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La codependencia en la pareja

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El esfuerzo, el vivir por y para el otro, el sacrificio, el desvivirse por la pareja o por los hijos son signos que a simple vista parecen gestos de amor, de preocupación por el otro y que no parece que escondan nada negativo para la persona que se entrega incondicionalmente.

Sin embargo, en muchas ocasiones estas personas sufren lo que se conoce como codependencia, es decir, sus relaciones son «adictivas» y se alejan de lo que es el amor, pues estas personas dejan en un segundo plano su identidad, sus deseos, sus intereses y por tanto su individualidad para satisfacer los deseos y necesidades de los demás.

¿Qué es la codependencia?

Las personas que son codepencientes en sus relaciones, tienden a buscar la satisfacción en los demás, a depender de ellos para vivir y sienten un intenso temor a ser abandonados, lo que les mantiene «enganchados» a esas relaciones a pesar de que no sean sanas.

En estos casos la persona entiende que debe hacer todo lo posible para satisfacer y hacer feliz a los demás intentando conseguir todo lo que cree que necesitan, se siente dependiente de la aprobación de l otra persona para sentirse bien, dejando de ser ellos mismos y limitando así su autonomía.

Una persona puede establecer relaciones de codependencia con su pareja, con sus padres, con sus hijos, sus amigos, etc. estas relaciones no son sanas y tienen un efecto negativo en la persona que lo sufre, que ve afectada su estabilidad emocional.

Señales de codependencia en la pareja



Algunas de las señales que nos avisan que nuestras relaciones no son sanas y que quizás estemos estableciendo relaciones de codependencia son;

– Necesidad intensa de cuidar a los demás, de preocuparse por sus necesidades sin tener en cuenta ni hacerse cargo de las necesidades propias.
– Se sienten responsables de los sentimientos y emociones de los demás, con lo que ponen todos sus esfuerzos y hacen todo tipo de sacrificios para que sean felices.
Baja autoestima, son personas que se valoran negativamente, que temen ser rechazados y eso les lleva a hacer cualquier cosa por no ser abandonados.
– Dificultad para establecer límites en sus relaciones, lo que les lleva a darlo todo por el otro, haciendo más de lo que le corresponde y dejándose desprotegido.
– Son controladores, quieren saberlo todo y formar parte de todo lo que hace la pareja o los hijos llegando a tomar decisiones por ellos.

Para poder salir de este patrón de comportamiento y establecer relaciones sanas, lo primero es reconocer que no estamos bien en el punto en el que nos encontramos, fortalecer nuestra autoestima cuidando de nosotros mismos, practicar la asertividad para transmitir nuestros deseos y necesidades y enfrentarse a los sentimientos de culpa.

Rocío Navarro. Psicóloga. Directora de Psicolari, psicología integral

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