Cuando comenzamos una relación sentimental con una persona, y nos encontramos en la fase de enamoramiento, está muy lejos de nosotros el pensar que a pesar del gran amor que sentimos por la otra persona, los avatares de la vida, la convivencia, las formas distintas de enfrentarse a los problemas, etc., nos llevarán a protagonizar discusiones y desencuentros.
Sabemos que los problemas y las dificultades siempre van a acompañarnos en nuestras relaciones de pareja. Es una realidad que debemos asumir, pero no aceptar sin más.
Lo importante para la salvaguarda de la relación es sentir que el amor y el respeto que sentimos por el otro van a impedir que esas disputas acaben destruyendo nuestra pareja. Y así debe ser, porque tal y como recoge un estudio sobre discusiones de pareja realizado por el Dr. James Campbell Quick, profesor de la Universidad de Texas en Arlington, la mayoría de los desencuentros en la pareja son debidos a pequeños incidentes y malos entendidos de fácil solución que no tienen por qué llevar a la ruptura. De nosotros depende que nuestra relación no sólo salga indemne de estas discusiones sino fortalecida.
7 consejos para gestionar las discusiones de pareja
Las personas que luchan por salvar sus relaciones de pareja, y apuestan por el perdón y la reconciliación, serán mucho más felices si son capaces de salir de estos pequeños baches inherentes a una relación. Poner en marcha estos pequeños consejos nos ayudarán a afrontar las discusiones y a gestionar mejor el conflicto:
1. La escucha. En ocasiones, nos enzarzamos en una discusión que realmente no nos conduce a nada siendo incapaces de dialogar. Simplemente llevamos un discurso en nuestra mente, que sí o sí queremos relatar a nuestra pareja. En este momento la discusión se convierte en un monólogo que difícilmente nos llevará a un consenso.
2. El respeto. Es muy importante que el amor y el respeto por el otro estén presentes en todos los momentos, incluso en aquellos que estamos debatiendo posturas diferentes. Por tanto, actitudes como levantar la voz, insultar o ridiculizar al otro tienen que estar alejadas de nuestro comportamiento.
3. El consenso. Ante una contingencia de pareja, no existe una solución única, sino que tienen que ser los miembros de la pareja los que hagan un esfuerzo por acercar posturas y encontrar aquella solución que aporte luz al problema.
4. El tiempo. En ocasiones puede ocurrir que las palabras o la discusión en la pareja se esté elevando mucho de tono y comience a ser destructiva. En este momento hay que optar por detener la conversación, con el fin de no hacerse daño inútilmente, y darnos un tiempo para tranquilizarnos. De esa forma, el momento de enfado dejará paso a un diálogo más tranquilo.
5. La sinceridad. Es recomendable que durante un conflicto por un tema concreto, se discuta únicamente de eso y no de discusiones anteriores no resueltas, que sólo nos llevarán a un agravamiento de la situación. Para ello, es necesario que cuando se produzca una discusión, ninguno de los dos se guarde sentimientos de algo que le molesta, porque esto impedirá que ese capítulo se cierre por completo, pudiendo aflorar de nuevo ante otro momento de tensión.
6. El perdón. Es imprescindible que el amor que sienten ambos se traduzca en este momento de conflicto en la capacidad de pedir perdón y de perdonar. Muchas veces, cuando nos sentimos muy dolidos o nos creemos en posesión de la razón, nos cuesta dar el primer paso hacia una reconciliación, pero ésta es la única forma de que nuestro amor crezca en la pareja.
7. El cambio. Lo importante tras una discusión de pareja, es que ésta produzca en ambos una reflexión personal que, en ocasiones conducirá a pequeños cambios en el comportamiento o en las actitudes, ayudando así a mejorar la convivencia. Es ésta una sencilla forma de contribuir al «nosotros», sin llegar a perder la autonomía personal.
Cada pareja tiene que encontrar el camino que es válido para ellos, teniendo en cuenta el respeto por las distintas opiniones que se han puesto de manifiesto durante la discusión. Es importante que «mi» punto de vista y «tu» punto de vista, típico de comportamientos individualistas y egocentristas, se convierta en «nuestro» punto de vista, necesario para una saludable relación de pareja basada en el amor y la entrega mutua.
Pilar Baviera Senabre. Psicóloga clínica
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