En el mes de Julio, cuando el verano acaba de instalarse y los días son más largos que en cualquier otra época del año surge la pregunta del millón: ¿a dónde vamos este verano? Este gran dilema surge sobre todo cuando el mercurio sube durante los largos días de verano y parece que el único antídoto para las altas temperaturas es poner rumbo al mar y tirarse de cabeza al agua.
Sin embargo, si este año te apetece algo distinto y quieres sorprender a tu familia con un viaje más original, puedes optar por uno de estos viajes temáticos que te proponemos. Porque en Julio hay una serie de destinos idóneos para sucumbir a tus ganas de descanso estival, llenos de experiencias que solo podréis disfrutar en esta época del año.
El legado andalusí de las alpujarras y el desierto de Gorafe
Disfruta del gran patrimonio que albergan las localidades de Lanjarón-Campaneira-Capileira-Bubión -Tierra de brujas, que tienen en común su trazado musulmán con sus callejas donde es una delicia perderse sin rumbo ni horario. Si nos adentramos en los dominios de Soportújar, donde viven «las brujas», reviviremos las Leyendas de hace siglos que eran contadas a media voz a la luz de las velas, bajo la sombra de la Inquisición, en este rincón al sur de Sierra Nevada: la Alpujarras.
La zona más alta de la Alpujarra se puede visitar a través de una bonita carretera de montaña al parque natural de Sierra Nevada y cerca se puede ver el Desierto de Gorafe, con sus fantásticos miradores.
Parada obligada es La Calahorra, que fue la capital del señorío de don Rodrigo de Mendoza, marqués del Zenete, de quien deriva el nombre de toda la zona. Desde aquí no sólo controlaba la totalidad de su territorio, sino también el paso hacia la Alpujarra y la costa mediterránea a través del Puerto de La Ragua. Para ello mandó construir un palacio a semejanza de los italianos que él tanto admiraba, fortificándolo en su exterior bajo la forma de un típico castillo tardomedieval que es hoy el edificio de mayor interés histórico y artístico de la comarca.
La Calahorra sirve de entrada septentrional al Puerto de La Ragua y a su estación de esquí de fondo, en el paso entre las dos laderas de Sierra Nevada. Es un municipio que cuenta con coloridas tradiciones e interesante patrimonio. Un paseo por sus bellas calles permitirá al visitante contemplar notables edificaciones e impregnarse de su cultura.
Guadix merece la pena por albergar una de las catedrales más originales de Andalucía. Su construcción se llevó a cabo entre los S. XVI y XVIII, lo que hace que podamos observar diferentes estilos arquitectónicos: Gótico, Renacentista, Manierismo, Barroco y Neoclásico. La Catedral, cuyas obras comenzaron en 1492, está construida sobre y *entre* una antigua Mezquita Mayor (pues aprovechó gran parte de ésta) que, a su vez estaba construida sobre una todavía más antigua Iglesia Hispano-Visigoda que está considerada como la primera diócesis fundada en la Península Ibérica. Su planta consta de 3 naves separadas por pilares con preciosas bóvedas de crucería y una capilla mayor con cúpula.
También merece la pena visitar el Teatro Romano, descubierto en 2008 de forma fortuita, es una de las más interesantes y nuevas atracciones turísticas que ver en Guadix.
La Provenza, campos de lavanda y festival de Avignon
El delta del Ródano forma más de 140.000 hectáreas de humedales y pastos que han sido bien aprovechados por los habitantes locales. Los Gardians, como se les llama, siguen conservando sus tradiciones incluso mantienen sus cabañas de techo vegetal. Con un poco de suerte podremos ver los toros que se utilizan para las corridas provenzales, donde no se sacrifica al animal, sino que se le quitan unas escarapelas que llevan entre los cuernos con un gancho.
Arles fue el lugar que eligió Van Gogh para pintarla cuando era una localidad industrial. Hoy los museos y el turismo son su fuente de ingresos. Su anfiteatro romano, uno de los mejores conservados, La Ruta de Van Gogh la Église St-Trophine, el teatro romano y el encanto de sus calles, son motivo suficiente para visitarla.
