Descubre los innumerables matices del amor y la vulnerabilidad a través de la mirada perspicaz de la psicóloga Laia Sabaté. En esta entrevista, buscamos en los rincones emocionales de su nuevo libro Amor Vulnerable (Ciudadela), donde Sabaté desentraña las complejidades de las relaciones humanas y ofrece otras perspectivas para abrazar nuestra propia vulnerabilidad en el camino hacia el amor auténtico.
Laia Sabaté nos guía a través de un viaje hacia la comprensión del amor y la vulnerabilidad. En su obra, explica que para amar necesitamos darnos permiso para ser vulnerables sin llegar a perder el control y nos invita a explorar nuestras propias experiencias emocionales, desafiando convencionalismos y ofreciendo una visión renovada sobre cómo el amor y la vulnerabilidad se entrelazan para forjar relaciones de pareja genuinas y profundas en nuestras vidas.
El amor tiene la capacidad de hacernos vulnerables
¿Cuáles son los elementos clave para construir y mantener una relación de pareja sana y consciente?
Las claves principales para mantener una relación sana y consciente van en dos líneas. En primer lugar, lo principal es que ambas personas tengan claro quiénes son, qué buscan y qué quieren para sus relaciones. Tener claro lo que queremos hace que podamos hablar, establecer pactos y construir juntos. Sin esa base, es muy difícil trabajar la segunda clave. A mí parecer, la segunda clave es hacer equipo con todo lo que eso conlleva. Hacer equipo y unir fuerzas supone muchas cosas como por ejemplo, comunicarnos bien, intentar no herirnos ni hacernos daño de manera voluntaria, escucharnos de manera activa, pactar y buscar recursos que nos ayuden en la relación…
Sin hacer equipo es difícil continuar hacia delante.
Y por supuesto también es muy importante que haya respeto, lealtad, honestidad, amor… Las relaciones son sanas cuando existe la mezcla entre sentirnos cerca, como un equipo y a la vez podemos tener autonomía y libertad para ser nosotros mismos dentro de la relación.
¿Cómo podemos reconocer y abordar el dolor emocional que surge en el contexto del amor y las relaciones de pareja?
En general, necesitamos conectar más con lo que sentimos. Escucharnos más y ser más honestos con nosotros mismos sobre lo que sentimos y cómo lo sentimos. Creo que a menudo sabemos que no estamos bien en nuestra relación de pareja pero intentamos pasarlo por alto, focalizándonos solo en que sentimos amor hacia esa persona. Es muy importante poder ser sinceros con nosotros mismos y también con la otra persona sobre lo que nos ocurre, sobre lo que nos preocupa y lo que nos está generando dolor. Una vez podamos ser honestos, la comunicación será clave para poder ver hasta que punto podemos solventarlo o no y hasta qué punto somos compatibles juntos o no.
¿Qué papel juega el ser amigos en una relación de pareja saludable?
A mi parecer, la base de una relación de pareja es la amistad. La atracción es uno de los componentes de la relación, pero la amistad es la base que lo sostiene todo. Ver a tu pareja como a una amiga con la que puedes ser tú, con la que compartes cosas en común y además te apoyas en ella es prioritario para que lo demás funcione. A veces ponemos mucho el foco en la atracción cuando lo que realmente sostiene la relación en sus baches es la amistad, en la capacidad que tenemos de querer a esa persona por cómo es y en sobre todo, disfrutar de su compañía.
¿Es saludable priorizar a la familia siempre, sobre todo cuando atravesamos una crisis de pareja?
No tiene por qué. Cada persona tiene que encontrar su propia escala de prioridades. Habrá personas que priorizarán mucho a la familia y otras que no lo harán tanto. Creo que tenemos que priorizar lo que nos sienta bien y no tanto por qué rol ocupa esa persona en nuestra vida. Podemos tener familias y parejas que no nos están dando bienestar emocional y en ese caso, es mejor priorizar ámbitos donde nos sintamos bien. Eso no significa que en cada crisis que tengamos con alguien, vayamos a ignorar el problema o a la persona, sino que va más allá. Me refiero a dejar a un lado los estereotipos de lo que nos debería de hacer más feliz y centrarnos en lo que realmente nos está sentando bien a nosotros.
¿Cómo influye el apego en la forma en que nos relacionamos con nuestra pareja y cómo podemos desarrollar un apego seguro?
Lo que hemos vivido en nuestra infancia y la relación con nuestros cuidadores principales y referentes, tiene mucha repercusión en cómo nos vamos a relacionar nosotros después con los demás. Las carencias que hemos vivido en estas relaciones pasadas nos han generado ciertas heridas y puede que a día de hoy estemos relacionándonos desde ellas. Para poder relacionarnos desde una base más segura, tenemos que trabajar ambos en la misma dirección. Por un lado, debemos conocer nuestras heridas y aprender de ellas y por otro lado tenemos que buscar a personas que nos puedan sostener y puedan ser una base sólida y segura para nosotros. Si una de las dos personas no es una base sólida y segura para la otra, eso va a generar inestabilidad en la relación, por mucho que nos trabajemos individualmente en generar un apego seguro. Para generar este vínculo seguro es importante que aprendamos a ver lo que nos sienta bien en las relaciones, que busquemos relaciones que sean de cuidado y amor y no de ambivalencia e intermitencia y que sobre todo busquemos a personas compatibles no solo con nuestra forma de ver la vida sino con nuestra forma de vivir las relaciones. A veces somos muy compatibles con todo menos con cómo llevar la relación y eso, tarde o temprano, tiene consecuencias en cuánto de seguros nos sentiremos en la relación.
