cómo ayudar a los niños a afrontar eventos traumáticos

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Los niños y adolescentes son más vulnerables a sufrir traumas por accidentes, pandemias u otros desastres. Pero con el apoyo adecuado de los padres, también pueden recuperarse.

Los efectos del trauma en niños y adolescentes

Estar involucrado en un accidente grave, un ataque terrorista, una pandemia global o un desastre natural, como un terremoto o un huracán, puede ser muy estresante para los niños, y pueden causar estrés traumático.

Si tu hijo ha vivido un evento perturbador en sí mismo, ha sido testigo de los hechos o ha experimentado un estrés traumático después, es probable que se vea afectado por una serie de emociones intensas que pueden causarle un trauma infantil. Si bien los síntomas pueden desaparecer con el tiempo, hay muchas cosas que puedes hacer como padre para apoyar y tranquilizar a un niño traumatizado.

Con estos consejos puedes ayudarle a controlar los síntomas del estrés traumático, reconstruir su sentido de seguridad y superarlo con resiliencia, saliendo fortalecido ante la adversidad. Los padres al cuidar su propia salud y bienestar emocional, serán una influencia más tranquilizadora y estarán más capacitados para ayudar a sus hijos.

Anímale a compartir abiertamente sus sentimientos. Házles saber que cualquier sentimiento que esté experimentando es normal. Incluso los sentimientos desagradables pasarán. Si bien muchos niños y adolescentes pueden mostrarse reacios a hablar sobre sus sentimientos con sus padres, anímaloes a contar lo que sienten.

Permíteles lamentar cualquier pérdida. Dale tiempo para que se recupere y pueda llorar a su ser querido. Esta pérdida podría ser la de de un amigo, pariente, mascota o simplemente la forma en que solía ser su vida.

Evita que tu hijo reviva obsesivamente el evento traumático. La repetición constante de las imágenes del evento puede abrumar su sistema nervioso. Fomenta actividades que mantengan su mente ocupada para que no se concentren únicamente en el evento traumático.

Libérate del estrés en familia. Incluso los niños pequeños pueden utilizar sencillos ejercicios de respiración para aliviar el estrés y sentirse más cómodos en el mundo, mientras que los niños mayores pueden dominar otras técnicas de relajación.

Reconstruye la confianza y la seguridad

El trauma puede alterar la forma en que un niño o adolescente ve el mundo, haciendo que de repente parezca un lugar mucho más peligroso y aterrador. Puedes ayudar reconstruyendo el sentido de seguridad de tu hijo.

Abrazar y tranquilizar es una gran opción. Si bien los adolescentes pueden tratar de resistirse, su afecto físico sigue siendo importante para que se sientan seguros nuevamente.

Anímale a realizar actividades que le gusten. Trata de asegurarte de que tu hijo tenga espacio y tiempo para descansar, jugar y divertirse.

Mantén las rutinas. Establecer una estructura y un horario predecibles para la vida puede ayudar a que el mundo parezca más estable nuevamente. Trata de mantener horarios regulares para las comidas, la tarea y las actividades familiares.

Minimiza la exposición a los medios

Los niños que han experimentado un evento traumático a menudo pueden encontrar que la incesante cobertura de los medios de comunicación es aún más traumatizante. La exposición excesiva a imágenes de una crisis o un evento perturbador, como ver videos repetidamente en las redes sociales o sitios de noticias, puede incluso crear estrés traumático en los niños o adolescentes que no se vieron afectados directamente por el evento.

Comunícate con tu hijo de una manera apropiada para su edad. Los niños más pequeños, por ejemplo, responderán a abrazos reconfortantes y frases simples como «Todo va a estar bien». Sin embargo, los niños mayores se sentirán más cómodos al escuchar hechos e información sobre lo sucedido.

No le presiones para que hable. Puede ser muy difícil para algunos niños hablar sobre una experiencia traumática. A un niño pequeño le puede resultar más fácil hacer un dibujo que ilustre sus sentimientos en lugar de hablar sobre ellos. Luego puedes hablar con tu hijo sobre lo que ha dibujado.

Fomenta la actividad física

El ejercicio físico puede liberar endorfinas que mejoran el estado de ánimo y ayudarán a tu hijo o adolescente a dormir mejor por la noche. Encuentra un deporte o actividad que le guste. Las actividades como baloncesto, fútbol, correr, artes marciales o natación que requieren mover los brazos y las piernas pueden ayudar a despertar el sistema nervioso de tu hijo de esa sensación de «atasco» que a menudo sigue a una experiencia traumática.

Programa una salida familiar a una ruta de senderismo, un lago o una playa. Pasar tiempo en la naturaleza puede aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo general de un niño y de todos.

Cuándo buscar tratamiento ante un trauma infantil

Por lo general, los sentimientos de ansiedad, entumecimiento, confusión, culpa y desesperación después de una crisis, desastre u otro evento traumático comenzarán a desvanecerse en un tiempo relativamente corto.

Sin embargo, si la reacción de estrés traumático es tan intensa que interfiere con la capacidad de tu hijo para funcionar con normalidad en la escuela o en el hogar, o si los síntomas empeoran con el tiempo, es posible que necesite la ayuda de un profesional de la salud mental.

Gabriela García González. Autora del nuevo libro para niños El poder de ser tu mismo, El Poder de Tu Resiliencia y de La Mejor Coach para tus Hijos ¡eres tú! Es una referente del Coaching para Niños y el Empoderamiento infantil y Femenino. Educadora, Experta en Desarrollo Personal integral, Conferencista internacional y Formadora de Emprendimientos desde el Ser para mujeres.

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