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Lluvia de estrellas: noviembre, un mes para mirar al cielo

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Cada año, en el mes de noviembre, el cielo nos brinda un espectáculo celestial verdaderamente impresionante: las Leónidas. Este fenómeno, conocido como lluvia de estrellas, es uno de los más famosos y fascinantes en el mundo de la astronomía, y ofrece a observadores de todo el planeta la oportunidad de maravillarse ante la belleza de las estrellas fugaces.

¿Qué son las Leónidas?

Las Leónidas son una lluvia de estrellas fugaces que ocurre cada año, generalmente entre el 6 y el 30 de noviembre. Este fenómeno se origina en el rastro de polvo dejado por el cometa Tempel-Tuttle, que orbita el Sol aproximadamente cada 33 años. A medida que la Tierra atraviesa esta nube de partículas, pequeños fragmentos de polvo y roca penetran en nuestra atmósfera y se queman, creando destellos brillantes en el cielo nocturno que conocemos como estrellas fugaces.

El nombre de las Leónidas, ¿de dónde viene?

El nombre «Leónidas» proviene de la constelación de Leo, ya que las estrellas fugaces parecen irradiar desde esta región del cielo. Cada año, a medida que la Tierra se encuentra con las partículas del cometa Tempel-Tuttle, el número de estrellas fugaces puede variar. En ocasiones, las Leónidas han generado espectaculares tormentas de meteoros con cientos o incluso miles de estrellas fugaces por hora.

El mejor momento para observar las Leónidas:  el 17 de noviembre

La mejor época para observar las Leónidas suele ser alrededor del 17 al 18 de noviembre, cuando se alcanza el pico de actividad. En esta fecha, si las condiciones son propicias, es posible ver un mayor número de estrellas fugaces en el cielo. Para disfrutar de este espectáculo, es importante alejarse de la contaminación lumínica de las ciudades y buscar un lugar oscuro y despejado.

Consejos para observar las Leónidas

Encuentra un lugar oscuro
La contaminación lumínica puede obstaculizar la visión de las estrellas fugaces. El día elegido para ver las estrellas fugaces, puedes planear una excursión de tarde con tus hijos. Dirígete a un lugar alejado de las luces de la ciudad para poder observar el firmamento. Las luces de la ciudad, generalmente, impiden verlo.

Lleva una silla reclinable o manta
La observación de las Leónidas puede requerir paciencia, así que es recomendable estar cómodo mientras esperáis. La manta también puede servir no solo para ponerla en el suelo, sino para cubriros si hace frío.

Sin telescopio ni binoculares
A diferencia de la observación de otros eventos astronómicos, como los planetas, no necesitáis equipo especial para disfrutar de las Leónidas. A simple vista es la mejor manera de apreciarlas.

Mira en dirección a Leo
Las Leónidas parecen irradiar desde la constelación de Leo. Aunque no es necesario mirar directamente a Leo, será una referencia útil para saber de dónde provienen.

Las Leónidas son un regalo anual del universo, una oportunidad para conectar con el cosmos y maravillarse ante la belleza efímera de las estrellas fugaces. La próxima vez que llegue noviembre, no olvides mirar al cielo y ser testigo de esta asombrosa lluvia de estrellas que nos recuerda la grandeza del universo.

Marisol Nuevo Espín

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