¿Cuál es la importancia de establecer límites en una relación de pareja y cómo podemos priorizar el respeto?
Los límites son fundamentales en cualquier tipo de relación.
Para poder poner límites, tenemos que conocer muy bien nuestras propias necesidades.
A veces no los ponemos porque no sabemos del todo lo que necesitamos o nos juzgamos a la hora de ponerlos por si estamos siendo demasiado exigentes con la otra persona. Antes de comunicarle a nuestra pareja cuáles son nuestras banderas rojas, tenemos que haber conectado mucho con nosotros mismos y ver qué es lo que nos duele, qué es lo que nos hace sentir poco respetados y qué es lo que sí o sí tiene que estar en nuestra relación. Porque aunque parezca que los límites son los mismos para todos, cada uno tenemos nuestras propias fronteras y debemos conocerlas en profundidad para estar seguros a la hora de comunicarlos sin caer en ambivalencias. Hay límites que serán más o menos necesarios en la relación dependiendo de la prioridad que le demos y que podremos pactar entre los dos, pero el límite del respeto del respeto tiene que ser una bandera roja. Eso significa que no es un límite que podemos pactar o hablar, cuando no hay respeto, no queda nada.
¿Qué estrategias podemos utilizar para manejar las emociones intensas que surgen en el contexto de una relación de pareja?
Podemos manejar nuestras emociones en dos direcciones. La primera sería la autoregulación de esa emoción, es decir elegir la manera en la que me voy a acompañar en ella de manera individual. Esto puede hacerse de muchas maneras y con muchos recursos distintos como puede ser escribir, hablar con un amigo, hacer deporte, hacer algo que me haga sentir bien, llorar, correr, bailar, reflexionar, hacer introspección, meditar… Es decir, poner en práctica todo aquello que me ayuda a acompañarme cuando me siento de una determinada manera. Y luego, en segundo lugar, deberíamos de buscar cierta corregulación de esa emoción. Para corregularnos necesitamos al otro.
Puede que la gestión sea poner límites, o hablar las cosas, o llegar a pactos o simplemente expresar cómo me he sentido.
Las cosas que nos pasan en la relación nos pertenecen a ambos y aunque yo debo hacerme cargo de mi parte, probablemente necesite exteriorizarlo con la otra persona para sentir que he gestionado lo que sentía.
¿Cuándo es necesario buscar ayuda externa, como una terapia de pareja, para resolver conflictos y mejorar la salud de la relación?
A menudo esperamos a llegar al último paso para pedir ayuda, igual que nos pasa con los procesos de terapia individuales. No acudimos a buscar ayuda hasta que estamos en un punto muy límite. Yo siempre recomiendo ir antes de que lleguemos a ese punto porque la prevención a veces es mucho más importante y efectiva que resolver cosas que llevan enquistadas mucho tiempo en la relación. Siempre que sintamos que no estamos encontrando la manera de gestionarlo solos, es un buen momento para empezar un proceso de terapia de pareja. Quizás nos cuesta dar el paso porque creemos que darlo implica reconocer que estamos muy mal o que nuestra relación no funciona, pero las relaciones de pareja pasan por muchas dificultades y fases y es humano necesitar ayuda. Buscar ayuda profesional no es un indicador de problema sino un indicador de las ganas que tenemos de solucionarlo.
A veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos y esto nos crea ansiedad y estrés, ¿qué recursos tenemos para manejar el amor y el enamoramiento?
La etapa del enamoramiento es esa etapa en la que parece que flotamos de amor. Todo nos gusta, tenemos ganas de ver a esa persona, la priorizamos, pensamos mucho en ella… El amor es otra cosa. El amor tiene más que ver con la solidez, con el interés genuino hacia lo que sienta el otro, con las ganas de compartir, de crecer y de que esa persona también sea feliz y no solo tú. El amor, para mí, es pensar por dos. Creo que de por sí, nos puede generar estrés porque incluso en las relaciones más sanas existen dificultades. El problema es cuando la relación nos genera ansiedad ya que, en ese caso, tendríamos que revisar qué está pasando para que yo me sienta de esta manera. El amor y el enamoramiento no producen ansiedad de por sí. Lo que nos genera ansiedad es la ambivalencia, el no tener las cosas claras, la falta de compromiso y claridad, la falta de límites…
La confianza mutua es fundamental en una relación de pareja, ¿qué hacer para mantenerla y qué ocurre si fracasa?
Necesitamos poder confiar en alguien para poder mostrarnos con esa persona y para poder sentirnos seguros. Si pienso constantemente que me vas a fallar y siento que no eres una base segura para mí, no voy a poder vivir la relación con plenitud.
Necesitamos saber que la otra persona es predecible para nosotros y que, en cierta manera, sabemos lo que podemos esperar o no de ella.
Cuando se rompe la confianza creo que lo primero que tenemos que ser, una vez más, es muy sinceros con nosotros mismos sobre si para nosotros hay una posibilidad real de darle otra oportunidad a la persona. A menudo nos obligamos a confiar sin sentirlo de verdad. La confianza es un acto de fe, no tiene nada que ver con tener garantías y solo uno mismo puede saber si lo está sintiendo así o no. Una vez decidimos dar otra oportunidad para recuperar esa confianza, creo que por un lado tiene que haber un esfuerzo por parte de quién la ha roto por reparar y por demostrar un cambio. Sin eso, es difícil que la otra persona pueda confiar. Y probablemente la persona que ha sido traicionada, deberá darse un espacio y un tiempo para digerir todo lo que está sintiendo para que, una vez haya pasado ese espacio para permitirse estar como necesite, pueda volver a tener ganas de construir algo de nuevo con esa persona.
Marisol Nuevo Espín
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