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La suegra en la pareja, ¿por qué tiene mala fama?

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La suegra suele ser un personaje discordante en las familias, aunque en su defensa se puede decir que hay casos en que las nueras-yernos no actúan correctamente. Y cada vez es más frecuente esta situación, tal vez motivada por la educación recibida e influencias sociales. Como ayuda orientadora vale la pena averiguar qué aspecto del carácter deberían mejorar para aprender a querer a la familia extensa.

Una buena comunicación familiar se concreta en buenas relaciones familiares con riqueza de contenido. Es imprescindible que nueras y suegras tenga una relación cordial por el bien común de toda la familia.

Cómo llevarse bien con la suegra

La figura de la suegra ha sido perjudicada desde la antigüedad, las connotaciones negativas que ha adquirido el término, han trascendido lo anecdótico para integrarse al imaginario colectivo como un prejuicio que todos adoptamos sin tener muy claro su dimensión.

Afrontar las diferencias con la suegra/nuera desde una postura negativa previa, no contribuye en la relación, y en cambio, puede favorecer serios problemas de convivencia tanto familiar como de pareja.

Para llevarse bien con la suegra es necesaria una buena disposición, ser tolerante, perdonar, tratarla con respeto y cariño, aceptarla como es y favorecer el conocimiento mutuo.

Errores comunes que se comenten en la familia

A continuación, haremos una breve recopilación de los errores más comunes que se suelen cometer, así como algunas orientaciones generales para resolver estas situaciones según la psicóloga Mar Sánchez Marchori:

Por parte de la suegra:
– Pensar que ha perdido a su hijo/hija para siempre.
– Mirar al yerno/nuera como a un intruso.
– No respetar la independencia de la nueva pareja.
– Considerar al yerno/nuera, como el último responsable del bienestar del hijo/hija.
– Dar demasiados consejos cuando nace el nieto, sin que los hayan pedido.
– Criticar la forma en que educan a su hijo.
– Creer que la edad da la sabiduría absoluta.

Por parte la pareja:

– Ajustar el comportamiento con la suegra, a prejuicios y tópicos.
– Pensar a priori que todo lo que aporte la suegra está pasado de moda.
– Creer que siempre deben estar dispuestas a hacerse cargo de los nietos.
– Dar demasiada importancia a las diferencias generacionales.

En definitiva, las orientaciones para una buena relación suegra-nuera incluirán actitudes de respeto por la decisión de los hijos al elegir la pareja y por su intimidad y modo de vida. Cuando surjan problemas en las perspectivas de las familias de origen, deben resolverlos los cónyuges y ellos, no interferir en la solución.

Consecuencias de llevarse mal con la suegra

Las consecuencias se darán tanto para el marido como para la esposa, ya que el cariño que sienten por la familia de origen es algo connatural y resulta muy complicado resolver conflictos que siendo naturales, ofendan o molesten a la parte más personal. Se puede hablar de lo que ocurre con mucha delicadeza, pero tal vez es mejor cuando hay un conflicto con la familia del cónyuge, que sea él mismo el que lo aclare. Por ejemplo, si la situación se da con la esposa y su familia, que sea ella la que lo resuelva sin interferencias del marido o viceversa.

También resulta muy interesante crear en la familia la cultura del respeto y no criticar; sobre todo a los abuelos, a los tíos, a los primos…

Criticar en casa a la familia de origen, es contraproducente para los niños y crea sensación de falta de cariño.

Entre los mayores crea malestar el hecho de hacer críticas o comentarios peyorativos de las familias de uno y del otro, siendo además de fuente de conflictos, un motivo de tristeza respecto a la comunicación en la pareja.

En pocas ocasiones diríamos que la actuación o la relación entre suegros/suegras y nueras/ yernos pueden hacer tanto daño a la relación de pareja como para destruirla. Seguramente, coincidirían otros factores, aunque si verdaderamente se dan situaciones que supongan un sufrimiento al esposo o a la esposa acerca de cómo le trata la familia de origen del otro/a, hay que poner en primer lugar quién es el primero en la vida del otro. Por ello, y tal vez durante un tiempo, tomar la determinación de un cambio de conducta y explicar el por qué desde el respeto: «Como me siento de esta forma, durante un tiempo vamos a actuar de esta manera».

La comunicación se va construyendo, y a veces pensamos que nos van a entender en una primera reunión de familia y no es así. Es decir, es necesario tener paciencia, porque estas situaciones son nuevas para los suegros y gestionarlas no es fácil, quizá en principio se sienten atacados, y el matrimonio, que es más joven y tiene más recursos desde la paciencia y desde la orientación (en algún caso) de un profesional, resolverá de la mejor manera el conflicto. Esto último que hemos apuntado es muy importante, ya que los conflictos surgen en el ciclo vital, y el problema no es el conflicto, sino la manera de resolverlo, ya que llegar al otro es también hacerle sentirse escuchado.

Mar García Sánchez. Psicóloga del Instituto Valenciano de Pedagogía Creativa – MSM

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