Nuestra vida, tal como estaba hasta ahora, se está viendo sometida a numerosos cambios, a menudo difíciles de gestionar, en temas como las relaciones de pareja, la dependencia, la soledad, la libertad, el confinamiento… temas que la psicóloga Sílvia Congost recoge en su noveno libro: La voz de mis alas (Zenith).
Sílvia Congost da rienda suelta a sus sentimientos en forma de poemas (prosa poética) que se enmarcan en cinco grandes temas: amor, desamor, soledad, libertad y gratitud. Como experta en dependencia emocional y conflictos de pareja aborda estos temas universales, dando rienda suelta a la creatividad y esa empatía que la caracteriza, para que el lector se reconozca en muchos extractos del libro.
Un apoyo para nuestra pareja en tiempos de crisis
P. ¿Cómo se convierte una psicóloga en poetisa?
R. La verdad es que a mí siempre me ha gustado escribir poesía. Siempre me ha gustado expresar lo que siento, lo que llevo dentro, es como una necesidad y siempre me ha gustado hacerlo en este formato. Me he sentido más cómoda escribiendo en poesía y en prosa poética que no con relatos normales, o sea que esa «Poetisa», si podemos llamarme así, creo que la he llevado dentro desde muy jovencita. Empecé escribiendo de pequeña, luego, en la adolescencia, los poemas eran cada vez más frecuentes y los sentía más necesarios. Hasta hoy, que tuve la suerte de que mi editorial aceptara publicar este libro, que es muy personal.
P. ¿Crees que la poesía vuelve a estar en auge en estos momentos de introspección?
R. Sí, creo que cada vez la poesía está más en auge, además tenemos poetas en este país maravillosos que hacen que la poesía llegue a más gente, que más gente la entienda y descubran el placer de leerla y de permitir que les remueva por dentro, de otra forma, con otro lenguaje, pero te hace crecer y te hace descubrirte a ti mismo. Creo que en estos momentos que estamos viviendo, en los que tendemos a pensar más, a mirar más, nos viene muy bien hacerlo desde esta mirada nueva y tan especial.
P. ¿Por qué esta crisis sanitaria ha sido como un terremoto para las relaciones de pareja?
R. Está claro que la crisis nos lleva un punto de tensión, de nervios, de angustia, de preocupación que hace que nuestro carácter pueda haber cambiado, tengamos menos paciencia para aguantar según que cosas a las que antes estábamos acostumbrados y esto sí que, de alguna manera, nos puede haber llevado a puntos de mayor tensión y menos aguante, pero al final las relaciones que se rompen son esas relaciones que no están bien.
P. ¿Cómo ha cambiado la relación de pareja con el confinamiento?
R. El confinamiento puede haber cambiado algunas relaciones.
A veces hay relaciones que sí que funcionan, pero por tener un día a día con mucha actividad no se encuentran lo suficiente.
La situación de confinamiento a estas parejas les ha permitido reencontrarse, volver a mirarse volver a verse, volver a compartir momentos y cuando hay unas bases que son sólidas, cuando tenemos unos valores en común, cuando somos una pareja que realmente funciona y somos dos perfiles que encajamos de verdad el obligarnos a estar juntos ha permitido que volviéramos a disfrutarnos el uno al otro y eso puede habernos ayudado a mejorar la calidad de nuestra relación, mientras que otras relaciones que no funcionan el estar juntos tantas horas les ha llevado a romper esos vínculos.
P. ¿Qué hacer cuando pensamos que pasamos «demasiado tiempo juntos»?
R. Si pensamos que pasamos demasiado tiempo juntos lo que deberíamos hacer es plantearnos buscar más espacios para nosotros mismos, más espacios para disfrutar de nuestros momentos de soledad, a solas con nosotros o de conexión con los nuestros, con personas que son importantes para nosotros. No olvidemos que somos seres sociales y que nuestros círculos tienen que ir más allá de la relación de pareja. Debemos tener otras personas con las que crear conexión, con las que sentir que les importamos, que somos alguien valioso para ellos y eso tiene que trascender la relación de pareja. Tanto debemos aprender a disfrutar de estar con nosotros mismos como con otras personas. Hay quien incluye más la relación de pareja y ya le va bien, pero hay otros que necesitan más espacios para sí mismos y debe haber un equilibrio. Sobre todo, lo importante es que uno tenga claro qué espacios necesita para sí y que se les permita.
P. ¿La clave para una buena relación en pareja es la comunicación? ¿Cómo reestablecerla en estos momentos? ¿Qué tipo de lenguaje debemos utilizar?
R. Si, sin duda la comunicación es una parte importantísima dentro de la relación de pareja. Si funciona, la relación fluye.
Los problemas incluso se pueden llevar a un fin positivo y nos ayudan a crecer, nos fortalecen, nos hacen mejorar la relación.
