Cuando hablamos de familias reconstituidas hacemos referencia a familias en las que uno de los miembros de la pareja o los dos tiene hijos fruto de una relación anterior. En la actualidad cada vez es más habitual encontrarnos con familias reconstituidas. Los miembros de la pareja, que deciden construir una nueva familia, tienen que tener en cuenta cuál es su proyecto de pareja común, contando con que, uno de los miembros de la pareja o los dos tiene un proyecto de familia fuera de la pareja.
No es extraño que se produzcan crisis en la nueva pareja derivadas de las relaciones con los hijos o con las antiguas parejas. La responsabilidad de que la nueva familia funcione recae sobre todo en la pareja, que decide formar el nuevo sistema familiar, construir un vínculo fuerte y estable entre ambos favorecerá la sensación de apoyo dentro de la familia y desde ahí afrontar las dificultades que puedan aparecer.
Las parejas que forman familias reconstituidas tienen narrativas parecidas en cuanto a las dificultades para relacionarse con los hijos del otro miembro de la pareja, las diferencias entre los estilos de crianza, la sensación de que los hijos intentan sabotear la relación, en ocasiones aparecen celos hacia las exparejas, aparecen dificultades en el manejo de los conflictos entre los hijos de ambos.
Es necesario crear espacios en los que cada miembro de la pareja pueda expresar cómo se siente y que necesita del otro ante las dificultades y conflictos que puedan aparecer, estos espacios son fundamentales para que se puedan colocar en los zapatos del otro y brindarse apoyo mutuo desde la conexión emocional.
Fortalecer y cuidar la pareja reconstituida
Para fortalecer y cuidar la pareja dentro de la familia reconstituida es importante dedicarle tiempo en exclusiva, este tiempo tiene que estar en equilibrio con el tiempo individual de cada uno de los miembros que la forman y con el tiempo que se dedica a la familia.
En ocasiones aparecen celos de la relación con las exparejas. No es necesario mantener relaciones de amistad, ni de intimidad con las exparejas, pero si tener en cuenta que, aunque la relación haya finalizado van a seguir vinculados ya que siempre van a ser padres de los hijos que tienen en común.
Para fortalecer la relación de la nueva pareja que se ha formado, es importante mantenerse en lugares sanos y de respeto con las antiguas parejas, no entrar en competición, no intentar ocupar su lugar en cuanto a la crianza de sus hijos, ni invalidar las decisiones que tomen.
En cuanto a la relación con los hijos es cada miembro de la pareja quien tiene que mantenerse en el rol de adulto, como hemos mencionado anteriormente, no puede convertirse en la madre o padre de los hijos de su pareja, pero tampoco puede convertirse en su amigo o su amiga.
La institución pareja de este nuevo sistema cobra un papel importante en cuanto a establecer las normas y límites firmes, pero flexibles, que van a hacer que la familia funcione y que los miembros que la forman se sientan seguros en ella. El vínculo entre los dos miembros de la pareja se puede fortalecer si se muestran como equipo y mantienen la jerarquía.
Un trabajo sistémico en el que cada miembro de la pareja pueda ocupar un rol sano dentro de la familia ayudará trabajar tanto las dificultades observables como las estructurales.
En las familias reconstituidas la pareja se enfrenta a retos que no existen en otro tipo de parejas, pero como decía Virginia Satir «La vida no es lo que se supone que debe ser. Es lo que es. La forma de lidiar con ella es lo que hace la diferencia».
Verónica Garbajosa Yubero. Psicóloga de adultos, pareja y familia en Psicólogos Pozuelo
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