La Navidad está por llegar, y con ella llegan los planes navideños con amigos, familia o pareja, que nos llenan de ilusión y alegría. Los mercadillos navideños ocupan un lugar muy especial. Estos mercados, llenos de luces, aromas irresistibles y una atmósfera festiva, se convierten en el centro de muchas ciudades durante la época de invierno.
Lugares donde se respira la magia de la Navidad, donde el bullicio de las calles y gente que pasea se mezcla con las canciones o los villancicos; donde los puestos ofrecen todo tipo de cosas, desde los productos artesanales, decoraciones para el belén hasta los una variedad de dulces típicos. Si te gustan los viajes y te gusta disfrutar de la temporada invernal, no puedes dejar de visitar estos mercadillos, que son un viaje sensorial.
Más allá de las compras y las luces, estos mercadillos tienen una rica historia, vinculada a tradiciones centenarias que permiten vivir la navidad de una forma especial. Son sitios para crear recuerdos inolvidables en compañía de tus seres queridos. ¡Sumérgete en el espíritu navideño!
Mercadillo de Núremberg, Alemania
Este es uno de los mercadillos más antiguos y famosos del mundo. Con una historia que data de hace más de 400 años, es el lugar perfecto para disfrutar de un ambiente navideño en su máxima expresión. Con sus casitas de madera decoradas con luces, el aroma de las castañas asadas y el tradicional Lebkuchen (pan de jengibre). Además del mercadillo tienes el Kinderweihnacht, un mercado para los más pequeños, con juegos y actividades. Si estás por Alemania no te puedes perder el mercadillo bajo un desfiladero en la selva negra, en la localidad de Ravenna Gorge.
Mercadillo de Viena, Austria
Este mercadillo de Navidad situado en plena plaza del ayuntamiento es uno de los más visitados, junto con su pista de patinaje sobre hielo, las luces que decoran el ayuntamiento y el aroma a vino caliente (Glühwein) crea una atmósfera. Es el lugar ideal para disfrutar de una tarde navideña con tu familia o amigos.
Mercadillo de Praga, República Checa
En Praga, una de las ciudades más bellas de Europa, está uno de los mercadillos más pintorescos. El mercadillo en la plaza de la Ciudad Vieja tiene un encanto medieval. Los puestos ofrecen todo tipo de productos artesanales, desde figuras de manera hasta adiornos hechos a mano. Además, se pueden degustar delicias tradiciones como el trdelnik, un dulce tradicional de la region. Pasear por sus calles empedradas, con la musica alrededor es como entrar en un cuento de hadas.
Mercadillo de Estrasburgo, Francia
Estrasburgo, conocida como “la Capital de la navidad” es famosa por su mercadillo que se celebra desde 1570. El mercadillo se extiende por todo el centro de la ciudad, está lleno de puestos que ofrecen decoraciones navideñas hasta su famoso vino caliente especiado (Vin chaud). Lo que hace de este mercadillo algo tan especial es el gran árbol que adorna la capital central, que tiene más de 30 metros de altura.
Mercadillo flotante en Leiden, Países Bajos
Los 90 puestos de comida y artesanía que conforman este mercadillo se encuentran flotando en barcazas sobre los canales de la ciudad holandesa. Desde queso o pescado fresco hasta flores y artesanías el mercado ofrece a los visitantes una manera original de conocer productos tradicionales acompañado de las luces de navidad. Además en Paises Bajos también puedes visitar el mercadillo subterráneo de Valkenburg, uno de los más originales, se encuentra dentro de unas antiguas cuevas de piedra caliza en la región neerlandesa de Limburgo.
Mercadillo de Navidad de Madrid, España
Aunque no es necesario viajar fuera de España para disfrutar de un buen mercadillo navideño, la capital española ofrece una serie de mercadillos para sumergirte en ese espíritu navideño, siendo el más conocido el mercadillo de la Plaza Mayor. Con sus puestos llenos de adornos, belenes y figuras tradicionales es un mercadillo perfecto para encontrar esos retoques que no pueden faltar en el hogar. Además de encontrar dulces típicos de navidad como los turrones o los polvorones, no te puedes perder las delicias locales.
Consejos para disfrutar al máximo de los mercadillos:
Los mercadillos son divertidos y están llenos de magia, sin embargo suelen ser muy populares llenándose de gente, especialmente en fin de semana y festivos. Si prefieres evitar multitudes, trata de visitarlos a primera hora de la mañana o entre semana, cuando el ambiente es más tranquilo. Revisa los horarios de apertura y cierre para asegurarte de que no te pierdes nada, así como de su posible programación, muchos tienen actividades.
La Navidad es una época de frío en muchas partes del mundo, y muchos mercadillos se celebran al aire libre. Así que es fundamental mirar la previsión vestirse en capas para estar cómodo y abrigado mientras paseas por los puestos. Un buen abrigo, bufanda, guantes y calzado adecuado son imprescindibles para disfrutar del mercado sin que el frío te detenga. ¡No olvides llevar una buena cámara para capturar todos esos momentos mágicos! Y si vas con niños muy pequeños, acuérdate de apuntarles tu teléfono en algún sitio por si se pierden y de darles las indicaciones de lo que deben hacer si se encuentran solos.
Una de las características de los mercados navideños es la variedad de productos que puedes encontrar, desde decoraciones para el árbol hasta pequeños regalos únicos. Si viajas, asegúrate de dejar espacio en la maleta para esos recuerdos. Muchos mercadillos ofrecen productos ideales para llevar a casa como regalos de navidad. Pero antes de volveros locos con las compras, poned un límite claro y razonable. Les ayudará a trabajar la austeridad y hasta aprenderán algo de matemáticas.
No te apresures. Los mercadillos navideños están pensados para que los disfrutes con calma, pasear, explorar y disfrutar con calma. La magia de estos lugares está en los pequeños detalles, y disfrutar de cada uno de ellos puede ser la mejor parte de la experiencia. Ya sea en pareja, con amigos o en familia, estos mercados ofrecen una atmósfera ideal para disfrutar de la compañía y compartir momentos especiales. Aprovecha para hacer fotos, disfrutar de una bebida caliente juntos o incluso participar en actividades locales, como talleres de decoración o espectáculos navideños. La magia de la Navidad se vive mejor cuando se comparte.