En la adolescencia se le da mucha importancia a la imagen que cada uno tiene de sí mismo y a que ésta sea atractiva para los demás. Este hecho crea un estado de vulnerabilidad y ansiedad por satisfacer unos determinados cánones de belleza que predispone a los adolescentes a realizar dietas que en la mayoría de las ocasiones no cuentan con ningún control por parte de su entorno o de profesionales.
Esto, unido al desconocimiento ante temas nutricionales y al bombardeo publicitario existente de alimentos ricos en calorías, pero con escaso valor nutritivo, hace que sea muy elevado el riesgo de seguir una alimentación inadecuada.
Diversos estudios realizados para conocer el riesgo de los Trastornos de Comportamiento Alimentario (TCA) en adolescentes muestran una elevada incidencia de conductas preanorexígenas desde los 10 años, siendo mayor la incidencia en el sexo femenino.
Los trastornos de conducta alimentaria en la adolescencia estarían representados por la anorexia nerviosa y la bulimia, aunque ambos pueden coexistir.
Cómo entender y tratar la anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa es un síndrome psiquiátrico multifactorial que se caracteriza por tres factores:
– Pérdida excesiva de peso de forma voluntaria.
– Miedo a ganar peso.
– Alteración de la imagen corporal.
Tiene gran relevancia a nivel clínico por el incremento de su prevalencia y por los efectos negativos sobre la salud y el desarrollo psicológico de los jóvenes.
Es importante tener en cuenta que en la anorexia nerviosa se produce malnutrición enegético-protéica, es decir, no se alcanzan los requerimientos necesarios de calorías ni de proteínas. Sin embargo, en las analíticas no se suele percibir debido a la capacidad de adaptación del organismo. Es en la valoración nutricional, ya que al tomar los datos antropométricos (peso, masa grasa, masa muscular, índice peso/talla, pliegue tricipital, perímetros, etc.) se aprecia una disminución de éstos. También, el estado de malnutrición tiene repercusión sobre órganos y sistemas provocando alteración en su correcto funcionamiento.
El manejo de la anorexia nerviosa debe realizarse con la ayuda de un equipo multidisciplinar formado por psicólogos, pediatras y nutricionistas.
El nutricionista tiene como objetivo recuperar el estado nutricional óptimo mediante pautas alimentarias consensuadas con el adolescente y la familia, para conseguir la mayor adherencia posible. Se procede en varias fases para que sea gradual. Al mismo tiempo se realiza una reeducación nutricional para estabilizar el trastorno.
Anorexia nerviosa: alteraciones
– Pérdida significativa de peso voluntaria en poco tiempo.
– Freno en el crecimiento.
– Realización de ejercicio físico obsesivo.
– Vómito tras las comidas: suele ser provocado por el adolescente.
– Muestra pavor a engordar.
– No se encuentra satisfecho con su imagen corporal a pesar de estar delgado.
– Retraso de la menarquía o presencia de amenorrea en la mujer.
– Piel seca o amarillenta.
– Cabello fino o quebradizo.
– Intolerancia al frío.
– Se pueden producir atracones de comida seguidos del vómito.
– Insomnio e irritabilidad.
Hábitos alimentarios que se desarrollan durante la anorexia nerviosa
– Interés excesivo por todo lo relacionado con los alimentos.
– Rechazo hacia algunos alimentos.
– Manipulación de los alimentos: esconderlos, retirar la grasa, desmenuzarlos excesivamente.
– Desarrollo de rituales obsesivos respecto a la comida.
– Aislamiento durante las comidas y a nivel social.
– Comer de pie o en movimiento.
– Prolongación exagerada del tiempo de comida.
– La persona cocina platos elaborados para los demás, pero no los come.
– Miente sobre lo que ingiere.
– Saltarse comidas.
Cómo entender y tratar la bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa, ¿qué es y por qué se caracteriza?
– Ingesta de gran cantidad de comida sin control en poco tiempo.
– Los atracones se producen al menos dos veces por semana.
– Conductas compensatorias: vómito o a la toma de laxantes y/o diuréticos, ayuno y ejercicio intenso.
Al no existir malnutrición y realizarse a escondidas es muy difícil de detectar la bulimia. Suele ser la cavidad bucal la más afectada por la acidez del vómito que provoca erosión del esmalte dentario, gingivitis y faringitis. También suele aparecer esofagitis y aumento de la capacidad del estómago.
El tratamiento, al igual que la anorexia nerviosa, también debe ser multidisciplinar. El nutricionista planificaría una dieta ajustada a las necesidades reales y se realizaría reeducación nutricional.
Cuando existen atracones recurrentes, pero sin compensación no sería «bulimia nerviosa» se denominaría «comer en atracones». En este caso la persona sufre sobrepeso u obesidad y no es tan característico de la adolescencia.
Respecto al género, se da igual en hombres y mujeres.
Dña. Pilar Puértolas Barrado. Nutricionista en Centro Médico Complutense (Grupo Virtus)
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