Les Baux de Provence con su ciudadela integrada en la roca, así como su peculiar caserío mirando hacia el valle del infierno, con sus peculiares rocas, es una ciudad que no os podéis perder de camino a Avignon, señorial y monumental a orillas del Ródano, donde el Pont-Bénécet El Palais des Papes la Cathédrale Notre-Dame-des-Doms y sus palacios son el reflejo del poder que esta ciudad llegó a tener el papado en la localidad. Precisamente en Julio se celebra el festival de Avignon, donde las calles se llenan de espectáculos al aire libre y donde la propia ciudad es casi un escenario. Este año celebra su 67 edición.
Gordes es sin duda uno de los pueblos más bellos de toda Francia y goza de un gran ambiente provenzal. Cerca de éste queda un peculiar y primitivo enclave, Village de Bories donde destaca el ábside de la Abadíade Senaque. En esta zona se pueden encontrar pueblos pequeños con encanto y campos de lavanda que tiñen de color morado los campos y de aromas los sentidos.
Marsella es uno de los asentamientos más antiguos del territorio, ya desde el siglo VII a.c. La antigua Marsilla sería el germen de la actual ciudad. Cruce de civilizaciones que hoy en día mantienen sus modos de vida en la ciudad, un mundo de sensaciones y color que nos traslada al norte de África. Y por ultimo, Nîmes, cruce de caminos y culturas, fue escogida por lo romanos como una de las metrópolis más importantes, muestra de ello son los diferentes restos entre los que destaca el anfiteatro romano, uno de los mejor conservados.
La Bretaña Francesa
Empezamos el viaje en San Juan de Luz. Típica localidad Vasco-Francesa que posee un bello casco antiguo y unas bonitas playas, ubicada en la desembocadura del río Nivelle, es uno de los puertos protegidos más importantes del Golfo de Vizcaya. Otra parada obligada es Rochefort en Terre, probablemente uno de los pueblos más bonitos de la región de Morbihan en el corazón de la Bretaña. Sus calles empedradas, sus casas medievales, su ubicación en medio del bosque así como pertenecer al selecto club de los «pueblos más bonitos de Francia» marcan el carácter medieval de la Villa.
Auray (An Alre en bretón), pequeña ciudad con carácter sus calles, su puente de piedra que cruza la rivière d’Auray nos lleva al puerto medieval de Saint-Gousta. Cerca, podemos visitar Carnac que es uno de los asentamientos prehistóricos más importantes del mundo, con casi 3.000 Menhires alineados, hace que su visita no nos deje indiferentes.
Después podemos continuar hacia la península de Quiberon, una estrecha franja de tierra que mantiene unida ésta península al continente.Concarneau es una de esas pequeñas ciudades que salpican la geografía bretona, pero su Ville Close o ciudad amurallada mantiene el encanto del mar, de las fortalezas y de la personalidad bretona.
Desde ahí podemos visitar a Locronan, villa inscrita en el club de las más bonitas de Francia, pero además en este caso es lo que esperamos ver cuándo vamos a ésta región, casas de piedra oscura, flores en sus calles, pero además mantiene el señorío de cuando fue importante por el monopolio de la Lona y la tranquilidad de haberse quedado anclada en el pasado, pasear por sus calles es disfrutar de Bretaña.
Quimper, antigua capital de Cornualles y animosa ciudad ,mantiene el Vieux Quimper entorno a la Catedral de San Clorwentin, donde además se produce una buena sidra bretona. No nos podemos ir de la Bretaña sin ver sus calvarios, son algo único que le da identidad a esta región de Leyendas, Pleyben, St-Thégonnec y Guimilliau son los mejores ejemplos, donde los artistas reflejan la vida y pasión de Cristo en la piedra con escenas llenas de emotividad y con un nivel de detalle y composición realmente únicos y asombrosos.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento Rumbo Natura Viajes
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