¿Qué es el amor? ¿Cuántos y cuáles son sus tipos? En su sentido más etimológico y de manera resumida, lo definiríamos como: el querer el bien del otro. Normalmente, al hablar de amor, lo reducimos a la relación de afecto entre dos personas que se quieren, coinciden en un proyecto común, y así deciden unirse para siempre; éste, por ejemplo, sería el amor de pareja. Aunque, existen amores de diferentes clases, en concreto siete: amistad, familia, estilo de vida, pareja, prójimo, creencias y Dios.
Los 7 tipos de amor que puedes vivir
El Dr. Enrique Rojas refiere el amor como «la existencia universal que marca la existencia humana.» Su descripción se correlaciona con la de dar y recibir, que le da el autor Erich Fromm. Todos nacemos con la predisposición de amar, y dejarnos amar bien, pero debemos aprender y sabernos amados. Este aprendizaje activo es fruto de esfuerzo, sacrificio y entrega.
A continuación, vamos a conocer como se da el amor en los distintos niveles:
1. El amor de amistad
Consiste en la relación humana donde se debe trabajar: la proximidad, la comprensión, la reciprocidad, y la confidencialidad. Esto, requiere tiempo, confianza y lealtad. Los beneficios personales, que se reciben cuando se consolida una verdadera relación de amistad, enriquecen, de manera saludable, el estado anímico de una persona.
Como coinciden el Dr. Rojas y el filósofo Aristóteles: un amigo es uno de los regalos más bonitos que nos pueden ser dados; por eso, cabe cuidarlos, y tratarlos con el corazón. Porque los buenos amigos, son como las vitaminas, te hacen subir la serotonina, y reír a carcajadas; como también, están a tu lado en los peores momentos.
2. El amor de familia
Este tipo de amor es el núcleo de la vida, donde se establece la relación entre los padres, de padres a hijos, hermanos; como también, de la familia extensa, entre abuelos, tíos, primos, nietos, etc. Se la designa, como la fraternal, conocida como philia y se basa en la bondad, afecto, amistad y benevolencia. El secreto de su intensidad, residirá en la importancia y la prioridad que las personas le den al valor de la familia.
3. El amor al estilo de vida
La tercera categoría hace referencia al amor a las costumbres, actividades lucrativas, tradiciones familiares, y trabajo, que influyen en nuestra sociabilidad, crecimiento personal, y adaptación en el mundo. A parte, la práctica de algún deporte y/o talento, alimenta y facilita el equilibrio sano de la autoestima; como también, a la estimulación de funciones cognitivas: la concentración y la atención.
4. El amor de pareja
El amor de pareja, entendido entre dos personas, parte de la necesidad de salir de uno mismo y encontrar a otra persona para caminar juntos a lo largo de la existencia. Y tiene que brillar con luz propia.
Actualmente, reducimos el amor a éste tipo, y además a la incesante búsqueda de placer. Pero el amor, ni es solo eso, ni tampoco, como estamos viendo, existe esta clase. Cierto es que la esencia de éste tipo, toca el núcleo central de la persona. Pues requiere: voluntad, inteligencia, aceptación, constancia, compromiso y renuncia. Es un amor: incondicional, reflexivo y profundo. Y para ello, citando al Dr. Trullols: tiempo, cariño y dedicación. Porqué el amor verdadero es empático y altruista.
5. El amor al prójimo
El quinto nivel, en su sentido más literal, sería, comentando un pasaje de San Marcos (12:29-31), citado por el Papa Benedicto XVI en 2006: «Amarás al prójimo como a ti mismo». De aquí, nacerían el respeto y el pudor, entre unos y otros. Por eso, si amamos a nuestro alrededor como a nosotros mismos, estaremos dispuestos a tolerar, para vivir en armonía. Aunque, últimamente, exista una gran crisis de la persona.
Según varios psicólogos, muchos son analfabetos sentimentales; sin formación sobre este tema, a pesar de ser el fundamento del ser humano, cabría plantearse si el vacío existencial cada vez más común en nuestra sociedad tiene su raíz en estas carencias.
6. El amor a tus creencias
La sexta categoría del amor, conocida como pragma, tiene que ver con las ideas sobre la: verdad, justicia, orden, trascendencia, espiritualidad, política, etc. que vamos adquiriendo durante la vida, y van forjando nuestra identidad. Aunque, toma partido más la cabeza que el corazón, también, ayuda a uno mismo a encontrarse y conocer su lugar en el mundo. Es bueno, preguntarse cosas e intentar darse posibles respuestas.
7. El amor a Dios
El amor, como dijo San Juan Pablo II, nos lo explicó todo. Para los que lo entienden así, Dios constituye la razón de ser primordial, y actúan siguiendo los pasos de Cristo, y la fe cristiana. La esencia radica en la fe que les conduce, día a día, en sus actos. La empatía y el esfuerzo, ganan su posición en esta clase.
Desafortunadamente, la sociedad materialista, hedonista y permisiva de la que habla el Dr. Rojas, hacen invisible esta categoría. Por eso, cabe seguir insistiendo en algunos elementos fundamentales, para suscitar en el mundo el renovado dinamismo del compromiso; para que siga siendo una de las respuestas humanas que adoptamos.
El deseo del amor es el impulso más profundo y vigoroso de la humanidad; es la fuerza que sostiene la humanidad, la familia y la sociedad.
Maria Gil Arespacochaga. Psicopedagoga.
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