Un matrimonio saludable y satisfactorio es, sin ninguna duda, una de las situaciones más placenteras a nivel emocional que una persona puede llegar a sentir. De ahí la importancia de conocer y poner en práctica herramientas que permitan disfrutar del bienestar de la primera etapa del matrimonio de manera permanente.
Una relación saludable y feliz debe partir necesariamente del deseo de dos personas de trabajar en un objetivo común, ser felices juntos. Cuando uno de los miembros de la pareja ya no siente la suficiente motivación o deseo de esforzarse por ese objetivo y empieza a desatender las necesidades de la otra persona es el momento de aceptar la realidad y empezar a valorar la posibilidad de empezar una nueva etapa en la vida. Sin embargo, si se parte del deseo mutuo de seguir juntos hay muchas maneras de poder volver a disfrutar del bienestar de la primera etapa e incluso llegar a consolidar la relación tras un período de crisis.
4 rutinas para disfrutar del matrimonio como en la primera etapa
1. Cuida tu manera de expresarte. Debes expresarte con tu pareja de manera asertiva. Cuando haya una discusión no eleves la carga emocional. En lugar de preocuparte por tener razón, intenta hablar con un tono relajado y de manera asertiva, dejando claro tu postura, pero sin elevar el tono de voz o empleando un lenguaje no verbal que pueda denotar cierto grado de enfado.
2. Rompe la rutina. La rutina es uno de los mayores enemigos en las relaciones sentimentales. Debéis encontrar la manera de hacer cosas juntos o en familia que se salgan de las cenas o paseos habituales. No te limites a ser espontáneo o espontánea los fines de semana o en ocasiones especiales, siempre es un buen momento para hacer algo nuevo o simplemente demostrarle a tu pareja lo importante que es en tu vida. Algo tan sencillo como sorprender a tu pareja con un mensaje, invitarle a una cena entre semana, preguntarle cómo le ha ido el día o simplemente darle un abrazo son pequeñas semillas que con el tiempo pueden convertirse en fuertes cimientos sobre los que se asienta una relación feliz.
3. Habla con tu pareja. Muchas veces una pequeña discusión sin importancia o algo que ha hecho la pareja sin darse cuenta quedan en la mente y se acaban agravando de manera casi imperceptible. Cuando algo no te parezca bien o hayáis discutido, utiliza bien el lenguaje, no te limites a permanecer en silencio, expresa lo que no te ha parecido bien, tu punto de vista o tus necesidades siempre que consideres necesario. Hazlo de manera que en lugar de expresiones como «pasamos poco tiempo juntos» emplees expresiones como «me gustaría que pasáramos más tiempo juntos». La primera es una crítica y la segunda la expresión de una necesidad personal.
4. Acepta a tu pareja. Muchas personas empiezan las relaciones sin dar importancia a ciertos comportamientos o actitudes de su pareja pensando que con el tiempo cambiarán. Lo cierto es que muchos de esos comportamientos o actitudes responden a rasgos de la personalidad que en muy pocas ocasiones llegan a cambiar. Querer a otra persona no significa aceptar todo lo que haga pero sí aceptar su manera de ser siempre que esto no implique un trato irrespetuoso hacia tu persona. Algunas parejas se pasan media vida intentando hacer que su marido o su mujer cambie para darse cuenta, tras mucho tiempo, que era imposible y que eso les ha impedido centrarse en los aspectos positivos y con ello disfrutar mucho más de la relación.
Estos son algunos consejos que pueden realmente marcar la diferencia en tu relación, pero siempre debes recordar que el secreto número uno para una buena relación es estar con la persona adecuada. La confianza, el respeto, el cariño, la empatía y la reciprocidad emocional son las bases sobre las que se deben asentar una relación.
Carlos Miguel Fernández, Fundador de Proactive Life y coach especializado en pareja.
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