El miedo es un sentimiento que, en determinados momentos, puede ayudar a una persona a evitar un peligro. Gracias a él, podemos advertir riesgos y alertas ante determinadas circunstancias. Sin embargo, en otras situaciones, uno puede quedar paralizado constantemente, viviendo en un estado que puede incluso llegar a generar ansiedad.
En muchas ocasiones, las personas incluso pueden tener claro lo que se quiere, pero encuentran un freno que les impide llegar a conseguirlo. A esta barrera se la conoce como miedo, que tal y como indican desde DKV Salud genera pensamientos del tipo «no puedo», impidiendo que se puedan llegar a determinadas metas y negando varios momentos de felicidad.
Miedo imaginario
Como se ha dicho, el miedo es natural en los seres humanos. Se tata de una emoción primaria que aparece ante una posible amenaza y con la que se asegura protección. Su función, por tanto, es la de mantenernos a salvo. El problema es cuando es esta sensación la que no deja vivir a las personas y deja a un lado su misión principal para comenzar a daño.
Es el momento en el que se transforma en una emoción negativa, que influye en todas las decisiones y acciones. En estas situaciones aparece lo que se denomina «miedo imaginario«, procede de la mente. Surge en contexto en donde nos adelantamos al resultado futuro, como por ejemplo no ser seleccionado en un trabajo o suspender un examen.
Al adelantarse, de manera negativa, a estas situaciones, el cuerpo siente amenaza y pone en marcha mecanismos de prevención De esta forma, el organismo queda en estado de alerta. El miedo tiene la capacidad de desviar la atención hacia los aspectos negativos del día a día, haciendo que la autoestima baje, creyendo que los recursos propios son escasos como para poder enfrentarnos a determinadas situaciones.
Combatir al miedo
Una vida condicionada por el miedo genera sensaciones como las siguientes:
– Dejar de tener ilusiones o sueños en la vida.
– Carencia de objetivos a conseguir.
– Dejar pasar los días de manera contemplativa.
– No atreverse a hacer cosas diferentes.
– Sentimiento de no avanzar y no desarrollarse de la manera en la que gustaría.
– No tomar decisiones importantes ni arriesgarse por nadie.
– Evitar pensamientos diferentes para encajar.
– No gustan los cambios.
– Cuando se quiere dar un paso adelante, aparecen infinitas justificaciones para echarse atrás.
Ante la aparición de estas sensaciones, se proponen varios tips con los que combatir al miedo:
– Descubrir cuál es la causa del temor y toma consciencia de las reacciones emocionales y fisiológicas.
– No olvidarse de que el miedo es una emoción común a todos los seres humanos, y que la clave es aprender a manejarlo.
– En lugar de luchar contra el miedo, aprender a aceptarlo como acompañante de las situaciones novedosas.
– Practicar para entrenar la mente en la no anticipación.
– Desarrollar confianza en tus capacidades y date cuenta de que el peor escenario posible, no es tan espantoso como lo imaginas.
– Realizar actividad física para olvidar por un rato los miedos, las inquietudes y los problemas.
– Elegir bien las compañías para estar rodeado de personas positivas, ellas tienen menos miedos.
– No temer al arrepentimiento, pues al fracaso siempre lleva consigo un gran aprendizaje.
– No dejar que el miedo paralice y buscar nuevas estrategias de enfrentamiento.
Damián Montero
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