Pero si esa comunicación no es fluida y no nos ayuda a resolver todo esto, pues entonces vamos a ir alejándonos cada vez más como pareja, vamos a crear una brecha entre nosotros que se hará cada vez más evidente y cada vez sentiremos que nos alejamos más y que tenemos menos en común. Llegará un punto que la situación probablemente será insostenible. Por lo tanto, es importante que, si nos damos cuenta de que tenemos un problema a nivel de comunicación, que creemos espacios para encontrarnos, espacios en los que nos sintamos a gusto para poder compartir eso que nos incomoda, eso que no nos gusta, o eso que necesitamos mejorar. Desde el respeto y desde el cariño hacia el otro.
P. ¿Cuáles son los pilares de una relación de pareja sana?
R. Sentir que la relación es fácil, sentir que la relación fluye desde la facilidad. Que no tenemos que invertir grandes dosis de energía, grandes esfuerzos, para hacer que aquello funcione. Debemos sentir que nuestra pareja es nuestro mejor amigo, que es una persona con la que conectamos, con la que nos entendemos, con la que podemos compartir todo aquello bueno o malo que nos va sucediendo. Debemos sentir que hay buena comunicación y debemos sentir que es una persona con la que tenemos una vida sexual satisfactoria, ambos, es decir que, si alguno no está satisfecho, lo hablamos, lo resolvemos y ponemos de nuestra parte. Yo creo que, con estos pilares, hay más, hay muchos más ingredientes, pero estos son los esenciales.
P. ¿Crees necesaria una ITV de pareja? ¿cuándo nos deben saltar las alarmas?
R. Una ITV de pareja no estaría mal, no estaría mal detenernos de vez en cuando y analizar, hacer una revisión de aquello que funciona y aquello que no funciona para ponerle remedio, para descubrir que es lo que podemos hacer para mejorarlo. A veces hay que pedir ayuda porque no tenemos las herramientas, pero el hecho de verlo, de detenernos, de mirarlo, de hablarlo y de dedicarle un tiempo, ya hace que seamos una pareja consciente que puede mejorar muchísimo estos aspectos. Y si llega un punto en el que vemos que pasan cosas que son insostenibles y que hacen que veamos que nos hemos alejado ya demasiado, que podamos dejar la relación de forma consciente sin hacernos más daño.
P. ¿Cómo ser un apoyo cuando se ha perdido el trabajo, se está enfermo, se tiene miedo…?
R. Es cierto que hay situaciones en las que es difícil saber como posicionarnos. Son complejas porque a lo mejor nosotros no nos hemos encontrado con algo así y no sabemos cómo afrontarlo, pero yo creo que lo importante, una vez más, es saber estar ahí, presente y saberle decir a la otra persona, que si nos necesita, que pida ayuda, que nos diga que es lo que necesita, que nos diga en qué podemos ayudar.
Para ser un apoyo, sobre todo, debemos estar presente y demostrarle a la otra persona que nos tiene a su lado. Es lo más importante.
P. ¿Cómo diferenciar una tempestad pasajera de una crisis definitiva?
R. Cuando es una tempestad pasajera sentimos que seguimos amando a esa persona, pero que seguimos amándola porque seguimos admirándola porque seguimos viendo que hay unos valores en común, que miramos en la misma dirección. Únicamente hay un conflicto en concreto que no sabemos como resolver y nos hace daño, pero sigue habiendo una base sólida. En cambio, cuando sentimos que ya no admiramos a la otra persona, cuando sentimos que necesitaríamos que fuera diferente para poder estar bien a su lado, que ya no nos ilusiona el hecho de compartir con esa persona nuestra vida, nuestro futuro, nuestros días… o que nos fijamos en terceras personas que pensamos que encajarían más con nosotros.
P. ¿Por qué ahora con la pandemia muchas personas sienten que están «durmiendo con su enemigo»?
R. Supongo que si hay alguna pareja que siente que está durmiendo con su enemigo es porque se encuentra con alguien con quien no encaja, se da cuenta que no está bien. Esas diferencias que hay entre ellos se ponen cada vez más encima de la mesa, son más claras, más evidentes, tienen más peso. En consecuencia, la sensación de necesidad de alejarse de esa persona se hace cada vez más presente y puede ser que por eso tengan esa sensación.
P. ¿Cómo reconocer una relación de dependencia emocional?
R. Una relación con dependencia emocional se identifica porque sentimos que no estamos bien con esa persona, tenemos claro en algunos momentos puntuales, que la persona que tenemos al lado no es la persona que queremos tener al lado, pero al mismo tiempo nos sentimos incapaces de cortarlo. Sentimos una necesidad de esa persona, un miedo muy grande que nos frena a la hora de tomar la decisión de alejarnos de ella. Esto nos lleva a sentir ansiedad, a tener muchos altibajos, a conectar muchas veces con las dudas. Hay muchos momentos que tenemos claro que queremos irnos, otros momentos que decimos no, no podría estar sin mi pareja. Luego podemos sentir atracción por terceras personas que tienen esas características que no encontramos en nuestra pareja y empezamos a vivir situaciones que nos crean mucha angustia, mucho malestar.
Marisol Nuevo Espín
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