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La crisis hace caer los divorcios a niveles de diez años atrás

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MADRID, 24 Julio

Los costes económicos que implican el mantenimiento de dos viviendas y la duplicidad de gastos en caso de separación o divorcio han llevado a un descenso de las rupturas matrimoniales en España registradas en 2011 hasta niveles de hace diez años.

El número de rupturas matrimoniales disminuyó un 2,3 por ciento en 2011 con respecto al año anterior, al pasar de 127.682 a 124.702, tras experimentar un repunte en 2010 para volver el año pasado a la tendencia al descenso de divorcios, separaciones y nulidades que comenzó en 2007, según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

La demógrafa investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Teresa Castro, explica que en los últimos cuatro años no sólo se ha cortado la tendencia creciente de las rupturas matrimoniales, sino que se ha registrado un descenso a niveles de 2001 o 2002.

Los costes de separarse implican dos viviendas y, en la actual situación de crisis económica, hay parejas que quieren separarse, pero no pueden permitirse sufragar sus necesidades económicas. Castro destaca el aumento de parejas jóvenes que no se casan, sino que optan por uniones de hecho, que tienen unas tasas de separación más altas que los matrimonios por su carácter heterogéneo.

Hay un dato que revela la importancia de las uniones de hecho: el 20 por ciento de los niños en España nace en este tipo de uniones, lo que supone uno de cada cinco nacimientos. Además, el perfil de las mujeres que rompen su matrimonio está cambiando, ya que antes las féminas más educadas se divorciaban más que las menos educadas porque disponían de más recursos, mientras que ahora todos los estratos sociales se han igualado en el acceso al divorcio.

El portavoz de la Unión Estatal de Asociaciones y Federaciones por la Custodia Compartida (UEFACC), Fernando Basanta, subraya que desde la entrada en vigor de la ley del divorcioexprés en 2005 las rupturas matrimoniales han ido en aumento, pero la crisis ha motivado un descenso por razones económicas.

«Divorciarse es muy caro porque hay que pagar abogados, los gastos se duplican y se necesitan dos viviendas, en lugar de una», precisa Basanta, quien expresa su preocupación por el incremento de las disoluciones de matrimonios «por vía contenciosa» en torno a seis puntos desde el año 2005.

Leer más: La Vanguardia

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