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10 trucos para ser un experto en lenguaje emocional

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Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse, pues de la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, incluso la paz o la guerra. Ser un experto en lenguaje emocional tiene muchos beneficios, genera un gran impacto sobre nuestro interlocutor y hacerlo correctamente tiene sus secretos.

Arthur Koestler en su prólogo a Janus, un libro extremadamente enriquecedor, habla del lenguaje como el arma más poderosa que posee el hombre: «Sin palabras no habría poesía… pero tampoco guerra. El lenguaje es el factor principal de nuestra superioridad…, pero teniendo en cuenta su terrible potencial emotivo, una amenaza constante a nuestra supervivencia». 

Cómo ser un experto en lenguaje emocional

1.   Evita etiqutar a la otra persona. Cuando tenemos que hacer alguna observación a otra persona debemos centrarnos en «lo que hace, en los hechos», no en «lo que el otro es». Etiquetar no ayuda a que la otra persona cambie, sino que contribuye a reforzar sus defensas. Por ejemplo, centrarse en lo que «es» una persona sería en este ejemplo: «Te has vuelto a dejar las llaves en casa. Eres un desastre»; mientras que centrarse en lo que hace, en los hechos, sería: «Te has vuelto a dejar las llaves en casa. Últimamente te olvidas mucho de las cosas».

2.   Evita las generalizaciones. Los términos «siempre» y «nunca» raras veces son ciertos y además tienden a formar etiquetas.

3.    Elige el lugar y el momento adecuado. Es importante cuidar estos aspectos para establecer una buena comunicación:
–  El ambiente: el lugar, el ruido, el nivel de intimidad
–  Si hemos comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos, o que no es el momento apropiado, utilizaremos frases como: «Si no te importa podemos seguir discutiendo esto en otro momento o más tarde».

4.   Cuida también la comunicación no verbal. Por lo que tendremos en cuenta:
–  Que la comunicación verbal vaya acorde con la no verbal. Decir «Ya sabes que te quiero» con cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si no se hubiera dicho nada.
–   Que el contacto visual que mantenemos con el otro sea frecuente, pero no exagerado.

5.    No hablar del pasado para sacar a relucir «trapos sucios», esto no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta emociones negativas. Y ya que el pasado no puede cambiarse, hay que tratar de dirigir todas nuestras energías al presente y al futuro.

6.    Evita el lenguaje de la amenaza, clara o encubierta; la coacción, el chantaje.

7.    Evita el lenguaje del autoritarismo, del despotismo: «¡Desaparece de mi vista!, ¡Basta ya de hablar así!, ¡Lárgate!».

8.    Elimina radicalmente las preguntas inquisitivas con el ánimo de obtener informaciones del otro contra su voluntad: ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿quién?, etc.

9.   Aprende a escuchar. Es fundamental la escucha para una buena comunicación, para que tu interlocutor se sienta comprendido. Sin embargo, es fácil caer en algunos errores que evitar al escuchar al otro.

10.  Si vamos a hacer una crítica o a pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas con nuestro interlocutor.

Pilar Baviera. Psicóloga clínica. Especialista en Terapia Familiar.

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