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Viajes culturales con niños, cómo hacerles atractivo este turismo

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Llegan las vacaciones y muchas familias tiene oportunidad de hacer unos días de turismo. Estas ocasiones hay que aprovecharlas para sacar el mejor partido de este viaje, una tarea difícil, especialmente cuando se viaja con niños y se quiere organizar un viaje cultural. Entrar en un museo o en realizar alguna actividad cultural puede convertirse en algo tedioso para los más pequeños.

Hay que reconocer que introducir de buenas a primeras a un niño que sólo quiere correr y jugar dentro de un museo donde prima la seriedad y el silencio puede ser lo que menos le apetezca. Por este motivo, hay que intentar hacerles atractivos estos viajes culturales para que todos disfruten y aprendan al mismo tiempo.

Cómo hacer atractivo un viaje cultural a los niños

Hacer atractivos los viajes culturales a los niños comienza en las fases más tempranas. Para ello, planificar es la clave, decidir qué puede atraer a los niños y a los mayores es la mejor opción. En este punto lo mejor es empaparse de los puntos más interesantes del destino.

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En este punto, los foros de viajes son realmente útiles ya que incluyen las opiniones de otras familias que han visitado este destino previamente. Una vez que se tenga una lista sobre puntos de interés en la ciudad a la que se viaje, habrá que pensar qué es lo que más puede atraer a los niños y hacerles atractivos estos lugares. De este modo, se creará en los más pequeños una sensación de expectación que hará que sientan más interés por estas visitas.

Durante los días previos al viaje cultural se les puede recordar que pronto estarán viendo estos puntos de interés. En este sentido, también se puede recurrir a imágenes de archivo de internet para enseñarles las cosas tan bonitas e interesantes que se encontrarán llegados al destino.

 

Viajes culturales con niños: en función de sus gustos

Una vez que se haya llegado al destino habrá que saber racionar el tiempo y no saturar a los más pequeños. Su cerebro necesita ir organizando el exceso de información que recibe. Por eso, tiene que descansar y no estar constantemente visitando museos o viendo cuadros. Hay que intercambiar el aprendizaje con la diversión para que en ningún momento el tedio de lugar a alguna rabieta.

En las visitas se puede ayudar a los niños a tratar de recordar la mayor cantidad de datos posibles para que a la vuelta puedan contarles cosas interesantes a sus amigos. Contarles historias interesantes sobre reyes que vivieron en los castillos a los que se vayan, hacerles ver la grandeza y lo difícil que fue construir edificios tan gigantes como una catedral son buenas opciones.

Durante el viaje, también habrá que tener en cuenta la opinión de los más pequeños. Preguntarles qué les apetece hacer a ellos en una jornada y planificar el horario del día en base a los gustos de todos. De esta forma, todos los gustos estarán representados y nadie se sentirá desatendido.

Damián Montero

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