Entrar en contacto con la naturaleza en familia tiene todo tipo de ventajas, no solamente para cuidado ambiental y de desarrollo personal para cada uno de los hijos, sino también en el terreno familiar. Pueden ser momentos especiales que merece la pena disfrutar y debemos dar la oportunidad a nuestros hijos de poder vivirlos.
¿Qué beneficios aporta un día de campo a los niños?
Hacer una excursión al campo los fines de semana o durante las vacaciones es mucho más que disfrutar del aire puro lejos de la contaminación de la ciudad. Las escapadas a la naturaleza para aprender a cuidar el medio ambiente tienen una serie de beneficios importantes para el desarrollo del crecimiento del niño:
– Libertad de movimientos. Estar en contacto con la naturaleza y espacios abiertos va a permitir que los niños puedan moverse con mayor libertad, porque van a tener que desarrollar la fuerza y resistencia para andar o subir montañas, tener la oportunidad de poder correr sin ataduras, incluso desarrollar el equilibrio al tener que pasar por zonas más complicadas, sorteando ramas, por encima de piedras, cerca de algún riachuelo.
Para lograr esto no solo es importante que estén en contacto con la naturaleza, sino que los padres debemos darles la oportunidad de que lo lleven a cabo y para ello podremos seguir las siguientes pautas:
– Mejorar su autonomía. En estas salidas es importante no subestimar sus capacidades: hay veces que no se llevan a cabo ciertos planes, como puede ser hacer una ruta determinada, porque consideramos que no van a aguantar o que son pequeños. Con esto lo que hacemos es limitarles ya que no se les está dando la oportunidad de hacerlo.
También es interesante darles oportunidad, con cierta edad, para que puedan elegir ellos algunos de los planes en los que estamos pensando, siempre siendo una elección que nosotros controlemos. De este modo lo harán con mayor ilusión y cuando se encuentren que les está costando llevar a cabo el reto, siempre tendrán más capacidad para sacar fuerzas debido a que son ellos los que lo han elegido y no se lo hemos impuesto nosotros. Sentirán que es su reto y no el nuestro.
– Huir de la sobreprotección. Los padres solemos tender a la sobreprotección en este tipo de actividades y ofrecemos una ayuda demasiado pronta cuando no son capaces de realizar algo o cuando están cansados. Esta ayuda suele ser cogerles en brazos, proponerles dar marcha atrás o quedarse esperando en el sitio mientras alguien busca el coche para recogerles. Estas medidas solo deberíamos utilizarlas en casos muy extremos, no en el primer momento que nos dicen que están cansados o no pueden más porque no estamos trabajándoles la capacidad de esfuerzo y superación.
Para ello es interesante tener estrategias y ser conscientes cuando proponemos un plan de que va a haber un momento en el que tendremos que tirar de ellos para que logren continuar. No tener esto presente, en cierta forma, es engañarnos y será peor porque nos podremos sorprender cuando suceda, así que será mejor preverlo y pensar en cómo podremos salir de esta situación.
Algunos ejemplos para ello pueden ser: hacer pequeños descansos pero que sean, si es posible, antes de llegar a su máximo cansancio, distribuir las tareas de responsabilidad para que estén distraídos y no sean conscientes de su cansancio: que se encarguen de llevar el mapa, de seguir la ruta, de cuidar a un hermano y finalmente uno de los que más triunfan es llevar a cabo juegos mientras hacen la ruta: canciones, historias, ir recogiendo elementos de la naturaleza que les haga estar entretenidos…
– Desarrollar la inteligencia naturalista. Uno de los aspectos más importantes para que aprendan a valorar la naturaleza, disfrutar de la misma y colaborar de su mantenimiento con respeto.
– Pasar más tiempo juntos. Aportará a la familia unos beneficios muy interesantes, especialmente, porque este tiempo será muy preciado, surgirán anécdotas y situaciones nuevas de las que hablar y recordar. Al no tener tantos elementos de distracción ni tanta gente alrededor los niños valorarán mucho más el contacto con los suyos.
Realizando la actividad todos juntos podemos trabajar ciertos valores como:
1. Saber ayudar a los demás para que puedan lograr un reto.
2. Saber esperar a aquel que le esté costando más.
3. Hacer equipo en familia planificando la estrategia a seguir para lograr el reto.
4. Tener un mayor conocimiento de las actitudes y debilidades de cada uno de los miembros de la familia.
María Campo. Directora de NClic
Te puede interesar:
– Educación ambiental: ideas para disfrutar de la naturaleza con niños
– Aprender a cuidar el medio ambiente y valorar la naturaleza
– 10 rutas de senderismo para disfrutar de la naturaleza en familia
– 10 frases para reflexionar con niños sobre el medio ambiente