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Villancicos: la magia y rentabilidad de las canciones navideñas

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A pesar de que el consumo masivo de villancicos solo se produce durante la época navideña, año tras año estas canciones consiguen liderar las listas de ventas musicales de la gran mayoría de países.

El caso con mayor repercusión es el de All I Want for Christmas Is You, la canción de Mariah Carey, que ya ha vuelto a ser número uno en la lista Billboard, de los Estados Unidos, y que acumula tres distinciones Guinness por ser la canción más reproducida en un día en Spotify, convirtiéndose en el villancico más reconocible a escala global y el que más semanas ha estado dentro del top 10 de la lista oficial de canciones del Reino Unido.

Con estos datos, y teniendo en cuenta que la canción se estrenó en 1994, es lógico que All I Want for Christmas Is You haya generado más de 60 millones de dólares en derechos, tal y como ha informado el diario The Economist. Pero ¿cómo funciona el reparto de derechos de la propiedad intelectual en la industria musical?

El profesor colaborador de Derecho del grado de Comunicación de la UOC y abogado del despacho Croma Legal Sergio de Juan-Creix explica que debemos diferenciar entre derechos morales y patrimoniales: «Los derechos morales no están sujetos al comercio y contemplan, por ejemplo, el derecho a ser reconocido como autor o autora de una obra. Por el contrario, los derechos patrimoniales son los que generan los beneficios económicos e incluyen, entre otros, los derechos de explotación de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación».

Por otro lado, si nos centramos en la industria musical, «los rendimientos derivados de la explotación de los derechos sobre una canción provienen, generalmente, de dos fuentes: por un lado, de los derechos de autor sobre la composición musical y, por otro lado, de los derechos sobre la grabación de la interpretación de una determinada obra; estos últimos también son llamados derechos discográficos», señala Sergio de Juan-Creix. En el caso del villancico de Mariah Carey, cabe destacar que ella es autora e intérprete de la obra, por lo tanto obtiene ingresos como autora e intérprete, mientras que los derechos discográficos los ostenta Columbia (Sony Music Entertainment).

¿Por qué los villancicos son tan rentables?

Es difícil que un villancico pase de moda, puesto que solo se escuchan en una determinada época del año y se mantienen vigentes en el tiempo. Además, en el caso de All I Want For Christmas Is You, la cantante ha aprovechado la viralidad de la canción para lanzar al mercado otros productos relacionados con la Navidad, como juguetes o libros, y este año incluso ha grabado un especial navideño para la plataforma de vídeo Apple TV.

Pero si nos centramos solo en lo musical, para De Juan-Creix, hay cuatro maneras comunes de generar ingresos con una canción: «mediante las plataformas de reproducción en continuo o streaming, que están en auge, aunque el modelo económico está en entredicho; con la venta de discos físicos, que es muy residual actualmente; mediante la comunicación pública en locales, como discotecas, hoteles, centros comerciales*, y con los conciertos, que se han visto muy afectados por las restricciones derivadas de la pandemia». Así pues, los villancicos son tan rentables porque cumplen todas estas variables, incluso los conciertos. Por ejemplo, Mariah Carey, antes de la pandemia global del coronavirus, solía poner en marcha giras navideñas mundiales para interpretar sus villancicos.

Desde el ángulo de los derechos de la propiedad intelectual, también son muy rentables para ambas partes. «Por ejemplo, si una canción suena en la radio o en un centro comercial durante las Navidades, se generan derechos editoriales por la comunicación pública de la obra (la composición musical, que tiene derechos editoriales) y por la comunicación pública de la interpretación (la grabación, que tiene derechos discográficos)», comenta Sergio de Juan-Creix.

De esta manera, no es de extrañar que otros artistas globales, como Sia, Ariana Grande, Justin Bieber o Michael Bublé, hayan sacado discos navideños con nuevas creaciones musicales y versiones de villancicos populares.

¿Qué pasa con los villancicos de toda la vida?

Lo más probable es que no tengan derechos de autor o bien que hayan pasado a dominio público; en este caso, «cualquier persona podría interpretar o arreglar las obras (la composición musical)». Así, «si un cantante graba su interpretación de un villancico, el uso de esta grabación por terceros generará derechos para el cantante y, en su caso, para la discográfica que haya producido la grabación», recalca De Juan-Creix.

La única manera de generar derechos relacionados con la composición de la obra sería modificando suficientemente la estructura musical del villancico con arreglos, de modo que constituya una nueva obra.

¿Cuándo caducan los derechos de una canción?

«En España, los derechos de explotación de una obra duran toda la vida del autor y 70 años después de su muerte o de la declaración de fallecimiento. Aun así, los autores fallecidos antes de 1987 se rigen por el plazo de la ley anterior, que era de 80 años. Existen plazos especiales para determinados supuestos. En el caso de los villancicos, pueden tener especial relevancia los plazos para productores de fonogramas (las discográficas), que es de 70 años desde la publicación lícita del fonograma, o para las obras anónimas o huérfanas, que es el caso de la mayoría de villancicos, cuyo plazo también es de 70 años desde su difusión lícita.»

En el caso de All I Want for Christmas Is You, al tratarse de una obra registrada en los Estados Unidos, Sergio de Juan-Creix explica que «la duración de los derechos es la vida del autor más 70 años, y para personas jurídicas son 120 años desde la creación o 95 años desde la difusión pública de la obra». Por lo tanto, parece ser que la cifra de lo recaudado con el villancico de Mariah Carey está todavía lejos de alcanzar su tope económico.

Otro caso de éxito es el de Last Christmas, de Wham!, dúo liderado por el ya fallecido George Michael. Aunque no ha llegado nunca al número uno de la lista oficial de ventas británicas, esta canción alcanza las primeras posiciones todos los años. Sin embargo, el dúo responsable de este villancico, que ha generado numerosas versiones e incluso una película en el año 2019, cedió sus derechos al proyecto solidario contra el hambre en Etiopía Band Aid.

Sergio de Juan-Creix. Profesor colaborador de Derecho del grado de Comunicación de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) y abogado del despacho Croma Legal   

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